En todo el mundo, las lealtades partidistas se han infiltrado en casi todos los aspectos del trabajo y la vida. En los Estados Unidos se encuentra un Starbucks, probablemente demócrata y un Dunkin’ Donuts, republicano.
Las investigaciones sugieren que la política se filtra en dominios no políticos cuando las diferencias de opinión no se consideran simplemente desacuerdos, sino como una razón para desprecio o incluso detesta la persona que sostiene esos puntos de vista.
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Por ejemplo, los estudios han demostrado que los estadounidenses tienden a considerar a quienes tienen diferentes puntos de vista políticos como hipócrita, egoísta y de mente cerrada.
Sin duda, existen verdaderas diferencias de opinión subyacentes que impulsan estas percepciones. Sin embargo, una investigación reciente, que incluye una amplia revisión de la literatura y una serie de encuestas y experimentos de laboratorio con más de 4.000 adultos estadounidenses, sugiere que las personas a menudo sobreestiman el nivel de desacuerdo entre ellos y los miembros de los grupos políticos opuestos, la prevalencia de creencias extremas entre esos grupos y la medida en que esas personas las ven negativamente.
A este efecto lo llamamos «sesgo falso de polarización», y es un fenómeno global. Existen evidencias de este sesgo en personas de 25 países de todo el mundo, muchos de los cuales mostraron aún más sesgo de polarización que los Estados Unidos.
La tendencia a asumir que otros no nos gustan más de lo que realmente lo hacen es un fenómeno psicológico universal, impulsado no por ningún contexto político específico, sino más bien por una natural y arraigada mentalidad de «nosotros contra ellos», irónicamente, es probable que este sesgo impulse aún más polarización, ya que nuestras suposiciones sobre otras personas nos impulsan a estar aún más seguros de nuestras propias posturas políticas.
Entonces, ¿qué significa esto para las empresas? En varias industrias, las investigaciones sugieren que las percepciones exageradas de la diferencia política pueden aumentar la rotación de empleados, crear hostilidad entre compañeros de trabajo y empleados principales para tratar de ocultar las creencias que creen que pueden verse negativamente, lo cual puede reducir la satisfacción y la eficacia en el trabajo. Este entorno hiperpolarizado también significa que tanto las decisiones de compra como de empleo pueden ser impulsadas por las tendencias políticas, y las empresas se ven obligadas a elegir un bando para atraer clientes y talento.
En ese sentido, en las empresas se recomienda construir un entorno de cooperación, no de competencia; fomentar el contacto significativo entre grupos y crear un entorno seguro para que las personas compartan sus puntos de vista.
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