El cambio climático empeora la salud humana de muchas formas. Un estudio reciente de la Universidad de Hawái fijaba en más de 200 el número de enfermedades agravadas por cuestiones ecológicas. Supone un 58 % del total de las patologías. Una corriente compartida por Naciones Unidas, que este martes lanzó un serio aviso: el mundo necesita reducir la contaminación para protegerse contra las superbacterias.
El Programa de la ONU para el Medioambiente (Pnuma) señaló, en concreto, a la contaminación creada por los sectores farmacéutico, agrícola y sanitario. En su informe «Preparándose para las superbacterias: fortalecimiento de la acción ambiental en la respuesta sanitaria a la resistencia a los antimicrobiana», urge a frenarla como método para reducir la propagación de este peligro sanitario.
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El estudio, presentado en Barbados, define las superbacterias como cepas resistentes a los antibióticos. Según recoge la agencia EFE, el informe avisa del riesgo de que los antimicrobianos «usados para prevenir y tratar infecciones en humanos, animales y plantas» se vuelvan ineficaces. Los medicamentos podrían ser cada vez menos efectivos para tratar infecciones, ya sean fuertes o leves.
Una situación que ya causa enormes problemas. La mencionada resistencia de las infecciones a los medicamentos es una de las 10 principales amenazas para la salud global según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El organismo atribuye a esta causa alrededor de 1.27 millones de muertes en el año 2019. Además, el estudio cifra en 4.95 millones las muertes asociadas a la resistencia antimicrobiana bacteriana.
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La amenaza puede seguir agravándose si no se toman medidas. En previsiones publicadas por EFE, el Pnuma vaticina diez millones de muertes directas cada año para 2050 por la resistencia antimicrobiana. Son cifras similares a las de fallecimientos por cáncer en 2020.
Las muertes son el principal drama de un problema que en términos económicos provocaría un desplome del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de al menos US$3.4 billones para 2030. 24 millones de personas más se verían en una situación de pobreza extrema.
«Los impactos de la resistencia antimicrobiana podrían destruir nuestros sistemas alimentarios y de salud», alerta Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma. «Reducir la contaminación es un requisito previo para otro siglo de progreso hacia el hambre cero y la buena salud».
La ONU apunta directamente a las principales fuentes de contaminación de saneamiento deficiente, alcantarillado y desechos comunitarios y municipales como aspectos a atacar para mejorar la situación. El Pnuma indica como un herramienta básica la coordinación, y la creación de «una gobernanza, planificación, regulación y marcos legales» para actuar contra esta amenaza.
«Mejorar la gestión integrada del agua y promover agua, saneamiento e higiene», son otras de las claves para paliar un riesgo que amenaza a toda la población mundial.
Borja Santamaría
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