La neurotecnología vive un momento histórico. Paradromics, una startup especializada en interfaces cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés), ha logrado un hito sin precedentes al implantar su chip en un ser humano por primera vez. El procedimiento, realizado en la Universidad de Michigan, valida la viabilidad de su tecnología y abre un nuevo capítulo en la aplicación clínica de sistemas capaces de traducir señales neuronales en acciones digitales.
El paciente, que ya se encontraba en cirugía para tratar un caso de epilepsia, recibió el implante de manera temporal mientras los médicos monitoreaban su actividad cerebral. El dispositivo, bautizado como Connexus, permaneció en su cerebro apenas 20 minutos, suficientes para demostrar que puede registrar con precisión la actividad neuronal sin riesgos inmediatos.
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Este éxito posiciona a Paradromics como una de las empresas más avanzadas en el campo de las BCI, un sector que promete transformar la vida de personas con discapacidades motoras severas.
El procedimiento no solo fue rápido, sino también seguro, un factor crítico en el desarrollo de tecnologías invasivas. Paradromics ha asegurado que su sistema es capaz de captar señales neuronales con una resolución superior a la de otros dispositivos en desarrollo. A diferencia de las interfaces que registran actividad cerebral en áreas generales, Connexus está diseñado para decodificar la actividad de neuronas individuales, lo que permite una comunicación más detallada entre el cerebro y una máquina.
Con estos resultados, la compañía se prepara para dar el siguiente paso: un ensayo clínico que evalúe la seguridad y eficacia del dispositivo a largo plazo. Si las autoridades reguladoras lo aprueban, el estudio podría comenzar antes de que finalice 2025.
De tener éxito, el sistema podría convertirse en una herramienta vital para pacientes con parálisis, esclerosis lateral amiotrófica (ELA) u otras condiciones que limitan la movilidad y el habla.
El campo de las BCI está en plena ebullición, con varias empresas compitiendo por liderar una revolución que podría redefinir la interacción entre humanos y máquinas. Neuralink, la compañía fundada por Elon Musk, es quizás la más conocida, pero no la única. Synchron, Blackrock Neurotech y Precision Neuroscience también trabajan en sus propias soluciones, cada una con enfoques distintos en cuanto a diseño, invasividad y aplicaciones médicas.
Mientras Neuralink apuesta por un implante más ambicioso, con electrodos flexibles que requieren cirugía robótica, Paradromics ha optado por un sistema de alta densidad que prioriza la precisión en la captación de señales.
Matt Angle, CEO y fundador de la empresa, lo explica con una analogía: «Es como colocar micrófonos dentro de un estadio en lugar de afuera. Nuestro dispositivo puede escuchar conversaciones individuales, mientras que otros solo captan el ruido de la multitud».
Esta diferencia técnica podría ser clave en el futuro. Si bien Neuralink ha avanzado en pruebas con animales y recientemente realizó su primer implante humano, Paradromics ha demostrado que su tecnología no solo es compatible con el cerebro humano, sino que además puede integrarse en procedimientos médicos convencionales sin complicaciones.
El desarrollo de una BCI funcional y segura requiere no solo innovación, sino también financiamiento sustancial. Hasta febrero de 2025, Paradromics había recaudado cerca de 100 millones de dólares, según datos de PitchBook. Además, en ese mismo mes, la empresa anunció una alianza estratégica con Neom, la megaciudad futurista de Arabia Saudita, aunque el monto de la inversión no fue revelado.
Estos recursos permitirán a la compañía acelerar sus investigaciones y prepararse para una eventual comercialización. A diferencia de otras startups que dependen únicamente de capital de riesgo, Paradromics ha logrado atraer el interés de actores globales, lo que sugiere una confianza creciente en su modelo tecnológico.
El éxito de Paradromics no es solo un logro aislado, sino parte de una carrera más amplia por llevar las interfaces cerebro-computadora desde los laboratorios hasta la vida cotidiana. Las aplicaciones potenciales son vastas: desde restaurar la comunicación en pacientes con parálisis hasta controlar prótesis robóticas con el pensamiento.
Sin embargo, los desafíos persisten. La biocompatibilidad a largo plazo, la miniaturización de los dispositivos y la ética en el manejo de datos neuronales son temas que aún requieren atención. Paradromics ha dado un paso crucial al demostrar que su sistema puede implantarse de manera segura, pero el verdadero reto será garantizar que funcione durante años sin degradarse o causar efectos adversos.
Mientras tanto, la competencia no se detiene. Neuralink, Synchron y otras firmas continúan innovando, lo que asegura que la próxima década estará marcada por avances acelerados en neurotecnología. Paradromics, con su enfoque en alta resolución y su reciente éxito clínico, se perfila como un actor clave en esta revolución.
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