Takayuki Kondo, representante residente de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, se enfoca en el empoderamiento de las familias rurales que han demostrado capacidad e intención de llevar agronegocios.
Uno de los logros intelectuales que le enorgullecen fue aprender español. Superó lo que complica por lo general a los nipones, la conjunción de los verbos. “Yo como”, pero “tú comes”, cuando parece que dominan el idioma se dan cuenta de que “él come” y “nosotros comemos”. Cosas del castellano que Takayuki Kondo aprendió a sortear como voluntario técnico enviado por su país hacia Costa Rica, su primer contacto con América Latina.
Luego pasó por Perú, donde complementó su visión de la región con la idiosincrasia sudamericana. Ahora le toca, en el centro del Caribe, ser el representante residente de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) en República Dominicana, donde ya se atreve a conceder entrevistas en la lengua de Cervantes y sin siquiera recurrir a un traductor.
“La JICA inició su cooperación técnica en 1958 y se instaló en República Dominicana en 1964. Luego de una historia de 56 años, podemos decir que la cooperación japonesa, reembolsable y no reembolsable, ha impactado a la sociedad dominicana, la salud, la agricultura, la educación, el medio ambiente, los residuos sólidos, las mipymes, el turismo sostenible, entre otros”, dice el funcionario nipón
Por parte del país del “sol naciente”, el Estado dominicano ha recibido, desde el año 1964 hasta 2018, 342.49 millones de dólares por valor de la cooperación técnica que se ha aplicado, los préstamos que la JICA ha hecho alcanzaron los 315.80 millones de dólares y la cooperación no reembolsable tuvo un valor de 268.01 millones de dólares.
Con fines de calcular este impacto en finanzas concretas, la JICA utiliza un tipo de cambio de referencia de 100 yenes (circulante japonés) por un dólar.
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Algunos ejemplos de cooperación técnica se circunscriben a los más de 2,200 dominicanos que han recibido becas para estudiar en Japón y a los más de 1,000 japoneses que se decidieron a cumplir misiones de dos años con beneficio de los sectores a donde encajan por su formación.
Kondo, con más de un año en asiento de Santo Domingo, ha visto cómo algunos regresan a Japón.
“La percepción del país que tenían los voluntarios antes de llegar cambia radicalmente. Se enamoran de República Dominicana. Entonces, cuando regresan a Tokio o a cualquier otra región de Japón se convierten en promotores de las bondades de los dominicanos y es de las mejores secuelas de este intercambio. Algo similar ocurre con los dominicanos que van a estudiar a Japón y regresan”, dice Kondo.
En la salud, el titular de la JICA descarta la cooperación técnica y los fondos no reembolsables canalizados hacia la instalación del Centro de Gastroenterología y el Centro de Educación Médica de Amistad Domínico-Japonesa (CEMADOJA). Sobre seguridad alimentaria, Aglipo, un sistema de irrigación ubicado en la región Norte que se alimenta del río Yuna, se llevó a cabo en parte con un préstamo del Gobierno japonés canalizado por la agencia de cooperación.
“Valoramos los proyectos que tendrán impacto en el bien común de las distintas regiones de República Dominicana. Dentro de las operaciones, consideramos relevante que la financiación se haga en conjunto, es decir, que el Gobierno dominicano también coloque su partida. Con frecuencia damos seguimiento a los proyectos instalados con la cooperación de la JICA y nos enorgullece constatar los beneficios que aportan, siempre de la mano del Gobierno dominicano y las autoridades locales”, expresa Kondo.
Entre sus proyectos más importantes en marcha, se destacan tres líneas generales, tales como el desarrollo social y territorial, el mejoramiento de la competitividad y la protección del medio ambiente en combinación con la mitigación del cambio climático.
El proyecto de Fortalecimiento Institucional y Modernización de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) forma parte de la agenda de desarrollo territorial. “Estamos diagnosticando la manera en la que las administraciones locales del recaudador más importante del país pueden mejorar sus procesos. Luego, no se descartan las posibilidades de apoyo, en cualquiera de sus formas, para instalar aplicaciones tecnológicas que faciliten relaciones más fluidas entre los empresarios y sus sedes locales de la DGII”, explica Kondo. La JICA tiene enmarcado ese proyecto hasta 2022.
Ahora bien, en torno a la protección del medio ambiente, la JICA participa en la ejecución del proyecto de Desarrollo Institucional para la Gestión Nacional de Desechos Sólidos, en el marco del cual han intervenido el relleno sanitario de Azua y buscan hacer lo mismo con el vertedero de Duquesa, el depósito destinado para “el Gran Santo Domingo”
Para la mejora de la competitividad sistémica, la JICA acompaña al país en el proyecto de Fortalecimiento del Mecanismo de Desarrollo del Turismo Sostenible, que la organización de cooperación bilateral opera hasta el próximo año, con fines de impulsar plataformas de viaje que sean amigables con el crecimiento de las comunidades. La amistad entre República Dominicana y Japón permanece.
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