Kaspersky es una empresa multinacional con sede en Rusia que ofrece soluciones y servicios de ciberseguridad de última generación. Sin embargo, la administración Biden acaba de prohibir la venta de productos y servicios de Kaspersky Lab en Estados Unidos, citando riesgos significativos para la seguridad nacional.
A partir del 20 de julio, el producto dejará de estar disponible para la venta a clientes particulares y corporativos en el país. Asimismo, los usuarios existentes podrán recibir actualizaciones hasta el 29 de septiembre, después de lo cual deberán buscar alternativas.
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Esta medida, impulsada por el Departamento de Comercio norteamericano, surge tras una exhaustiva investigación que concluyó que Kaspersky representa riesgos «indebidos o inaceptables» para los estadounidenses.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, comunicó la medida, destacando la preocupación del gobierno estadounidense sobre el potencial uso de la empresa rusa para actividades de espionaje y recolección de datos sensibles de ciudadanos estadounidenses.
La decisión del Departamento de Comercio no se basa en la capacidad de los productos de Kaspersky para combatir el malware, sino en una serie de características que podrían ser explotadas por el gobierno ruso. Según el departamento, Kaspersky está sujeto a la jurisdicción rusa y, por tanto, obligado a cumplir con cualquier solicitud de asistencia o información del Kremlin.
Esto incluye peticiones del Servicio Federal de Seguridad de Rusia y otras agencias de inteligencia.
La investigación concluyó que el software de Kaspersky podría ser utilizado para filtrar datos de clientes estadounidenses al gobierno ruso, un riesgo significativo dado el amplio uso del antivirus en ordenadores particulares y sistemas de infraestructura crítica en Estados Unidos.
Raimondo explicó que Rusia tiene tanto la capacidad como la intención de explotar empresas como Kaspersky para obtener y utilizar información personal de los estadounidenses. Asimismo, asegura que la compañía rusa está esencialmente bajo el control del presidente Vladimir Putin.
Con las herramientas de Kaspersky instaladas en numerosas computadoras estadounidenses, existe el riesgo de que el Kremlin pueda obligar a la empresa a actuar como un conducto hacia esos sistemas, comprometiendo la seguridad nacional.
En respuesta a la prohibición, Kaspersky emitió una declaración y expresó que la decisión de la Casa Blanca se basaba en el clima geopolítico actual y en preocupaciones teóricas, en lugar de una evaluación integral de la integridad de sus productos y servicios.
Kaspersky negó haber participado en actividades que amenacen la seguridad nacional de Estados Unidos y manifestó su intención de buscar todas las opciones legales disponibles para preservar sus operaciones y relaciones actuales.
La empresa destacó que, durante más de 26 años, ha protegido más de mil millones de dispositivos en todo el mundo y ha demostrado repetidamente su independencia de cualquier gobierno. Además, mencionó las medidas de transparencia implementadas para demostrar su compromiso con la integridad y la confiabilidad de sus productos.
Las acciones de la administración Biden siguen a medidas anteriores para expulsar los productos de Kaspersky de las redes del gobierno estadounidense.
En 2017, el Departamento de Seguridad Nacional emitió una directiva que exigía a las agencias federales eliminar y suspender el uso de productos de Kaspersky en sus sistemas de TI. Esta decisión se tomó después de informes que sugerían que el software antivirus de Kaspersky había sido utilizado por fisgones del gobierno ruso para robar material clasificado de una PC perteneciente a un contratista de la NSA.
En respuesta a estas acusaciones, Kaspersky Lab se ofreció a abrir su código fuente para que terceros lo revisaran. Sin embargo, en 2018, la Ley de Autorización de Defensa Nacional prohibió el uso de Kaspersky por parte del gobierno federal.
En marzo de 2022, tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) añadió los productos y servicios de Kaspersky a su lista de equipos y servicios de comunicaciones que suponen una amenaza para la seguridad nacional.
La prohibición afectará significativamente la capacidad de Kaspersky para operar en Estados Unidos. Además, la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio añadió a AO Kaspersky Lab, OOO Kaspersky Group en Rusia y Kaspersky Labs Ltd en el Reino Unido a su lista de entidades consideradas un riesgo para la seguridad nacional. Esto dificultará o imposibilitará que los estadounidenses hagan negocios legales con estas entidades.
El principal impacto de estas medidas, según Kaspersky, será el beneficio para el cibercrimen. La cooperación internacional entre expertos en seguridad cibernética es crucial en la lucha contra el malware, y esta prohibición restringirá esos esfuerzos. Además, Kaspersky argumenta que la medida quita la libertad a los consumidores y organizaciones de utilizar la protección que desean, obligándolos a alejarse de una tecnología antimalware que, según pruebas independientes, es de las mejores en la industria.
A pesar de la prohibición, Kaspersky se mantiene firme en su compromiso de proteger al mundo de las amenazas cibernéticas. La empresa reportó un crecimiento del 11 % en las reservas de ventas en 2023 y continúa defendiendo su reputación e intereses comerciales.
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