No es difícil imaginar a Elon Musk blandiendo una espada láser con actitud retadora; quizá sería más sorprendente ver, frente a él, a Jeff Bezos sosteniendo un arma intergaláctica para aceptar el desafío. Sin embargo, el duelo entre ambos magnates está servido y el escenario será el espacio exterior.
SpaceX, con su servicio Starlink, copa actualmente el negocio del internet satelital gracias a una red de cerca de 4,000 satélites en la órbita de la Tierra. Su objetivo es aún más ambicioso, con planes para situar hasta 12,000. La expansión ha levantado incluso la preocupación de los astrónomos. El motivo, la contaminación lumínica, que impide sus observaciones.
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Tres años después de comenzar a lanzar satélites (2019), el servicio alcanzó en diciembre el millón de usuarios y está activo en 33 países, incluida República Dominicana, donde comenzó a operar a finales de julio.
Starlink now has more than 1,000,000 active subscribers – thank you to all customers and members of the Starlink team who contributed to this milestone ❤️💫🌎 https://t.co/5suNxFvtEH pic.twitter.com/E1ojYarcEA
— SpaceX (@SpaceX) December 19, 2022
Muy pronto, los satélites de Starlink se encontrarán con un nuevo competidor, que buscará su sitio en la órbita del planeta. Amazon se lanza a la conquista de su parte del negocio, y comenzará su servicio de internet satelital el año que viene.
Lo confirmó Dave Limp, jefe de dispositivos de la big tech, en declaraciones recogidas por Yahoo. «Definitivamente haremos pruebas beta con clientes comerciales en 2024», afirmó durante una conferencia en Washington.
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La idea es que durante la primera mitad del mes se lancen los primeros satélites y, poco después, comiencen a realizarse los primeros tests para, cuando el servicio esté listo, empezar a comercializarlo. Su nombre es Proyecto Kuiper.
«Nuestra misión es proveer un ancho de banda rápido y asequible para comunidades desprovistas de las tecnologías tradicionales de comunicaciones», señala la web de Amazon. El proyecto tiene la ambición de llegar a decenas de millones de usuarios, y comenzó con un primer desafío: «diseñar una terminal de servicio con un coste de construcción menor de US$500».
Los ingenieros de Amazon lo lograron en 2020, gracias a una arquitectura de antena más pequeña y ligera que las tradicionales. Los resultados fueron desvelados por la compañía recientemente.
Amazon ofreció detalles de cómo serán los terminales de su futuro servicio en la mencionada conferencia de Washington:
Tendrá 11 pulgadas cuadradas, con una pulgada de grosor. Pese a sus reducidas dimensiones, la compañía apunta a que ofrecerá una conexión de 400 megabits por segundo (Mbps). Esperan producirlos por menos de US$400.
Amazon ofrecerá un terminal de apenas 7 pulgadas cuadradas y una libra de peso. Ésta alcanzará una velocidad de 100 Mbps.
Los usuarios que tengan una necesidad de ancho de banda mayor, por ejemplo empresas o instituciones, tendrán la opción de acceder a un terminal con una velocidad de de 1 gigabit por segundo (Gbps). Las medidas del terminal son de 19×30 pulgadas.
«Desde el primer día, nuestras decisiones tecnológicas y empresariales se han centrado en ofrecer la mejor experiencia a usuarios de todo el mundo, y este rango de terminales refleja sus elecciones», asegura Rajeev Baydal, presidente de tecnología del Proyecto Kuiper.
Los terminales se construirán con chips diseñados por el propio Amazon, llamados Prometheus, y que también se utilizarán para los satélites.
En términos de producción, Amazon prepara unas instalaciones dedicadas a satélites en Kirkland, Washington. El objetivo es «producilos en masa para finales de 2023». Unos meses después, en 2024, tendrán lugar, si se cumplen los plazos, los primeros lanzamientos.
En cuanto salgan el espacio exterior, los satélites de Amazon se encontrarán con los actuales inquilinos de la órbita terrestre: los de Starlink. Comenzará el baile.
Borja Santamaría
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