La Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado un paso decisivo en la defensa planetaria con el lanzamiento de la misión Hera, su primera incursión en este tipo de iniciativas. Este proyecto tiene como objetivo evaluar las consecuencias de la colisión de una nave con un asteroide para desviar su trayectoria y proteger la Tierra de posibles impactos.
La misión, parte de la colaboración internacional AIDA (Asteroid Impact and Deflection Assessment), incluye la participación conjunta de la ESA y la NASA. Hera complementa los resultados obtenidos por la misión DART (Double Asteroid Redirection Test) de la NASA, la primera en desviar la órbita de un asteroide.
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El despegue de Hera tuvo lugar desde Cabo Cañaveral, impulsada por un cohete Falcon 9 de SpaceX. La nave comenzó su viaje hacia el sistema binario de asteroides Didymos, destino al que llegará en otoño de 2026. Este viaje representa los esfuerzos internacionales por desarrollar tecnologías capaces de desviar asteroides que puedan representar una amenaza para la Tierra.
A pesar de las inclemencias meteorológicas que pusieron en duda el lanzamiento, Hera finalmente emprendió su misión, con un objetivo claro: analizar las secuelas del impacto de la nave DART en el asteroide Dimorphos, un cuerpo de 150 metros de diámetro que fue impactado con éxito en 2022, modificando su órbita por primera vez en la historia de la humanidad.
Dimorphos es el asteroide más pequeño del sistema binario de Didymos, y fue objeto del primer experimento de defensa planetaria exitoso llevado a cabo por la NASA. La nave DART impactó contra Dimorphos en septiembre de 2022, logrando desviar su órbita. Este hecho marcó un precedente para futuras iniciativas en la protección de la Tierra contra posibles amenazas provenientes del espacio.
Sin embargo, los científicos todavía necesitan más datos para comprender con precisión lo ocurrido y para mejorar los modelos que permitirán desviar asteroides de manera efectiva.
A pesar de que DART proporcionó valiosa información visual, obtenida gracias a su cámara y al pequeño satélite italiano LICIACube, que capturó imágenes de los fragmentos eyectados durante la colisión, se requiere un análisis más detallado.
La misión de Hera está diseñada para llenar los vacíos de información que dejó DART. Acompañada por dos pequeños satélites del tamaño de una caja de zapatos (cubesats), Hera emprenderá un largo viaje para estudiar de cerca el impacto cinético en Dimorphos. Con la ayuda de la asistencia gravitatoria de Marte, la nave adquirirá el impulso necesario para llegar a su destino en 2026, donde pasará seis meses realizando investigaciones en profundidad.
Hera está equipada con 12 instrumentos, entre ellos un sistema de guiado, navegación y control liderado por la empresa española GMV. La misión pretende medir con precisión el tamaño y la masa de Dimorphos, aspectos cruciales para evaluar la eficacia de la desviación. Además, analizará la composición de la superficie del asteroide y sus características térmicas, utilizando una serie de avanzados sensores y cámaras.
Uno de los aspectos más innovadores de la misión es el uso de un radar a bordo de uno de los cubesats que se desprenderán de la nave principal. Este radar permitirá medir la estructura interna del asteroide, proporcionando información sin precedentes sobre su composición. También se utilizará un gravímetro, diseñado por la empresa española EMXYs en colaboración con el Real Observatorio de Bélgica, para medir el campo gravitatorio del sistema.
Hera tiene un papel fundamental en el marco de la defensa planetaria. Los asteroides del tamaño de Dimorphos representan un peligro real para la Tierra. Según la jefa de proyecto de Hera en Thales Alenia Space, Susana Infante, un asteroide de ese tamaño podría destruir una ciudad entera o generar un devastador tsunami si impactara en el océano. Aunque la frecuencia de impacto de cuerpos de estas dimensiones con la Tierra es baja -aproximadamente una vez cada 10,000 años-, es crucial estar preparados.
Los asteroides cercanos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) son objeto de constante monitoreo. Se estima que hay alrededor de 30,000 asteroides con tamaños entre los 100 y 300 metros cuyas órbitas podrían acercarse a nuestro planeta, pero el 82 % de ellos aún no han sido detectados, lo que subraya la importancia de misiones como Hera y DART para mitigar riesgos futuros.
La misión DART demostró por primera vez que es posible desviar la órbita de un asteroide mediante un impacto cinético. Sin embargo, los datos obtenidos por DART no son suficientes para una evaluación completa de la eficiencia de este método. Hera es esencial para complementar esta información, aportando detalles cruciales sobre la masa, la estructura interna y la composición de Dimorphos, aspectos que permitirán a los científicos perfeccionar las técnicas de defensa planetaria.
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