El 19 de mayo de 2024, el mundo se despertó con la trágica noticia de la muerte del presidente de Irán, Ebrahim Raisi.
Raisi, un clérigo de 63 años y, considerado como alguien de línea dura con opiniones políticas ultraconservadoras, muy cercano al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, falleció en un accidente de helicóptero en la provincia montañosa de Azerbaiyán Oriental.
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El helicóptero, que transportaba a Raisi y a otros funcionarios, fue encontrado carbonizado, sin señales de sobrevivientes.
Ebrahim Raisi fue una figura prominente en la política iraní. Como clérigo de línea dura, su vida y carrera estuvieron caracterizadas por una combinación de roles judiciales y políticos, así como por su estrecha asociación con el establecimiento religioso y político de la República Islámica.
Antes de asumir la presidencia, Raisi ocupó varios puestos clave, incluyendo la presidencia del Tribunal Supremo y la Fiscalía General.
Su patrimonio neto se estimaba en 53 millones de dólares, reflejando su influencia y poder dentro del sistema iraní.
En 1988, Raisi formó parte de un comité que supervisó las ejecuciones de prisioneros políticos, un episodio oscuro en su carrera que le valió la condena de la oposición iraní y sanciones por parte de Estados Unidos. A pesar de esta controversia, Raisi continuó ascendiendo en las filas del poder bajo el liderazgo del ayatolá Ali Jamenei, quien sucedió a Jomeini.
En 2016, Raisi fue nombrado presidente de Astan Quds Razavi, una poderosa organización religiosa y económica en Mashhad. Este puesto reforzó su influencia tanto en el ámbito religioso como político.
Raisi se postuló por primera vez a la presidencia en 2017, compitiendo contra el entonces presidente Hassan Rouhani. Rouhani, quien había negociado el acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales, representaba una facción más moderada dentro del sistema político iraní. Raisi, crítico del acuerdo nuclear y proveniente de un bloque más duro, perdió en su primera contienda presidencial.
Determinante en su ambición política, Raisi se preparó para una nueva campaña y, en 2021, fue elegido presidente con el 62 % de los votos en unas elecciones marcadas por una baja participación del 48.8 %.
Para entonces, el acuerdo nuclear estaba en ruinas después de que Estados Unidos se retirara unilateralmente bajo la administración de Donald Trump, lo que exacerbó la crisis económica en Irán.
Durante su mandato, Raisi hizo varias promesas ambiciosas con el objetivo de revitalizar la economía iraní y mejorar la vida de sus ciudadanos.
Entre sus compromisos más destacados estaban la construcción de cuatro millones de viviendas en cuatro años para aliviar la escasez de viviendas, la renovación del anticuado sistema bancario, la creación de un millón de empleos anualmente y la reducción de la inflación a la mitad antes de reducirla gradualmente a cifras de un solo dígito.
A pesar de que sus predecesores hicieron promesas similares, en las que en gran medida no lograron cumplir, Raisi se mantuvo firme en su compromiso de mejorar la economía iraní.
La trágica muerte del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, en un accidente de helicóptero ha generado una ola de reacciones internacionales. Diversos líderes mundiales han expresado sus condolencias y reflexionado sobre el impacto de su fallecimiento.
El gobierno de Venezuela expresó su “profunda consternación” por la muerte de Raisi y reafirmó su solidaridad con el pueblo iraní. En un comunicado, la Cancillería venezolana transmitió su pesar y destacó el legado invaluable del presidente Raisi, subrayando su lealtad y amistad con el pueblo y el gobierno venezolano.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, manifestó en su cuenta de X (anteriormente Twitter) su “gran dolor” por la pérdida de Raisi, a quien describió como una “persona ejemplar” y un “extraordinario líder mundial”.
Maduro agregó que Venezuela se une al sentimiento de los familiares de Raisi y de los hermanos iraníes en estos momentos difíciles.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, lamentó profundamente la muerte de Raisi, calificándolo como un “gran amigo” y un “político admirable”.
Díaz-Canel recordó la visita de Raisi a Cuba el año anterior, la cual fortaleció las relaciones bilaterales entre ambos países.
En redes sociales, el líder cubano expresó el dolor del Partido, el Gobierno y el pueblo cubano por la pérdida de Raisi, quien era muy querido en Irán.
El gobieno colombiano expresó sus «sentimientos de condolencias por este trágico suceso y acompaña a las familias de las víctimas de este doloroso accidente y en general al pueblo iraní».
#Atención | El Gobierno de Colombia lamenta profundamente el fallecimiento del Presidente de Irán, Ibrahim Raisí y del ministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, y las otras personas que perdieron la vida en el accidente de helicóptero sucedido este domingo 19 de mayo de… pic.twitter.com/gUueqtgUaq
— Cancillería Colombia (@CancilleriaCol) May 20, 2024
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, también expresó su tristeza por la muerte de Raisi y recordó la tragedia de Smolensk en 2010, donde falleció el entonces presidente polaco Lech Kaczynski y otros altos funcionarios.
En su mensaje, Duda manifestó empatía con el pueblo iraní, reconociendo el sentimiento de conmoción y vacío que persiste tras la pérdida repentina de líderes políticos y sociales.
Los países árabes ofrecieron sus condolencias a Irán, aunque muchos lo hicieron de manera escueta y dirigida principalmente al “pueblo iraní”.
Sin embargo, los aliados más cercanos de Irán, como Siria, el grupo chií Hizbulá y los hutíes de Yemen, fueron más enfáticos en sus declaraciones. Destacaron el papel de Raisi en el apoyo a la resistencia y en el fortalecimiento de relaciones estratégicas bilaterales.
Siria, Líbano e Irak, con una significativa población chií, anunciaron períodos de luto que varían entre uno y tres días para honrar a Raisi y a los otros altos funcionarios fallecidos en el accidente.
El presidente Xi Jinping expresó sus “profundas condolencias” al gobierno y al pueblo iraní tras la muerte de Ebrahim Raisi.
Xi destacó la «trágica muerte» de Raisi como una gran pérdida no solo para Irán, sino también para China, señalando que el pueblo chino ha perdido a un buen amigo.
Esta declaración subraya la importancia que tenía Raisi en las relaciones entre ambos países, reflejando un vínculo sólido y colaborativo que se había desarrollado durante su mandato.
El presidente Vladimir Putin describió a Raisi como “un verdadero amigo de Rusia” y resaltó su «invaluable contribución personal al desarrollo de las relaciones de buena vecindad entre nuestros países».
Esta reacción resalta la cercanía entre Moscú y Teherán, y cómo Raisi había jugado un papel clave en fortalecer estos lazos. La relación entre Rusia e Irán ha sido estratégica en términos de cooperación militar y económica, y la muerte de Raisi plantea interrogantes sobre el futuro de esta asociación.
El primer ministro Narendra Modi expresó su tristeza y conmoción por la muerte de Raisi, destacando su papel en el fortalecimiento de la relación bilateral entre India e Irán.
La cooperación entre estos dos países ha sido significativa en áreas como energía, comercio y conectividad regional. La muerte de Raisi podría tener implicaciones en estos ámbitos, especialmente en proyectos conjuntos como el puerto de Chabahar, que es crucial para las aspiraciones comerciales de India en la región.
La OTAN también expresó sus condolencias por la muerte de Raisi y el ministro de Exteriores iraní, Hosein Amir Abdolahian. Farah Dakhlallah, portavoz de la Alianza Atlántica, transmitió en un mensaje en X sus condolencias al pueblo iraní por la trágica pérdida.
La muerte de Raisi deja un vacío de liderazgo en Irán, lo que podría desestabilizar el panorama político del país. Raisi, quien era visto como un sucesor potencial del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, tenía un papel central en la política iraní.
Su ausencia crea una incertidumbre significativa sobre quién tomará las riendas del poder y cómo esto afectará la estabilidad interna de Irán.
La batalla por la sucesión puede influir en la dirección estratégica de Irán y su enfoque hacia los conflictos regionales en curso. Con Raisi fuera del escenario, diferentes facciones dentro del país pueden entrar en una competencia intensa para ganar influencia.
Esto podría llevar a un período de inestabilidad política, mientras se resuelven las disputas sobre quién debería ocupar su lugar.
La muerte de Raisi también podría tener repercusiones en la política exterior de Irán. Su liderazgo había sido crucial en la definición de la postura de Irán frente a diversas crisis regionales, incluyendo las relaciones con Estados Unidos, la situación en Siria y el conflicto en Yemen.
Un cambio en el liderazgo podría resultar en un ajuste de las estrategias y políticas de Irán en la región, afectando así el equilibrio de poder en el Medio Oriente.
Las relaciones de Irán con otras potencias globales también podrían verse afectadas. La forma en que Irán maneje esta transición de poder será observada de cerca por países como Estados Unidos, la Unión Europea y las naciones del Golfo Pérsico.
Cualquier señal de inestabilidad o cambio en las políticas podría tener implicaciones significativas para las negociaciones sobre el programa nuclear iraní y la situación de las sanciones económicas.
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