Elon Musk ha logrado posicionar en el ‘top of mind’ de todos los viajes espaciales y ya es muy difícil que regresemos al pensamiento rígido de antes. Antiguamente el costo de sacar un kilo de masa en un transbordador espacial superaba los US$150,000; ahora SpaceX ha disminuido el precio por debajo de los 3 mil dólares por kilo, lo que da espacio a conversar sobre autopistas interplanetarias. Y esto puede mejorar mucho más, si por ejemplo se optimiza el combustible necesario y se crean las autopistas interplanetarias, las velas solares y los motores de iones lo consiguen.
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Si ya estás imaginando una carretera con asfalto entre planetas, lamento decepcionarte. Las autopistas interplanetarias se forman a partir de los campos gravitacionales de cada cuerpo para evitar consumir combustible.
En resumidas cuentas, es como el uso que se le dio a los vientos alisios en las primeras expediciones de América. De este modo proponen una circulación similar a la del viento. Así pues, si se quiere llegar a la Luna, se pueden usar alguna de las corrientes asociadas al Sol.
Al igual que en los tiempos de la conquista y los viajes en barco, a diferencia de un viaje directo a la Luna que toma 3 o 4 días, las autopistas interplanetarias nos llevaría a destino entre 3 y 4 meses de viaje, pero es importante el ahorro energético que ofrece.
La segunda forma de abaratar nuestros viajes interplanetarios sería con las velas solares. En este sentido el LightSail 2 propone poder viajar con el impacto de los fotones en la vela, que básicamente llevarían en dirección contraria al Sol.
Es una propuesta que materializa lo que hasta ahora ha sido ficción. Aunque ahora se encuentra en fase de prueba, vemos grandes avances en misiones como la de IKAROS, la agencia espacial japonesa. Ellos se convirtieron en los primeros en explorar Venus empleando una vela solar.
No, no estamos hablando de Star Wars. En el mundo real, los motores iónicos se han creado y funcionan a partir de una corriente eléctrica que potencia el flujo de iones.
Al igual que las otras propuestas, esta forma supone una opción más barata, pero consume mucho más tiempo, convirtiendo las misiones en poco probables cuando son tripulaciones grandes.
Los objetivos que hasta ahora han trazado las agencias espaciales son construir bases en el espacio, la Luna o Marte. Y esta, representan las nuevas formas de transporte que podrán sustentar las nuevas sociedades.
Por Karime Rivas
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