Con una prevalencia de 14 % de la población mundial, la enfermedad de Lyme es causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, transmitida a los seres humanos por medio de las mordidas de garrapatas de patas negras infectadas según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS). Siendo Europa central y occidental y Asia oriental las regiones a nivel global donde se presentan más casos de la infección.
Este padecimiento puede causar síntomas que van desde fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares y de las articulaciones y ganglios linfáticos inflamados, por lo que si no se trata adecuadamente, puede tener efectos a largo plazo en la salud de los pacientes. Sin embargo, actualmente los científicos están trabajando en el desarrollo de una nueva vacuna para prevenir y contrarrestar los síntomas de esta dolencia.
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El diagnóstico de Lyme puede ser complicado, ya que sus síntomas pueden imitar a otras enfermedades. Además, las pruebas actuales para detectarla no siempre son precisas, lo que dificulta el tratamiento oportuno.
Históricamente, existió una vacuna disponible para esta afección llamada LYMErix. Pero la misma fue retirada del mercado en 2002 debido a preocupaciones sobre posibles efectos secundarios. Desde entonces, los científicos han estado trabajando en el desarrollo de una nueva vacuna más segura y efectiva.
Recientemente, se ha logrado un importante avance en la investigación. Según informes publicados, los científicos han identificado una proteína específica en la bacteria Borrelia burgdorferi que desempeña un papel crucial en la infección. La misma es conocida como VlsE, la cual ha sido el objetivo principal para el desarrollo de la vacuna.
Según detalla la Asociación Española de Vacunología, esta prometedora vacuna desarrollada por la biotecnología francesa Valneva, arroja resultados positivos en la fase II. Previamente, y tras presentar igualmente resultados positivos de seguridad y eficacia en la fase I, la FDA le concedió la designación “fast track” en julio de 2017. Las fases posteriores de desarrollo serán lideradas por Pfizer Inc., que cubrirá el 30 % de los costos del mismo. Esta es la única vacuna contra esta enfermedad en fase de desarrollo clínico en la actualidad, la cual utiliza tecnología de ARNm (ácido ribonucleico mensajero) para desencadenar una respuesta inmune específica contra la proteína VlsE. Esta metodología se ha utilizado con éxito en el desarrollo de otras vacunas, como las del COVID-19.
Los ensayos clínicos se dirigen al estudio de la proteína de superficie OspA, que es una de las más abundantemente expresadas por Borrelia cuando está presente en una garrapata Ixodes.
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Estaría indicada para adultos y niños a partir de los dos años de vida y cubre seis de los serotipos más importantes de Borrelia en Europa y Estados Unidos, lo que representa el 98 % de todas las especies de Borrelia del hemisferio norte.
Se espera que esta inoculación en desarrollo brinde una protección duradera contra la enfermedad de Lyme al estimular una respuesta inmune fuerte y específica contra la proteína VlsE. Además, se espera que sea segura y bien tolerada por los receptores, abordando así las preocupaciones de seguridad que surgieron con la vacuna anterior.
Aunque este favorable método se encuentra en las etapas de desarrollo y prueba, ofrece esperanza para aquellos que viven en áreas donde la enfermedad es endémica. Si demuestra ser segura y efectiva en ensayos clínicos, podría convertirse en una herramienta vital en la prevención de este padecimiento.