Relajación: 8 técnicas que benefician el cuerpo y la mente

SI EL CORAZÓN te late más deprisa, aumenta tu presión arterial, notas que la respiración se acelera y es menos profunda, no sientes el aumento del flujo de ciertas hormonas, pero sí la tensión y el sudor en la piel o tienes insomnio, es estrés y necesitas relajar tu mente y tu cuerpo.

La relajación es un proceso que disminuye los efectos del estrés. Las técnicas de relajación pueden ayudarte a lidiar con el estrés cotidiano y con el estrés relacionado con diversos problemas de salud, como las enfermedades cardíacas y el dolor.

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A medida que aprendes técnicas de relajación, puedes comenzar a tomar más conciencia sobre la tensión muscular y otras sensaciones físicas que produce el estrés. Una vez que sepas cómo se siente la respuesta al estrés, puedes hacer un esfuerzo consciente para implementar una técnica de relajación en el momento en el que comienzas a sentir síntomas.

Respiración profunda y consciente, masajes, meditación, tai-chí, yoga y pilates, biorretroalimentación, musicoterapia o terapia de arte, aromaterapia, hidroterapia, visualización positiva o, simplemente sonreír, son algunas técnicas de relajación que puedes practicar para controlar el estrés. Pero, ¿qué puedo hacer cuando estoy en medio de una reunión o en mi sitio de trabajo?

Toma respiraciones profundas

Este es de los mejores métodos antiestrés que existen, y puede ponerse en práctica en cualquier parte. Para hacerlo efectivo, sólo necesitas cerrar los ojos y tomar una respiración bien profunda, hinchando los pulmones. Retén el aire por unos segundos y luego exhala. Este ejercicio es mejor si apoyas la espalda en tu silla, buscando una mayor relajación del cuerpo.

Adoptar una buena postura

Para poder sentirte relajado, es importante que tengas el mobiliario de trabajo correcto, pero más importante aún es que lo sepas usar. Una buena silla es efectiva para tu espalda, sólo si apoyas la espalda completamente de acuerdo a la forma de la silla, así evitarás contracturas, dolores de cabeza o mareos… y podrás relajarte, aunque sea un poco, entre tanto trabajo.

Estira los brazos

Gracias al uso de la computadora, los brazos pasan muchas hora retraídos, generando tensiones musculares, haciendo frecuentes los dolores de hombros y de muñecas. Por suerte, puedes evitarlo con algunos ejercicios de estiramiento que no requieren siquiera que te levantes del asiento.

Puedes llevar tus brazos hacia al frente con las palmas paralelas al suelo y comienza girar las muñecas, para tener una mayor relajación de la zona.

Visualización creativa

Las personas que trabajan en oficina, suelen pasar muchas horas sentados en cubículos en los que generalmente escasean los colores agradables. La mente necesita un poco de diversión durante el día, de lo contrario se revela y no nos permite concentrarnos en nuestras actividades por el resto del día.

Mirar por la ventana

Este ejercicio también es excelente para relajar la mente, sólo tienes que dirigirte a la ventana y quédate contemplando algún punto en la distancia. Es importante que en ese momento hagas todo lo posible por mantener tu mente en blanco, de este modo cuando regreses tendrás nuevas ideas, y encararás el resto de la jornada con una mejor actitud.

Toma una caminata

Y no necesariamente debe ser al parque o a alguna avenida. Trata de caminar por los pasillos de la empresa, incluso trata de socializar un poco con tus compañeros y entabla una charla sobre algo cotidiano, evitando los temas laborales.

Medita

Meditar es mucho más que sentarse en posición de flor de loto y colocar música instrumental de fondo. Si lo que buscas es bajar un poco las revoluciones de tu mente, puedes apartar tu rostro por 5 minutos del monitor, poner música en tu teléfono y cerrar los ojos para tomar algunas respiraciones profundas. Decir «om» en voz alta, puede que te haga parecer un loco, pero al menos trata de repetirlo en tu cabeza varias veces.

Toma descansos

Es algo tan simple como pasar 5 minutos desconectado por cada hora de trabajo completada. Las pausas laborales, no son un sinónimo de desinterés y bajo rendimiento. Por el contrario, son necesarios para poder darle un descanso a la mente y el cuerpo, logrando ser mucho más productivo.