La clase/industria artística ha sido la más afectada en medio de la pandemia ¿Podrá renacer después de todo?
El golpe a la industria del entretenimiento a nivel mundial es incalculable, en 2019 me atrevo a decir que el sector atravesaba por uno de los mejores momentos, superando los cientos de millones de dólares de ingresos anuales; entonces naturalmente la pandemia nos ha afectado a gran escala en materia económica, pues nos valemos esencialmente del público, a eso súmale todo lo que y los que, indirectamente se ven afectados: boletería, publicidad, pautas comerciales en medios, suplidores de alimentos y bebidas, touroperadores en polos turísticos tan esenciales para nuestra economía como lo es Punta Cana y un sinnúmero de empleos y operaciones comerciales que no terminaríamos de mencionar hoy.
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Sin embargo yo estoy completamente seguro de que en el periodo pospandemia la industria se beneficiará sobremanera y resurgirá en proporciones descomunales, pues la gente estará ávida de disfrutar los grandes placeres de la vida, como son los conciertos, la música, el vivir experiencias grupales luego de estos años tan duros de confinamiento total que nos ha tocado atravesar.
Los conciertos virtuales; su función en pandemia y continuidad en la vida post
Si bien los conciertos virtuales fueron una herramienta indispensable para mantenernos mínimamente en el subconsciente del consumidor y llevarles un poco de desahogo entre tanta desgracia, no menos cierto es que la virtualidad jamás podrá compararse con las experiencias en vivo. Recuerda que un concierto presencial no solo se disfruta el día del evento, sino desde que se anuncia, esa expectativa de los fanáticos, ese plan previo de los amigos, de con quién vamos, y hasta del gozo en las filas para entrar es único.
Y obviamente la interacción del artista con su público, el calor humano, la ovación, entonar una canción al unísono con la multitud, eso jamás podrá ser sustituido por ninguna tecnología.
¿Cuál ha sido su fórmula como empresario para sortear el colapso?
Para el colapso y para la vida diría yo: no poner todos los huevos en la misma canasta. Aunque el grueso de mi empresa es el entretenimiento, yo he aprendido a diversificarme: tengo una emisora, una boletería una compañía de medios, invierto aquí y allá en proyectos que no necesariamente están estrechamente ligados al ocio.
Me mantengo despierto, siempre buscando nichos de mercado, a veces no he terminado de cerrar un negocio y ya estoy pensando en el próximo, mi cerebro no se apaga ni durmiendo, siempre pensando en nuevas maneras de innovar.
Sin embargo, en cada proyecto sopeso mis posibilidades, así como los distintos escenarios que puedan presentarse, eso, a lo largo de mi carrera creo ha sido la clave para tener éxito a largo plazo, tomar riesgos calculados que minimicen los negativos y maximicen los resultados positivos. Además de que siempre pienso en grande.
La prueba piloto organizada por Festivales por la Cultura Segura, en España, concluye que el concierto en estadio de Love of Lesbian en Barcelona con 5,000 personas no fue supertransmisor. ¿Qué representa esto para usted como promotor?
Esperanza, la certeza de que vamos a volver a juntarnos, a disfrutar como antes o probablemente más y mejor.
La magia del Cirque Du Soleil; para RD su estreno es el 25 de noviembre de 2021. Retos e incertidumbres.
Retos, los de siempre en cuanto a logística, pero dentro del contexto pandémico lo más difícil y lo más importante para nosotros el lograr que el país se proyecte como un destino seguro, tanto para los artistas y el crew de Cirque, como para los extranjeros, que son nuestro target en este evento. Creo que eso poco a poco lo hemos ido logrando.
¿Cómo se manejan los contratos en este contexto pandémico?
Las partes involucradas evalúan todos los escenarios posibles, pero cada una siempre comprometida a luchar para que los proyectos se concreten y obviamente se han flexibilizado algunas cláusulas como las de posposición por causa mayor o la garantía de seguridad sanitaria.
De todos los artistas con los que ha tratado; anécdotas variadas.
Una de las más emotivas fue aquel concierto de Juan Luis Guerra, en 2013. Ese día, bajo prácticamente un huracán, todo el mundo apostaba por la cancelación del evento, pero al final terminó siendo uno de los más memorables. Las 50,000 voces que colmaban el Estadio Olímpico se mantuvieron estáticas coreando todas las canciones del maestro y al final la sorpresa, cuando llegó “El King”, Romeo Santos a cantar “frío, frío” con Juan Luis. (rma)
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