Una fórmula muy sencilla para saber cuál es el peso ideal de una persona, es dividir su peso en kilogramos entre su altura en metros cuadrados, pero ¿existe realmente el peso ideal? ¿tiene sustento científico este parámetro? Aunque socialmente lo “ideal” en términos de belleza establece pesos y características especificas, muchas veces difícil de alcanzar, la búsqueda de estas puede llevar consigo peligros tanto en la salud física como en la mental.
Esta “belleza ideal” en la industria del entretenimiento es mucho más marcada. Básicamente
se olvida la importancia de contar con un peso saludable –donde se protejan todos los valores que permitan gozar de un buen estado de salud y calidad de vida–, para buscar ese anhelado peso ideal, que muchas veces ocasiona enfermedades alimenticias como bulimia, anorexia, obesidad.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
En esta edición de Celebrities Health presentaremos las historias de tres reconocidas cantantes que han batallado con su peso durante muchos años.
Ver más: Fortaleza mental, clave en la toma de decisiones para celebridades
Tras años de polémica sobre su peso, la cantante y diseñadora británica reconoció en 2001 que sufría de desórdenes en su alimentación
Juventud, belleza y fama, tres elementos que Victoria Beckham con solo 20 años ya disfrutaba al formar parte del exitoso grupo femenino de la década de 1990, las Spice Girls. Desde sus inicios, Beckham ha cautivado la atención del público por muchas de sus cualidades, pero también ha sido el blanco de críticas producto de su extrema delgadez.
En los inicios de su carrera la joven cantante estaba obsesionada con su aspecto físico. Con 1.63 metros de estatura y 48 kilos de pesos, Beckham seguía en busca de su “figura ideal”, búsqueda que se extralimitó tras ser presionada por miembros del grupo para bajar de peso.
En su autobiografía titulada Learning to Fly, publicada en 2001, la también diseñadora reveló su secreto a voces; que padecía de bulimia y anorexia. “En el gimnasio, en lugar de controlar mi
postura o mi posición, estaba más pendiente de mi trasero o de comprobar si mi papada se hacía más pequeña”.
Tal era su obsesión por bajar de peso que, sumado a largas rutinas de ejercicios solía alimentarse solo de líquidos en lugar de comidas sólidas. Según la revista OK Magazine, Victoria, además, tenía el hábito de masticar la comida y luego escupirla.
No fue nada fácil encontrar amor propio, durante casi la mitad de su vida Victoria pasó de realizar dietas de moda, comer solo guisantes o simplemente dejar de comer para no subir de peso. Beckham solo vio obligada a realizar una dieta equilibrada cuando quedó embarazada.
Con la llegada de la madurez, la cantante entendió la importancia de equilibrar su salud y su apariencia física. En una carta, publicada hace algunos años en British Vogue, donde habló sobre las dificultades que enfrentó cuando era adolescente, escribió: “Mi confianza definitivamente ha crecido a medida que envejezco. Sé lo que funciona en mí, lo que se ve bien, lo que me hace sentir segura y cómoda. Aprende a aceptar tus imperfecciones”.
«Empecé a vivir de verduras y nada más. Solía llenar cuencos con espinacas y zanahorias y hacerlos al vapor. O solo comía guisantes»
El deseo por tener un cuerpo de bailarina, arrojó a la polémica cantante, compositora y actriz estadounidense Lady Gaga a padecer de trastornos alimenticios
Aunque en varias entrevistas la reconocida cantante habría admitido que sufría de algunos problemas de salud, no fue sino hasta el 2012, cuando Lady Gaga confesó que desde los 15 años padecía bulimia y anorexia.
En menos de 10 años, la afamada cantante ha sufrido al menos seis drásticos cambios de peso, los mismos que escondía con sus extravagantes vestuarios. Con el lanzamiento de su campaña Body Revolution, Gaga decidió publicar unas de sus fotos frente al espejo acompañada de la frase “anorexia y bulimia desde los 15 años”.
Todo comenzó en sus años de adolescencia en su paso por el instituto, cuando Stefani Joanne Angelina Germanotta, conocida en el mundo artístico como Lady Gaga, en su afán de pertenecer y permanecer en el cuerpo de baile se veía obligada a vomitar para perder peso. “Quería ser una bailarina delgada, sin embargo, era una niña voluptuosa niña italiana cuyo padre ponía albóndigas en la mesa todas las noches”.
Asimismo, reconoció que constantemente sufría burlas de sus compañeros de instituto, lo que intensificaba sus ganas de bajar de peso, ya que no se sentía segura de sí misma.
Los trastornos alimenticios no son nada fáciles de superar, y el caso de Lady Gaga no es la excepción, sin embargo, decidió ponerle freno a la bulimia, pues los constantes vómitos comenzaban a afectar su voz. “Me afectó la voz, así que tuve que detenerme, el ácido en las cuerdas vocales es muy malo. Para aquellos que no cantan, quizá no se dan cuenta hasta que es muy tarde, y eso es muy peligroso”.
Apoyada con terapia psicológica y de la mano de su madre, crearon la fundación ‘Born this way’ para inspirar valentía a otros jóvenes que se encuentren en situaciones similares. “Sé valiente y celebra con nosotros tus ‘defectos percibidos’, tal y como nos dice la sociedad. Puede que hagamos nuestros defectos famosos y de este modo redefinamos lo atroz”.
«La guerra de las dietas tiene que detenerse. Tienen que despertar, porque está enfermando a chicos y chicas de cualquier edad. Es realmente duro, pero tienes que hablar con alguien de eso»
Producto de la ausencia de su padre, el famoso cantante Phil Collins, la actriz británica Lily Collins, se sumergió en un régimen extremo de alimentación
En 2017, la protagonista de la exitosa serie de Netflix “Emily en París”, reveló en su autobiografía No shame, no regrets, just me (Sin filtros: sin vergüenza ni arrepentimientos, solo yo, en español) que durante su adolescencia sufrió de trastornos alimenticios.
Aunque hoy disfruta de las mieles del éxito, no siempre fue así, pues, la afamada actriz por muchos años se vio sumergida en problemas familiares y de salud que impidieron una adolescencia feliz.
Según detalla la misma Lily en su autobiografía, en su niñez no contó con la presencia ni el cariño de su padre. Esta ausencia paterna dejó en ella una huella dolorosa, tanto así que sentía que “no era suficiente”, desencadenando en Lily el deseo obsesivo de controlar su peso, creando adicción al ejercicio y a los laxantes, para luego agravarse con atracones.
“Estaba llorando en el suelo, metiéndome la mano en la garganta y tratando desesperadamente de vomitar”. A todo esto, se sumó relaciones tóxicas que la aislaron aún más, incluso dio paso a violencia física y verbal de su pareja en ese momento. Estos incidentes fueron favorables para que Lily iniciara cambios cruciales en su vida.
“Consideraba que hablar de mi lucha contra un desorden alimenticio podría ensombrecer mis logros como actriz, pero también sabía que era algo que tenía que hacer para seguir avanzando como ser humano. Necesitaba dejarlo salir. Siempre me he esforzado por tener conversaciones sobre temas tabúes con mujeres jóvenes. Siempre he admirado a las personas honestas y con las que te puedes identificar. Haber sufrido un trastorno alimenticio no me define, no me avergüenzo de mi pasado”.
Lily Collins en 2017 interpretó a una joven que luchaba con la anorexia en la película To the bone –Hasta los huesos–, transmitida en Netflix. Collins quiso interpretar a una estudiante de arte que sufre de anorexia y que intenta recuperarse siguiendo el tratamiento inusual de un médico.
Para esta película, bajó notablemente de peso para acompañar el viaje de la protagonista de la historia. “Soy actriz y yo tenía la responsabilidad de parecerme al personaje tanto como pudiera. Como tal, a veces subes de peso, a veces bajas, te cambias el color del cabello y te transformas física y emocionalmente para cada papel que haces”.
Se pudiera decir que esa historia fue –un acepto mi paso y me acepto hoy–. “Yo quería homenajear a la chica de 16 años que fui y que pasó por todas estas cosas. Para lograrlo tuve que cambiar físicamente. Es cierto, bajé de peso, pero fue bajo la supervisión de un nutricionista y de mi madre, de la directora y de los productores. Fue un ambiente muy seguro para mí”.
«Siempre he admirado a las personas honestas y con las que te puedes identificar. Haber sufrido un trastorno alimenticio no me define, no me avergüenzo de mi pasado»
Por Dayana Rodríguez
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.
Con la compra de tu suscripción digital, recibes acceso a contenido premium dentro de nuestra plataforma web.
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Newsletters especiales y especializados
12 ediciones digitales de Mercado
12 ediciones digitales de Market Brief
Nuevas ediciones al instante en tu correo