El caos se ha adueñado de Twitter. Las palabras, los gestos extravagantes y los tuits polémicos de Elon Musk han dado paso a los hechos. El magnate lanzó un ultimátum a sus empleados: o aceptaban trabajar muchas más horas a gran intensidad, o serían despedidos. Debían decidir antes del jueves a las 17 horas. La respuesta ha sido una ola masiva de renuncias que pone a Twitter en una situación muy delicada.
Muchos de los empleados eligieron la propia red social para publicar su marcha. Así, en un hilo titulado «De: DM de Ingeniería a Elon Musk. Asunto: Adiós», un usuario de Twitter con 34 mil seguidores recoge una recopilación de perfiles que anuncian su decisión de no aceptar las condiciones de Musk.
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From: @twittereng
To: @elonmusk
Subject: pic.twitter.com/EiDADFtMCN— DM of Engineering (@dmofengineering) November 17, 2022
Según informa The New York Times, tras el aluvión de renuncias, la empresa está tratando de convencer a empleados para que den marcha atrás y continúen. La información de este medio recogida por la agencia EFE señala que el propio Musk y sus asesores más cercanos están reuniéndose con algunos perfiles que consideran fundamentales para el funcionamiento de la empresa, intentando que continúen.
Pese a ello, Musk ha tratado de aparentar calma. «Los mejores se quedan, así que no estoy superpreocupado», aseguró. Además, aprovechó la coyuntura para publicar otro de sus polémicos tuits, que simula el entierro de Twitter.
— Elon Musk (@elonmusk) November 18, 2022
Todo después de que Elon Musk enviara un formulario que desembocó en tormenta. Según desvela The Washington Post, el sudafricano lanzaba unas exigencias que los empleados no han querido aceptar. «Para construir un Twitter 2.0 rompedor y tener éxito en un mundo cada vez más competitivo, tendremos que ser extremadamente duros. Esto significará trabajar muchas horas a gran intensidad. Solo un rendimiento excepcional alcanzará un aprobado”, anunciaba el mail, con el asunto «Una bifurcación en el camino».
«Si estás seguro de querer formar parte del nuevo Twitter, por favor, haz clic en el enlace». Era la ruta de acceso a un formulario en el que el empleado debía marcar «sí». Los que no lo hicieran antes del jueves a las 17 horas, quedarían fuera de la empresa y recibirían una indemnización de tres meses. Cientos de empleados optaron por renunciar.
En este escenario convulso, Musk ha tomado la decisión de cerrar las oficinas de Twitter en San Francisco, invalidando los pases de seguridad hasta el lunes, con el objetivo de evitar posibles sabotajes.
La pérdida de empleados podría afectar de forma decisiva al funcionamiento de la red social, no sólo en cuestiones técnicas relacionadas, por ejemplo, con los servidores. Entre los empleados que han decidido renunciar se encuentra el responsable de moderar los contenidos, señala la publicación especializada The Verge, lo que podría suponer serios problemas de carácter legal o ético en los muros.
La ola de renuncias se une a la de despidos que puso en marcha el magnate nada más completar la compra de la red social por US$44 mil millones. Cabe señalar que la plantilla de Twitter estaba compuesta por 7,5 mil empleados. Por contextualizar, son diez veces menos empleados que Meta; existían 170 empresas tecnológicas con más trabajadores que Twitter.
Para profundizar: Así son las plantillas de las big tech
Pocos días después de hacerse con el control, Musk despidió alrededor de la mitad de la plantilla, incluidos el CEO, el CFO y la directora de asuntos legales. Además, en los últimos días el magnate, que había enarbolado la bandera de la libertad de expresión, también despidió a algunos trabajadores que se mostraron contrarios a sus declaraciones sobre el funcionamiento de la red social.
Los problemas se agolpan en la mesa del nuevo dueño de la red social. Twitter Blue es un buen ejemplo. Musk anunció su nuevo plan de verificación de pago, que permitía a cualquiera que pagase US$8 mensuales tener el símbolo azul que identificaba a las cuentas corporativas o más relevantes. El resultado fue un aluvión de cuentas falsas para publicar tuits que hicieron caer en bolsa a empresas como la farmacéutica Eli Lilly. Twitter se vio forzado a detener el servicio. En principio iba a relanzarse a finales de esta semana, pero la fecha se ha retrasado hasta el 29 de noviembre. El caos gobierna Twitter.
Borja Santamaría.
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