Antes de hacerse con la presidencia por segunda vez, Emmanuel Macron afirmó que quiere destinar el dinero recaudado por el IVA a los combustibles fósiles para acelerar con la transición ecológica.
«No quiero bajar los impuestos a las energías fósiles sino usar ese dinero para la transición ecológica»
Macron tiene muy presente el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de la ONU que urgió a acelerar la transición energética porque el aumento de temperaturas ya afecta a la población mundial. En consonancia, es consciente de la importancia de la ecología para gran parte del electorado de izquierdas francés, quien parece haber dado un voto de confianza, literalmente en este caso, al Macronomics.
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Son las que se están preparando, según el mandatario, en industrias muy consumidoras de energía, como la siderurgia o las cementeras, para acelerar su electrificación usando hidrógeno verde. El mismo objetivo se busca en el transporte pesado. Otra de las metas es que todo el parque automovilístico sea eléctrico o híbrido.
Otro frente Macronómico es el que trabaja en el abandono del gas como combustible de calefacción, y abarca igualmente un el plan para renovar 700,000 viviendas al año para que consuman menos energía, lo que a su vez aumentaría el empleo en la construcción. Y es que este nuevo quinquenio pretende no ser uno de continuidad; tras la reelección de un presidente debe darse «un nuevo impulso», según el equipo de Macron, y en economía ciertamente se está dando.
Macron mantendrá su reforma para retrasar la edad mínima de jubilación de 62 a 65 años. El mensaje de su ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, es que «no se tocará» el eje fundamental de esa reforma prometida por el presidente, pero que, al mismo tiempo, existe voluntad de discutir otros aspectos, como cuándo podrán jubilarse los que empezaron a trabajar antes de los 20 años.
Es decir, si tendrán que esperar también hasta los 65 años. También habrá margen de negociación sobre la definición de los empleos penosos, que tendrán compensaciones en términos de periodo de cotización. Por otro lado, aunque haya cambio de Gobierno se mantendrá durante todo este año el conocido como «escudo de tarifas» de la energía, que ha bloqueado en un 4% el incremento de los precios de la electricidad y también los del gas.
En cuanto a la rebaja de 18 céntimos en el precio del carburante que se aplica desde el 1 de abril, continuará al menos hasta finales de julio y a partir de entonces podría ser sustituido por otro dispositivo selectivo en el que trabaja el Ejecutivo.
Esta Macronomía climática de rostro humano, es parte fundamental del diseño de su nueva política cuya meta es la de ganar las próximas legislativas (recordemos que Macron se ha dejado unos dos millones de votos desde 2017, frente a los 2,6 millones ganados por su rival de la Agrupación Nacional). «Queremos ir mucho más lejos en cierto número de retos, principalmente la cuestión del poder adquisitivo, pero también el desafío climático… queremos inventar un nuevo método«, se machaca desde el Gobierno.
También la UE ha respirado hondo tras aguantar estoica por los resultados presidenciales. La reelección de Macron da un balón de oxigeno durante cinco años más a la UE para consolidar la solidez del bloque, en un momento geopolítico incierto y con la guerra de Rusia contra Ucrania en pleno apogeo.
No obstante, aún tendrá que esperar aún a las elecciones legislativas francesas de junio para saber si puede respirar a pleno pulmón. En sus primeros cinco años en el Elíseo el liberal Macron se distinguió por su impulso decididamente europeísta y por su visión estratégica europea, lo que explica que los líderes de las principales instituciones de la UE hayan sentido un gran alivio.
La conservadora francesa Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), otro de los pilares de la UE, también se hace eco del resto de instituciones continentales afirmando que un liderazgo fuerte «es esencial en estos tiempos inciertos», por lo que la «incansable dedicación» de Macron al proyecto europeo «será muy necesaria para atajar los desafíos que estamos enfrentando en Europa».
Cabe recordar que Macron fue vital para la aprobación en 2020 del fondo de recuperación por la crisis de la pandemia, algo único en la historia de integración presupuestaria y fiscal de la UE y cuya prolongación está a debate debido a la incertidumbre económica provocada ahora por la guerra en Ucrania.
Este artículo fue publicado en nuestra edición de mayo 2022 de revista Mercado.
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