El sector logístico enfrenta un desafío ineludible: reducir su impacto ambiental sin sacrificar eficiencia. Con el transporte y la logística generando cerca del 24 % de las emisiones globales de CO₂ relacionadas con la energía, la urgencia por adoptar modelos sostenibles se ha convertido en una prioridad estratégica.
Este crucial tema será desglosado en detalle durante el Transporte, Logística y Zonas Francas Summit 2025, organizado por Mercado Events el 7 de mayo, un encuentro donde expertos internacionales y locales debatirán las tendencias disruptivas del sector.
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Mientras las empresas buscan equilibrar rentabilidad y responsabilidad ecológica, la logística verde emerge como una solución viable, impulsada por tecnologías limpias, regulaciones más estrictas y consumidores cada vez más conscientes. ¿Cómo está evolucionando este mercado? ¿Qué estrategias están marcando la diferencia?
El transporte por carretera es el mayor contaminante dentro del sector, con automóviles emitiendo 150 gramos de CO₂ por kilómetro, seguido por la aviación, con 180 gramos. En contraste, medios como el ferrocarril y los autobuses demuestran mayor eficiencia, con emisiones que no superan los 35 gramos por kilómetro.
Estas cifras evidencian la necesidad de migrar hacia sistemas de transporte más limpios y optimizados.
Pero el problema no se limita a las emisiones. La dependencia de combustibles fósiles, la congestión vehicular y el desperdicio de recursos en la cadena de suministro agravan el panorama. Ante esto, la logística verde se posiciona como un modelo clave para mitigar estos efectos, combinando innovación tecnológica y estrategias operativas inteligentes.
La transición hacia vehículos eléctricos (EV) y alternativos como el biometano y el gas licuado (LNG) avanza a ritmo acelerado. Tan solo en 2022, se vendieron 66,000 autobuses eléctricos y 60,000 camiones de carga pesada a nivel global, según datos de BloombergNEF. Empresas como Across Logistics ya implementan proyectos como CLEANER ENERGY LNG y MIX-BIOMETHANE, demostrando que los combustibles limpios no solo reducen emisiones, sino que también mejoran la competitividad.
La inteligencia artificial y el big data están revolucionando la planificación logística. Al optimizar rutas y consolidar cargas, las empresas reducen hasta un 20% los kilómetros recorridos, disminuyendo emisiones y costos operativos. Plataformas como Google’s OR-Tools y Trimble Logistics ya permiten calcular las rutas más eficientes en tiempo real.
Combinar tren, barco y camión no es nuevo, pero su adopción masiva sí. El transporte intermodal puede reducir las emisiones de CO₂ hasta en un 60% en comparación con el transporte terrestre exclusivo. Europa lidera esta tendencia, con países como Alemania y Países Bajos integrando redes ferroviarias y fluviales en sus cadenas de suministro.
Almacenes y hubs están adoptando paneles solares, iluminación LED y sistemas de gestión energética inteligente. Empresas como Amazon y DHL ya operan centros de distribución con cero emisiones netas, demostrando que la sostenibilidad también es rentable.
El reciclaje y la reutilización de materiales están ganando terreno. La logística inversa permite recuperar hasta un 30% de los productos desechados, según la Reverse Logistics Association. Empresas como IKEA y Zara han implementado programas de devolución y reciclaje que reducen desperdicios y generan ahorros.
Según proyecciones de Mordor Intelligence, el mercado global de logística verde alcanzará USD 1.91 billones para 2029, con una tasa de crecimiento anual del 8.29%. Este auge responde a tres factores clave:
Presión Regulatoria. Gobiernos y organismos internacionales exigen mayores estándares ambientales.
Demanda del Consumidor. El 72% de los compradores prefiere marcas con prácticas sostenibles (Nielsen).
Eficiencia Operativa. Las empresas descubren que lo ecológico también es más económico a largo plazo.
La logística verde ya no es una opción, sino una obligación competitiva. Las empresas que adopten estas prácticas no solo contribuirán a frenar el cambio climático, sino que también ganarán ventaja en un mercado donde la sostenibilidad es sinónimo de innovación y liderazgo.
La pregunta ya no es «¿Por qué implementar logística verde?», sino «¿Cómo hacerlo antes que la competencia?». La respuesta, sin duda, definirá el futuro del sector.
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