Elon musk se concentra en Marte, Tesla y la IA, tras abandonar el gobierno de Trump

Elon Musk, uno de los empresarios más influyentes del mundo, puso fin a su participación como asesor en la administración del expresidente Donald Trump. A través de un mensaje en su red social X (antes Twitter), el CEO de Tesla y SpaceX expresó su gratitud por la oportunidad de trabajar en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una iniciativa creada para optimizar el gasto federal y reducir la burocracia. Sin embargo, su salida estuvo marcada por un tono de desilusión hacia las políticas fiscales impulsadas por el mandatario republicano.

Musk se refirió específicamente al «Gran y Hermoso Proyecto de Ley», una propuesta presupuestaria aprobada recientemente por la Cámara de Representantes que, según él, no solo no reduce el déficit, sino que lo incrementa. «Francamente, me decepcionó ver este enorme paquete de gastos, que socava el trabajo que hemos realizado en el DOGE», declaró durante una entrevista con CBS Sunday Morning, grabada durante el último lanzamiento de un cohete de SpaceX.

Aunque evitó un enfrentamiento directo con Trump, sus palabras dejaron claro que su visión de austeridad y eficiencia no se alineaba con la dirección tomada por el gobierno.

El regreso a sus empresas: Marte, Tesla y la Inteligencia Artificial

La decisión de Musk no fue abrupta. En los últimos días, el magnate había insinuado en varias publicaciones que su prioridad ahora estaba en sus compañías, particularmente en SpaceX, que avanza hacia su ambiciosa meta de colonizar Marte. El noveno lanzamiento de prueba de su cohete Starship, realizado apenas un día antes de su anuncio, es un claro indicio de su enfoque renovado en la exploración espacial.

Pero SpaceX no es su único foco. En su perfil de X, Musk confesó que estaba dedicando «todo su tiempo a trabajar y dormir en salas de conferencias, servidores y fábricas», refiriéndose a Tesla, su empresa de vehículos eléctricos, que enfrenta desafíos en ventas y competencia en el mercado. Además, mencionó su intención de estar «súper concentrado en X, xAI y Tesla», señalando que la política ya no era parte de sus planes inmediatos.

El acuerdo con Telegram: Grok llega a mil millones de usuarios

Aunque Musk se aleja de la esfera política, su influencia en el mundo tecnológico sigue expandiéndose. Horas después de confirmar su salida del DOGE, anunció una alianza estratégica con Pavel Dúrov, fundador de Telegram, para integrar Grok, el sistema de inteligencia artificial desarrollado por su empresa xAI, en la popular plataforma de mensajería.

Aunque los detalles técnicos aún no se han revelado, Dúrov confirmó en un comunicado que la colaboración durará al menos un año y permitirá que los más de mil millones de usuarios de Telegram accedan al chatbot. Según los términos del acuerdo, Telegram recibirá alrededor de 300 millones de dólares en acciones de xAI, además del 50 % de los ingresos generados por suscripciones al servicio de IA dentro de la app.

Este movimiento posiciona a Grok como un competidor directo de ChatGPT (OpenAI) y Gemini (Google), pero con la ventaja de llegar a una audiencia masiva a través de una plataforma ya consolidada. Para Musk, representa otra apuesta por diversificar su imperio tecnológico más allá de los automóviles eléctricos y los cohetes.

El legado del DOGE y el futuro de la eficiencia gubernamental

A pesar de su crítica al proyecto de ley de Trump, Musk aseguró que el trabajo del DOGE «se fortalecerá con el tiempo» y se convertirá en una «forma de vida dentro del gobierno». Su rol como asesor especial, aunque breve, buscó implementar metodologías de optimización inspiradas en el sector privado, algo que él considera esencial para modernizar la administración pública.

Sin embargo, su partida plantea dudas sobre el futuro de estas iniciativas, especialmente en un contexto donde el Congreso parece inclinarse hacia un aumento del gasto en lugar de su reducción. Algunos analistas sugieren que Musk, al no ver resultados concretos, prefirió retirarse antes de que su imagen quedara ligada a un fracaso político.

 Un capítulo cerrado, muchos frentes abiertos

Elon Musk nunca ha sido un actor convencional, ni en los negocios ni en la política. Su salida del gobierno de Trump refleja su naturaleza impaciente: cuando un proyecto no avanza como espera, no duda en cambiar de rumbo. Ahora, con SpaceX apuntando a Marte, Tesla intentando recuperar su dominio en el mercado de autos eléctricos y xAI expandiéndose a través de Telegram, su agenda sigue tan abarrotada como siempre.

Lo único claro es que, para Musk, la política fue un paréntesis, no un destino. Su verdadero terreno de juego sigue siendo la innovación tecnológica, donde sus decisiones —ya sean cohetes, vehículos o chatbots— seguirán moldeando el futuro.

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