El desempeño del presidente Joe Biden en el pasado debate presidencial ha generado una oleada de críticas dentro del Partido Demócrata, lo que ha llevado a cuestionar si debería seguir liderando la candidatura para las próximas elecciones.
Aunque nunca en la historia de Estados Unidos un partido nacional ha intentado reemplazar a su candidato de manera adversa, las reglas del partido dificultan reemplazar a un candidato sin su consentimiento, y hacerlo implicaría anular los resultados de las primarias, donde Biden fue elegido con casi el 99 % de los delegados.
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A pesar de que Joe Biden ha ganado las primarias demócratas, su designación oficial como candidato del partido depende de la Convención Nacional Demócrata, programada para realizarse en Chicago del 19 al 22 de agosto de 2024. Este evento no solo es una formalidad, sino que también plantea la posibilidad de un cambio significativo si Biden decidiera retirarse.
En teoría, es posible que el Comité Nacional Demócrata, reemplace al candidato en caso de incapacidad o renuncia, pero no hay indicios de un esfuerzo serio para desplazarlo de la cima de la lista. La retirada voluntaria de Biden es el escenario más plausible para un nuevo candidato demócrata, aunque él ha descartado repetidamente esta opción durante otros momentos difíciles de su campaña.
Si Biden decidiera retirarse antes de la nominación formal en agosto, se generaría un caos en el partido, ya que no existe un mecanismo claro para designar a un sucesor. Para ganar la nominación, se necesita una mayoría de los aproximadamente 4 mil delegados comprometidos, de los cuales Biden ha asegurado 3,900.
Sería la primera vez en tiempos modernos que un partido político se enfrenta a esta situación
Si Biden renunciara a su candidatura, los delegados que le dieron el triunfo en las primarias tendrían la responsabilidad de votar por otro candidato en la convención. Aunque no están obligados por ley a votar por el ganador de las primarias, se espera que reflejen los sentimientos de aquellos que los eligieron.
Otra opción sería que Biden, en teoría, nominara a alguien como su candidato preferido, y la elección más obvia sería su vicepresidenta, Kamala Harris. Sin embargo, esta sugerencia no sería vinculante para los delegados. Otra alternativa más drástica sería que Biden renunciara como presidente, lo que convertiría automáticamente a Harris en presidenta. No obstante, esto no la convertiría automáticamente en la candidata demócrata para las elecciones de 2024.
Si la Convención Nacional Demócrata tuviera que elegir un nuevo candidato, aproximadamente 700 funcionarios del partido, sin necesariamente estar unidos, tendrían que seleccionar a un nuevo candidato. Este candidato tendría solo tres meses para consolidar apoyo y llevar a cabo una campaña efectiva antes de las elecciones de noviembre.
En ausencia de un claro favorito, hemos identificado seis posibles opciones que podrían reemplazar a Biden:
Si bien no existe un favorito claro entre las opciones para reemplazarlo, el Partido Demócrata tiene una lista de candidatos potenciales con diversas fortalezas y debilidades y La Convención Nacional Demócrata de 2024 podría convertirse en un hito crucial para determinar el futuro liderazgo del partido y su capacidad para competir en las elecciones de noviembre.
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