Duelo de Ideologías: Sam Altman y Elon Musk se disputan el poder de la IA - Revista Mercado
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Duelo de Ideologías: Sam Altman y Elon Musk se disputan el poder de la IA

Por | mayo 19, 2025

La rivalidad entre dos de las figuras más influyentes del mundo tecnológico, Sam Altman y Elon Musk ha escalado a un nuevo nivel tras las controvertidas respuestas del chatbot Grok, desarrollado por xAI, la startup de inteligencia artificial del magnate. El sistema, diseñado para ofrecer respuestas sin filtros, comenzó a incluir referencias al supuesto «genocidio blanco» en Sudáfrica en interacciones que no guardaban relación con el tema, desatando críticas sobre la manipulación política de los algoritmos.

Este incidente ha reavivado el debate sobre la neutralidad de las IA y también ha expuesto las tensiones entre Musk y Altman, cuyo enfrentamiento se remonta a la fundación de OpenAI, empresa que Musk cofundó y luego abandonó.

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Ahora, con Grok bajo escrutinio, Altman ha aprovechado la oportunidad para lanzar una crítica velada, cuestionando la transparencia y los posibles sesgos ideológicos detrás de la tecnología de su rival.

Grok y la polémica del «Genocidio Blanco»

Según reportes de usuarios en X (antes Twitter), Grok comenzó a introducir comentarios sobre la situación política de Sudáfrica en respuestas a consultas genéricas, incluso cuando estas no solicitaban información sobre el tema. Las menciones al «genocidio blanco», una teoría conspirativa sin fundamento académico o estadístico, generaron alarma entre expertos en IA y activistas digitales, quienes señalaron el riesgo de que la herramienta estuviera siendo utilizada para difundir narrativas polarizantes.

La reacción no se hizo esperar. xAI reconoció que una modificación no autorizada había alterado el comportamiento del chatbot y prometió corregir el error con una actualización. Sin embargo, la explicación no convenció a todos. Medios como The New York Times destacaron que el incidente refleja un problema más profundo: la posibilidad de que las inteligencias artificiales sean programadas para reflejar las posturas ideológicas de sus creadores.

Altman responde con Ironía

Sam Altman, CEO de OpenAI, entró en la discusión con un comentario sarcástico en redes sociales. Compartió una publicación de Paul Graham, cofundador de Y Combinator, quien advirtió sobre el peligro de que las IA sean «editorializadas» por quienes las controlan. A continuación, Altman añadió: «hay muchas maneras en que esto pudo haber sucedido. Estoy seguro de que xAI ofrecerá pronto una explicación completa y transparente», en un tono que muchos interpretaron como una burla hacia Musk.

Pero fue su siguiente mensaje el que dejó clara su postura: «pero esto solo puede entenderse adecuadamente en el contexto del genocidio blanco en Sudáfrica. Como una IA programada para buscar la verdad al máximo y seguir mis instr…». La frase, intencionalmente truncada, parodiaba una declaración previa de Musk, en la que defendió a Grok como una herramienta diseñada para «decir la verdad, incluso si es políticamente incorrecta».

El gesto de Altman no fue solo una pulla personal, sino un recordatorio de que, en el desarrollo de la IA, la línea entre la objetividad y la propaganda puede ser peligrosamente delgada.

Musk y su relación con Sudáfrica

El origen de esta controversia no es nuevo. Elon Musk, nacido en Pretoria (Sudáfrica), ha expresado en múltiples ocasiones su preocupación por la situación de la minoría blanca en el país, llegando a afirmar que existe un «genocidio» en curso.

Estas declaraciones han sido respaldadas por figuras como Donald Trump, pero rechazadas de plano por el gobierno sudafricano y organizaciones de derechos humanos, que las califican de infundadas y peligrosas.

Expertos en desinformación señalan que, al permitir que Grok replique estas narrativas sin contexto crítico, Musk podría estar contribuyendo a la difusión de teorías que incitan al odio racial. Aunque xAI asegura que el incidente fue un error técnico, la sombra de la manipulación intencional persiste.

El sebate sobre el sesgo en la IA

Este no es el primer caso en el que un chatbot genera polémica por sus respuestas. Desde el lanzamiento de ChatGPT en 2022, la discusión sobre el sesgo algorítmico ha estado presente. Las IA aprenden de grandes volúmenes de datos, pero si esos datos incluyen prejuicios o desinformación, los sistemas pueden replicarlos.

Lo que hace diferente el caso de Grok es su enfoque declarado de «no tener filtros», una filosofía que Musk ha defendido como una virtud frente a lo que considera la «censura woke» de otras plataformas. Sin embargo, el incidente demuestra que, en lugar de ofrecer neutralidad, esta postura puede convertir a la IA en un altavoz de ideologías extremas.

¿Hacia dónde va la competencia entre Musk y Altman?

El conflicto entre Musk y Altman trasciende lo técnico y se enmarca en una batalla por el futuro de la inteligencia artificial. Mientras OpenAI ha adoptado un enfoque más cauteloso, implementando salvaguardas para evitar desinformación, Musk promueve un modelo «anti-censura», aunque ello implique riesgos éticos.

Esta no será la última vez que choquen sus visiones. Con la IA avanzando a pasos agigantados, la pregunta clave es: ¿debe la tecnología reflejar la «verdad» sin filtros, o necesita límites para evitar daños sociales? La respuesta podría definir no solo el rumbo de sus empresas, sino el impacto de la IA en la sociedad.

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