En su primer discurso como presidente de Argentina, Javier Milei subrayó la inevitabilidad de un ajuste económico. Hizo hincapié en que esta medida, aunque dura, es esencial para corregir la situación económica crítica que heredó. «No hay alternativa al ajuste,» afirmó Milei, destacando que las consecuencias inmediatas afectarían el nivel de actividad, el empleo, los salarios, la pobreza y la indigencia.
Javier Milei asumió la presidencia de Argentina con una promesa clara: erradicar la inflación y estabilizar la economía mediante un ajuste fiscal sin precedentes.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
Hoy se cumplen los primeros seis meses de su mandato, y como era de esperar, han sido tumultuosos y polémicos, caracterizados por decisiones drásticas y consecuencias significativas para la población.
Uno de los puntos más alarmantes de su discurso fue la advertencia sobre la inflación descontrolada. Milei describió una inflación que oscila entre el 20 % y el 40 % en un periodo de tres meses, de diciembre a febrero. Alertó sobre la posibilidad de una hiperinflación que podría llevar a la pobreza al 90 % de la población y a la indigencia al 50 %.
Para evitar esta catástrofe, subrayó la necesidad de un ajuste inmediato y severo, justificando que «todos los programas gradualistas terminaron mal, y los de shock fueron exitosos«.
La promesa de Milei de reducir el gasto público para combatir el déficit fiscal y la inflación se ha cumplido estrictamente, pero a un costo social elevado. Las políticas de ajuste han exacerbado la situación económica de los sectores más vulnerables, mostrando que la reducción del déficit no se traduce automáticamente en mejoras en la calidad de vida de la población.
Milei ha implementado un programa de ajuste fiscal radical, denominado «motosierra», que ha logrado reducir el déficit de casi 17 % del Producto Bruto Interno (PBI) a solo 4 % en pocos meses. Las medidas incluyen:
Estas acciones han permitido generar un superávit financiero, pero con severas repercusiones. La suspensión de la obra pública provocó una caída del 32 % en la construcción durante el primer cuatrimestre, mientras que la producción industrial retrocedió un 15.4 %.
El despido de 25,000 empleados públicos, con una proyección de 50,000 más, ha llevado a la mayor reducción de puestos asalariados desde 2002.
La actividad económica cayó un 5.3 % en el primer trimestre del año, con una caída interanual del 8.4 % en marzo. Este desplome se ha traducido en una reducción significativa del empleo y los salarios. Los trabajadores formales han visto una caída promedio del 17 % en sus ingresos, agravada por una inflación acumulada del 65 % en 2024, lo que sitúa a muchos por debajo de la línea de pobreza.
La inflación, identificada por Milei como el principal problema económico de Argentina, ha seguido siendo una batalla cuesta arriba. La devaluación del peso en un 60 % poco después de asumir el cargo disparó la inflación mensual a más del 25 % en diciembre. No obstante, gracias a las medidas de ajuste, la inflación mensual ha mostrado una tendencia a la baja, alcanzando un 8.8 % en abril y proyectándose alrededor del 5 % en mayo.
A pesar de esta desaceleración, la sostenibilidad de estas medidas es cuestionable. Los analistas señalan que, aunque los indicadores financieros han mejorado, la economía real muestra señales de recesión y deterioro social.
El debate sobre la sostenibilidad del plan económico de Milei está en pleno apogeo. La reducción del déficit y la desaceleración de la inflación son logros significativos, pero la recesión económica y el aumento de la pobreza plantean serias dudas sobre el futuro. La brecha cambiaria, el riesgo país y los números fiscales han comenzado a deteriorarse nuevamente, indicando que las políticas actuales podrían no ser sostenibles a largo plazo.
El ministro de Economía, Luis Caputo, ha expresado optimismo sobre una recuperación en forma de «V» una vez que se levanten las restricciones cambiarias, pero los datos actuales no respaldan esta afirmación. La caída de la actividad económica y los problemas sociales persistentes sugieren que un cambio en la estrategia económica podría ser necesario para evitar un colapso mayor.
Desde su ascenso a la presidencia de Argentina, Javier Milei ha captado la atención mundial no solo por sus políticas domésticas, sino también por su estilo único y confrontativo en el ámbito internacional.
Sus salidas al extranjero han sido una mezcla de discursos provocativos y reuniones estratégicas con líderes de la industria tecnológica, mostrando una faceta que algunos describen como una combinación de rockstar e influencer.
A menos de un mes de asumir la presidencia, Milei causó revuelo en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Su discurso fue directo y sin filtros:
Estoy acá para decirles que Occidente está en peligro, porque aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo, y en consecuencia, a la pobreza».
Ante un público compuesto por líderes empresariales y políticos globales, Milei criticó el intervencionismo estatal, la dependencia del gobierno y el feminismo radical, al que calificó como «una ridícula pelea entre el hombre y la mujer«. Sus palabras resonaron con fuerza, desafiando muchas de las ideas aceptadas en Occidente.
El Estado no es la solución, es el problema mismo. Ustedes son los verdaderos protagonistas de esta historia y sepan que a partir de hoy cuentan con Argentina como un aliado incondicional. ¡Viva la libertad, carajo!», proclamó, arrancando aplausos y miradas sorprendidas.
Te puede interesar: Milei y los titanes de Silicon Valley
En abril, Milei se reunió por primera vez con Elon Musk, cofundador de empresas como Tesla, SpaceX y Neuralink, y dueño de la red social X . Durante este encuentro en Texas, ambos discutieron la posibilidad de realizar un evento en Argentina, y Milei incluso ofreció su ayuda en un conflicto de Musk en Brasil relacionado con medidas de la Corte Suprema de ese país.
Este primer encuentro fue seguido por una segunda reunión a principios de mayo, en un evento del Milken Institute. En ambas ocasiones, Milei buscó posicionar a Argentina como un socio atractivo para inversiones tecnológicas, subrayando el potencial del país como un nuevo “Polo de Innovación Tecnológica”.
A finales de mayo, Milei volvió a Estados Unidos, esta vez a Silicon Valley, en Los Ángeles. Allí, se entrevistó con fundadores y CEOs de gigantes tecnológicos como Meta, Apple, Google y OpenAI. Estas reuniones fueron parte de su esfuerzo continuo por atraer inversiones de alta tecnología a Argentina. Milei presentó a Argentina como un destino ideal para la innovación tecnológica, destacando su potencial para convertirse en un centro de desarrollo e innovación en América Latina.
El jefe de asesores de Milei, Demián Reidel, ha insinuado que estas visitas pronto podrían traducirse en inversiones significativas, mencionando una posible inversión de más de US $ 1,000 millones en Argentina por parte de una compañía de alta tecnología. Si bien estas promesas son emocionantes, el tiempo dirá si se concretan en proyectos reales que beneficien a la economía argentina.
El presidente argentino, Javier Milei, conocido por su estilo confrontativo y sus opiniones contundentes, ha generado controversia no solo en la política interna, sino también en la escena internacional. En sus primeros seis meses de mandato, Milei ha tenido numerosos choques con mandatarios extranjeros, lo que ha llevado a tensiones diplomáticas significativas.
Brasil y China son los principales socios comerciales de Argentina. Según el «Intercambio Comercial Argentino» (ICA) del Indec, estos dos países representan una gran parte del comercio exterior argentino. Las tensiones con estos países podrían afectar negativamente el flujo comercial, poniendo en riesgo importantes sectores económicos.
Antes y después de asumir la presidencia, Milei ha sido particularmente crítico con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y con el presidente de China, Xi Jinping. Durante su campaña, Milei declaró su intención de no hacer negocios con China ni con «ningún comunista», aunque suavizó esta postura en abril, permitiendo transacciones privadas con China.
Respecto a Brasil, Milei calificó a Lula da Silva como «corrupto» y «comunista», lo que tensó las relaciones bilaterales.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, también ha sido blanco de críticas de Milei, quien lo comparó con los líderes de Nicaragua y Venezuela, llamándolo «asesino terrorista, comunista». Aunque este conflicto se enfrió con el tiempo, inicialmente generó una respuesta diplomática de Colombia.
En cuanto a México, Milei tuvo un intercambio de palabras con el presidente Andrés Manuel López Obrador después de criticar al Papa Francisco. López Obrador lo llamó «facho conservador», a lo que Milei respondió con insultos, intensificando la tensión entre ambos países.
El conflicto más reciente y quizás más grave fue con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Milei acusó de corrupción a la esposa de Sánchez, lo que llevó al retiro permanente de la embajadora española en Argentina.
A pesar de las consecuencias diplomáticas, Milei no se retractó y continuó sus ataques verbales contra Sánchez, calificándolo de «cobarde» y «totalitario».
La acumulación de estos conflictos diplomáticos puede tener repercusiones económicas significativas para Argentina. Pues, las declaraciones de Milei contra el socialismo y el comunismo afectan a la mayoría de los socios comerciales del país, incluidos Brasil, Chile, Colombia, México, Alemania, España, China y Vietnam.
Estos países son fundamentales para el comercio exterior argentino, representando una parte sustancial de las exportaciones e importaciones.
México, siendo la segunda economía más grande de América Latina, y Vietnam, un régimen comunista que es el quinto destino de las exportaciones argentinas, también son cruciales para la economía argentina. Las fricciones diplomáticas con estos países podrían afectar las exportaciones y, en consecuencia, la economía nacional.
Milei ha mostrado una clara preferencia por el expresidente estadounidense Donald Trump, lo que ha marcado un alineamiento más fuerte con Estados Unidos. Sin embargo, este enfoque no necesariamente implica romper relaciones con China, ya que el conflicto entre estas dos potencias es más de naturaleza de poder que ideológico. Mantener un equilibrio en estas relaciones será crucial para la estabilidad económica de Argentina.
Te puede interesar: Las reacciones al triunfo de Javier Milei en Argentina
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.
Con la compra de tu suscripción digital, recibes acceso a contenido premium dentro de nuestra plataforma web.
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Acceso exclusivo a noticias, entrevistas y artículos
Acceso prioritario a eventos
Newsletters digitales diarios
Newsletters especiales y especializados
12 ediciones digitales de Mercado
12 ediciones digitales de Market Brief
Nuevas ediciones al instante en tu correo