Durante la conferencia Google I/O, Sergey Brin, cofundador de Google, afirmó que la inteligencia artificial general (IAG) podría volverse realidad antes de que finalice la década. Esta tecnología, aún considerada en gran medida hipotética, se define como una inteligencia artificial con la capacidad de comprender y ejecutar cualquier tarea cognitiva humana. Aunque Brin dejó su rol ejecutivo en 2019, hoy colabora estrechamente con los equipos de investigación de IA de la compañía.
En contraste, Demis Hassabis, CEO de Google DeepMind, mostró una postura más cauta, proyectando que la llegada de la IAG podría suceder después de 2030, aunque reconoció avances significativos.
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Uno de los aspectos más debatidos fue la posibilidad de que la IAG comprenda emociones. Para Hassabis, esto dependerá del enfoque de diseño:
“No hay razón teórica para que una IAG no pueda comprender emociones, pero puede que no sea necesario o incluso deseable que experimente reacciones emocionales humanas”, explicó.
Esta reflexión abre la puerta a una IA más racional y funcional, sin los límites emocionales que caracterizan a las decisiones humanas, pero también sin su empatía.
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Brin también abordó los desafíos que enfrentó con el proyecto Google Glass, reconociendo que subestimó la complejidad de las cadenas de suministro y el costo de fabricar tecnología usable a escala comercial.
“Cometí muchos errores porque no entendía bien la fabricación de productos electrónicos de consumo”, admitió.
Pese a ello, se mostró optimista con el nuevo enfoque de Google hacia gafas inteligentes potenciadas por inteligencia artificial, destacando que esta vez cuentan con alianzas estratégicas más sólidas.
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En línea con esta visión, Google presentó un prototipo de sus nuevas gafas inteligentes Android XR, marcando su regreso al mercado una década después del cierre de Google Glass. Aunque la presentación no incluyó fecha oficial de lanzamiento, el anuncio confirma el renovado interés de la compañía por liderar el desarrollo de tecnología inmersiva aplicada a la vida cotidiana.
Para Brin, es un momento clave para los expertos en computación. “Cualquiera que sea informático no debería estar jubilado ahora mismo”, aseguró.
La visión de Sergey Brin y Demis Hassabis sobre el futuro de la inteligencia artificial muestra un equilibrio entre ambición e inteligencia cautelosa. Con una IAG que podría emerger en menos de una década, y con el resurgimiento de proyectos como las gafas Android XR, Google reafirma su apuesta por estar a la vanguardia de una revolución tecnológica que podría transformar la sociedad tal como la conocemos. Pero solo mostró un prototipo y no anunció fecha de salida a la venta.
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