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A pesar de esto, existen razones convincentes para seguir utilizando un HDD, especialmente al comprar una unidad externa para copias de seguridad de datos o en una PC de escritorio con más de una unidad de almacenamiento. Si estás considerando comprar o actualizar uno de estos dispositivos, es fundamental entender las diferencias entre SSD y HDD. A continuación, te explicamos las ventajas y desventajas de cada uno para que puedas tomar una decisión informada.
Conceptos básicos: HDD y SSD
El HDD tradicional es el almacenamiento no volátil básico de una computadora. A diferencia de la RAM, la información en un HDD no se pierde al apagar el sistema. Un disco duro consta de un plato o conjunto de platos metálicos con un recubrimiento magnético que almacena los datos. Una cabeza de lectura/escritura accede a los datos mientras los platos giran.
Un SSD realiza la misma función básica que un HDD, pero los datos se almacenan en chips de memoria flash interconectados que retienen la información incluso sin energía. Estos chips flash, comúnmente llamados «NAND», son más rápidos y confiables que los usados en memorias USB, lo que explica por qué los SSD son más costosos. Los SSD, al ser más pequeños, ofrecen mayor flexibilidad en el diseño de las PC. Pueden instalarse en bahías de disco duro tradicionales de 2.5 o 3.5 pulgadas, en ranuras de expansión PCI Express, o directamente en la placa base, una configuración común en laptops y desktops modernos.
Historia de los HDD y SSD
La tecnología de los HDD es relativamente antigua. El disco duro IBM 650 RAMAC de 1956 usaba 50 platos de 24 pulgadas para almacenar 3.75MB, equivalente a una sola pista de música moderna. A lo largo de los años, los discos duros se estandarizaron en formatos de 5.25 pulgadas y, posteriormente, en 3.5 pulgadas para desktops y 2.5 pulgadas para laptops. Las interfaces internas han evolucionado de serial a IDE (PATA), SCSI y finalmente SATA, todas conectando el disco duro a la placa base para transferir datos.
La historia de los SSD es más corta, aunque sus raíces se extienden varias décadas. Tecnologías como la memoria de burbuja fueron populares brevemente en los años 70 y 80, pero la memoria flash moderna es su evolución lógica. Los primeros SSD aparecieron con el auge de las «netbooks» a finales de los 2000. Las capacidades eran pequeñas comparadas con los estándares actuales, pero aumentaron con el tiempo, adoptando el formato de 2.5 pulgadas para facilitar su instalación en laptops y desktops.
Con el tiempo, surgieron otros formatos más compactos como la tarjeta SSD mSATA Mini PCIe y el formato M.2 (con variantes SATA y PCI Express), que se ha expandido rápidamente en el mundo de los SSD para laptops. Hoy en día, los SSD que aún utilizan el formato de 2.5 pulgadas están destinados principalmente a la actualización de PCs de escritorio y laptops más antiguas.
Elegir entre un SSD y un HDD depende de tus necesidades específicas. Los SSD ofrecen velocidad y eficiencia, ideales para el almacenamiento principal. Los HDD, aunque más lentos, pueden ser útiles para almacenamiento secundario o copias de seguridad gracias a su mayor capacidad y menor costo por gigabyte.
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