La NASA ha dado un importante paso hacia el histórico alunizaje de la misión Artemisa III, seleccionando nueve regiones cercanas al Polo Sur de la Luna como candidatas para el aterrizaje. Esta iniciativa forma parte del ambicioso proyecto Artemisa, que busca expandir la exploración lunar y llevar a los primeros humanos a esta área inexplorada.
Para definir los sitios de alunizaje, un equipo multidisciplinario de científicos e ingenieros de la NASA evaluó diversas áreas del Polo Sur lunar. Utilizaron datos del Lunar Reconnaissance Orbiter y otros estudios de la superficie lunar. Entre los criterios considerados se incluyeron la accesibilidad, el potencial científico, las condiciones de iluminación y la capacidad de comunicación con la Tierra. También fue crucial analizar la seguridad de la trayectoria combinada del cohete SLS, la nave Orion y el sistema Starship HLS.
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Según Sarah Noble, líder de ciencia lunar del programa Artemisa, estas áreas no solo prometen un entorno geológicamente diverso sino que también podrían albergar recursos vitales como el agua. Este recurso es esencial no solo para la exploración lunar, sino también para futuras expediciones humanas al espacio profundo.
Las nueve regiones seleccionadas, cada una con características geológicas únicas, son:
Estas áreas ofrecen flexibilidad para adaptarse a las ventanas de lanzamiento y cumplir con los requisitos de la misión. Además, muchas de estas zonas cuentan con valles y sombras perpetuas que podrían contener agua congelada, un recurso crucial para la supervivencia humana y la producción de combustible en la Luna.
Explorar el Polo Sur lunar representa una oportunidad única para la ciencia. En contraste con las misiones Apolo, el entorno polar tiene áreas de sombra perpetua que podrían resguardar compuestos como el agua y otros elementos esenciales. Sarah Noble destacó que estas zonas podrían ayudar a ampliar el conocimiento sobre la historia geológica de la Luna y el sistema solar.
Según Jacob Bleacher, científico jefe de exploración de la NASA, el objetivo es garantizar un aterrizaje seguro para la tripulación de Artemisa III, mientras se aprovechan las oportunidades de investigación. El Polo Sur lunar es un entorno inexplorado que podría revelar datos valiosos sobre los recursos lunares y las condiciones necesarias para establecer futuras bases humanas.
En los próximos meses, la NASA planea trabajar en estrecha colaboración con la comunidad científica para evaluar en mayor profundidad los sitios candidatos. A través de conferencias y talleres, los expertos desarrollarán mapas geológicos detallados y analizarán el valor científico de cada área. Esto es esencial no solo para Artemisa III, sino para las futuras misiones Artemisa que podrían incluir un vehículo de exploración lunar (LTV) para una mayor movilidad en la superficie.
Además, este proceso de evaluación incluirá un análisis exhaustivo del Polo Sur lunar en su totalidad, anticipando los requisitos de futuras misiones como Artemisa V. La selección final de los sitios de alunizaje para Artemisa III dependerá de la fecha de lanzamiento, la trayectoria orbital y las condiciones de la superficie.
La misión Artemisa III no solo marca el retorno de la humanidad a la Luna, sino que también se propone alcanzar varios hitos históricos. La tripulación incluirá a la primera mujer, la primera persona de color y el primer astronauta internacional en caminar en la superficie lunar. Este es un logro que no solo representa un avance en la exploración espacial, sino que también promueve la diversidad y la inclusión en el espacio.
Con Artemisa, la NASA está construyendo una base para la exploración científica a largo plazo de la Luna. Los avances en esta misión podrían preparar el camino para futuras expediciones humanas a Marte y otros destinos en el sistema solar. La visión de la NASA es que la exploración lunar no solo sea un logro para la agencia, sino una contribución para toda la humanidad.
Uno de los objetivos centrales de Artemisa es evaluar y utilizar los recursos naturales de la Luna, como el agua. Este recurso, atrapado en forma de hielo en las sombras perpetuas del Polo Sur, podría ser clave para la producción de oxígeno y combustible, lo que facilitaría misiones a largo plazo.
La posibilidad de explotar estos recursos transforma al Polo Sur en una zona estratégica para la supervivencia humana y las futuras misiones espaciales. La NASA espera que los hallazgos de Artemisa III no solo amplíen la comprensión científica de la Luna, sino que también allanen el camino para la vida en otros planetas.
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