Redes sociales aún dudan si los talibanes son grupo terrorista o gobierno

Por mobyrne | agosto 25, 2021

Sus ideas sociopolíticas se consideran medievales. Sin embargo, tecnológicamente, los talibanes han llegado al siglo XXI. Los talibanes han usado las herramientas digitales para informar acerca de los avances de su campaña logística y militar para retomar el control del país asiático, luego de 20 años. Su portavoz, Zabihullah Mujahid, ha publicado fotos, videos y mensajes prácticamente a diario en el último mes en su cuenta en de Twitter. La multinacional tolera parcialmente su propaganda. Aduce que Washington no califica como terroristas a sus adeptos.

Estos canales serían por un lado herramientas útiles para difundir propaganda ideológica y castrense. Pero también para reclutar simpatizantes en un país cuya población llamativamente joven no solo se identifica con valores de las democracias liberales, sino que también es susceptible de cambiar de opinión. La población de la nación islámica ha crecido un 80% desde que se iniciase la fallida intervención militar de Occidente en 2001. Según el Banco Mundial, el número de habitantes habría pasado de 21.6 a 38.9 millones.

Facebook dice esforzarse por limitar este tipo de apariciones mediáticas. La empresa asegura contar con un “grupo de expertos en el tema”, dedicado a borrar contenidos polémicos y que hablaría las lenguas locales dari y pashto. No obstante, reconoce no tener acceso a los chats de WhatsApp, así como que múltiples cuentas trabajan de manera conjunta, o son operadas por bots. Aunque los analistas del sector coinciden en afirmar que las estrategias de monitoreo son poco eficaces, no se prevé que Sillicon Valley decida otorgarles estatus político a los talibanes.

Talibanes en busca de reconocimiento internacional

Graham Brookie, investigador citado por The New York Times, “el uso de las redes sociales por parte de los talibanes es intencionado”. La agrupación sabría que debe presentar una cara pública moderada en el ámbito global para ganar legitimidad. Mientras Occidente fracasa en Afganistán, China y Rusia se acercan a la administración de facto de Kabul. Pekín, que busca sostener “conversaciones amistosas y cooperativas” con el nuevo régimen, estaría tratando de resguardar y potenciar sus inversiones mineras a lo largo de una frontera común de 76 km.

Pero para Brookie, Facebook y Twitter difícilmente quedarán bien, tomen la medida que tomen, debido a la reputación de ideología extremista de los talibanes. En su concepto “hay un debate real sobre el hecho de permitir que los talibanes actúen en redes sociales mientras limitan los derechos de los pobladores a los que someten”. Facebook, que intenta prohibir la propaganda del extremismo islámico basándose en pautas internas de la compañía con respecto a camarillas “potencialmente peligrosas”, no ha decidido tampoco si quitar el reconocimiento dado al presidente saliente Ashraf Ghani.

Moscú, que mantiene abierta su Embajada en la capital afgana, asegura no haber sido testigo de represalias o violencia en contra de la población civil. Acusada de financiarles, aún no retira el rótulo de terroristas a los talibanes, a quienes también combatía militarmente sin resultados. No obstante, para Mohammed Sinan Siyech, profesor de la Universidad de Edimburgo consultado por Reuters, «los talibanes son en cierto modo un actor en las relaciones internacionales. Por ello es problemático que Twitter y Facebook decidan subjetivamente expulsarles”. (mov)

 

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