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LUIS ABINADER
PRESIDENTE ELECTO
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EN LA misma noche de su victoria, Luis Abinader le expuso al país los cuatro primeros desafíos que le esperan desde cuando asuma como nuevo presidente de la República: “proteger la salud de los ciudadanos, reactivar la productividad de las empresas, recuperar los empleos para todos los que están en edad de trabajar y rescatar la confianza en las instituciones democráticas”. Nada fáciles de enfrentar. La pandemia del covid-19 le recibirá con sus preocupantes cifras de aumento de contagios y la necesidad de seguir forzando a la población a extremar las medidas de prevención. Le recibirá también una economía que sale de un semestre perdido con su producción herida por la semiparalización a la que se vio forzada durante tres meses. Esta se refleja directamente en el empleo, golpeado en principio por los cierres forzados y con una recuperación en marcha lenta, porque depende de la reactivación de todo el aparato productivo. Y por el lado de la confianza institucional, la labor de rescatarla depende de la gestión de los nuevos gobernantes. Para ello, el Partido Revolucionario Moderno tendrá que cumplir con lo que Abinader dijo en su discurso del triunfo: “hemos ganado la oportunidad de servir al pueblo dominicano con honestidad, eficiencia y transparencia”. De los retos que le esperan en su primer año de gestión, el de recuperar el
[/vc_column_text][vc_column_text]empleo parece de entrada el más retador. No solo porque para ello tendrá que incentivar la actividad empresarial para que vuelva a invertir y acelere su productividad (condiciones necesarias para generar puestos de trabajo), sino porque tales hechos serán consecuencia de crear un entorno propicio en la economía. Y ese entorno, a su vez, estará formado por la confianza que transmita su gobierno y brinde la sensación de estabilidad que precede a los períodos de crecimiento. Tal estabilidad tiene varias aristas sobre las cuales el equipo económico del nuevo mandatario deberá enfocarse con prioridad. Inflación bajo control, devaluación sin sobresaltos, política monetaria favorable a la expansión crediticia, incentivos a la inversión, redefinición del endeudamiento externo y estrategia impositiva que no infunda incertidumbre. Requerirá de una muy bien estudiada estrategia económica, de ganarse el apoyo de la empresa privada y de una dosis de audacia para que todas esas estrellas se alineen en su horizonte. Y tiene que hacerlo porque prometió gobernar para todos los dominicanos y porque su victoria electoral la calificó él mismo, como “un firme paso de avance hacia la democratización, institucionalidad y desarrollo”. Son tres metas que todo el país quiere. Su deber es que no se queden en enunciados sonoros. Al momento de detallar sus nada sencillas tareas, simultáneamente se mostró confiado: “enfrentaremos[/vc_column_text][vc_column_text]con éxito los desafíos más difíciles de nuestra historia”. Ojalá esa premonición se cumpla. Por lo pronto tiene el capital político para emprender ese trabajo, porque la mayoría de la ciudadanía le confió el manejo de las riendas del país con una inobjetable mayoría que le significó derrotar en primera vuelta a sus contrincantes. “¡El cambio va!” fue la consigna de la campaña del PRM. Su claro triunfo implica que los puntos centrales de su plataforma fueron apoyados mayoritariamente, pero también que en sus cuatro años de gobierno tendrá varias promesas por cumplir: pruebas masivas de coronavirus; un procurador general independiente; la compra a los productores agrícolas de sus excedentes; sueldo mínimo de US$500 para militares y policías; combate a la delincuencia; aumento de los salarios mínimos de los empleados públicos; más inversión para la capacitación de los docentes; doblar el monto de la Tarjeta Solidaridad para las mujeres y, por si faltara un reto mayor, 500,000 nuevos empleos. Precisará de finanzas sólidas para hacer realidad ese decálogo de objetivos. Justo no es esa una característica de la economía que recibirá. Pero quien tiene tanto tiempo buscando el poder, debe tener planeado cómo lo ejercerá. Para ello ya hizo un compromiso que no podrá olvidar: “solo con la verdad y la confianza podremos conseguir la unidad necesaria para refundar nuestra democracia y desarrollar nuestra nación”. AT[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=»42814″ img_size=»full» alignment=»center»][vc_column_text]Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.
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