El 24 de septiembre, la misión Osiris-Rex de la NASA trajo a la Tierra los restos del asteroide Bennu.
Se trata de un asteroide de 4,500 millones de años de edad y es la primera vez que la agencia espacial estadounidense trae a la Tierra las muestras.
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Japón, por otro lado, a través de la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logró recuperar restos de un asteroide en 2020, aunque se trató de una cantidad mínima, no mayor que una cucharada de polvo y rocas.
La NASA extrajo una muestra de 250 gramos; y contiene moléculas de agua y alto contenido de carbono.
Se trata, explica la agencia, de «la muestra más grande de asteroide rico en carbono jamás traída a la Tierra y ayudará a los científicos en la investigación de los orígenes de la vida en nuestro planeta».
El investigador principal de la misión Osiris-Rex en la Universidad de Arizona, Dante Lauretta destacó la importancia de la presencia de material rico en carbono y minerales arcillosos con contenido de agua, ya que estos descubrimientos podrían ayudar a entender mejor el origen de la vida.
Para asegurar la integridad de las muestras, los científicos e ingenieros del Centro Espacial Johnson de Texas han realizado un meticuloso proceso de separación y análisis de los fragmentos de material rocoso encontrados en la cápsula de la nave.
Este procedimiento ha involucrado técnicas de escaneo con microscopio de electrones, mediciones de luz infrarroja, difracción de rayos X y análisis de elementos químicos. También se ha utilizado tomografía por rayos X computarizada para crear modelos tridimensionales de las partículas y explorar su interior diverso.
Fue elegido para esta misión debido a su riqueza en moléculas orgánicas y su órbita bien conocida, que permitió a la sonda espacial Osiris-Rex acercarse lo suficiente para tomar muestras.
Este enigmático asteroide fue descubierto en 1999 y se encuentra en una órbita cercana a la Tierra, lo que lo convierte en un objeto celeste que se considera potencialmente peligroso.
Tiene aproximadamente medio kilómetro de ancho y presenta una superficie rugosa y oscura compuesta por rocas grandes. Se cree que Bennu se formó hace unos 4.500 millones de años a partir de los restos de un asteroide mucho más grande que colisionó.
Sin embargo, lo que hace que este asteroide sea especialmente interesante es su composición, los científicos creen que es rico en moléculas orgánicas y contiene elementos como el carbono, que son fundamentales para la vida tal como la conocemos.
La NASA lanzó la misión Osiris-Rex en septiembre de 2016 con el objetivo de estudiar y recoger muestras. La sonda espacial comenzó a orbitar el asteroide en diciembre de 2018, realizando observaciones detalladas y mapeando su superficie.
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Con información de EFE
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