Miles de profesionales afganos intentan aún huir de Afganistán. El riesgo de quedar atrapados tras la medida de los talibanes de impedir el acceso a la terminal aeroportuaria de Kabul supone el último obstáculo para escapar de la frágil nación asiática. El movimiento fundamentalista islámico ha vuelto a tomar el poder luego de enfrentar por casi 20 años a las fuerzas de ocupación occidentales. Estados Unidos y sus aliados intentan evacuarles, particularmente a quienes les ayudasen en el pasado.
Potencias industriales tradicionales como Reino Unido y Australia han sugerido este miércoles (25.08.) a sus connacionales y solicitantes de asilo que se abstengan de intentar aproximarse a la terminal aérea, aún bajo control de Washington debido a una tregua. La cual se prevé que caducará el próximo 31 de agosto. Les sugieren “abandonar el país por otros medios”, o resguardarse y esperar más indicaciones. Activistas, periodistas, traductores y sus familias temen represalias del nuevo régimen.
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El presidente de EE.UU. Joe Biden, al mismo tiempo que dice querer evitar futuras guerras para salvaguardar vidas, ha insistido en ceñirse a dicha fecha para evitar “atentados terroristas en contra de sus activos o de su personal”. Se calcula que al menos 1,500 portadores de visas estadounidenses se encuentran aún en el territorio. Las potencias europeas ofrecerán vuelos comerciales a ciudadanos elegibles a través de Taskent, capital de la vecina Uzbekistán, por lo menos hasta este sábado.
La admisión de refugiados daría frutos a las economías de ingreso alto. Esta es la conclusión de un estudio académico de 2016 de la London School of Economics. Cada dólar que se gasta en educación, formación para el trabajo e integración de refugiados genera un retorno del 100% en un plazo de 10 años. Para el economista y coautor del estudio Philippe Legrain, “a menudo se ve a los refugiados como una carga indeseada. Sin embargo, son una oportunidad socioeconómica que debería ser bien recibida”.
El estudio se refiere a cifras del Fondo Monetario Internacional. Las contribuciones de los profesionales sirios que desembarcaban en Europa en 2015 como parte de una ola migratoria de casi 1 millón de migrantes, habrían significado un crecimiento del PIB de los países del ‘club’ de Bruselas del 0,25 por ciento entre 2016 y 2020. Una de las preocupaciones de este último es el cambio demográfico. Para 2070, se prevé que el 30,3 % de la población europea tenga 65 años o más (frente al 20,3 % en 2019).
Se considera que la primera migración masiva proveniente de Afganistán ocurría al final de los años 70 con la toma del poder de los comunistas, y posteriormente en 1996 tras el primer triunfo talibán. Centenares de personas, por lo general miembros de clases educadas y urbanas, huían a Occidente. Al menos 3 millones de afganos viven actualmente en el extranjero. Por su parte, la población local ha crecido un 80% entre 2001 y 2021, pasando de 21.6 a 38.9 millones de habitantes. (mov)
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