Se trata de un movimiento audaz y que en el fondo busca enviar un mensaje contundente de liderazgo y responsabilidad empresarial a favor del medioambiente. La empresa Patagonia, especializada en ropa para exteriores y con un valor estimado de US$3,000 millones, fue donada por su propietario, Yvon Chouinard, a un fideicomiso y a la organización Holdfast Collective, enfocada en la defensa de la naturaleza.
El 100 % de las participaciones con derecho a voto de Patagonia se han traspasado a un fideicomiso creado para proteger los valores de la empresa -controlado por la familia Chouinard- y el 100 % de los títulos sin derecho a voto quedaron en manos del Holdfast Collective.
Patagonia tiene beneficios de unos US$100 millones de dólares al año; desde su creación se ha distinguido por su especial énfasis en la conservación de la naturaleza.
Chouinard y su familia renuncian así al control de la compañía con sede en California, que constituye la mayor parte de su fortuna.
Mientras, el actual consejero delegado, Ryan Gellert, continuará al mando de las operaciones y Patagonia mantendrá su política de donar un 1 % de sus ventas a organizaciones medioambientales.
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En una carta colocada en el sitio oficial de la marca, Yvon Chouinard explica las razones por las que decidió donar la empresa y confiesa que «nunca (quiso) ser un hombre de negocios«. Sin embargo, a medida que los efectos del cambio climático comenzaron a evidenciarse, Patagonia «se comprometió a usar nuestra empresa para cambiar la forma en que se hacían negocios«.
«Si pudiéramos hacer lo correcto mientras ganamos lo suficiente para pagar las facturas, podríamos influir en los clientes y otras empresas, y tal vez cambiar el sistema en el camino».
Con ese enfoque de responsabilidad empresarial y el compromiso de cuidar el medioambiente Patagonia implementó una serie de cambios en sus productos:
Otra lección de liderazgo empresarial de Chouinard se explica con la decisión que los llevó a donar la compañía.
«No había buenas opciones disponibles. Entonces creamos una propia», detalla en su carta. Entre las opciones se contemplaba vender la totalidad de la empresa y donar el dinero, con la esperanza de que los nuevo propietarios mantuvieran los valores de la marca.
Hacer pública la compañía también estuvo sobre la mesa, pero la idea fue descartada por el potencial desastre que hubiera representado debido a la presión para generar ganancias.
El resultado final fue una idea completamente diferente: el fideicomiso Patagonia Purpose Trust cuenta con el 100 % de las acciones con derecho a voto; y el 100% de las acciones sin derecho a voto se han entregado a Holdfast Collective. Con este plan, el dinero generado será reinvertido en el propio negocio para después distribuirlo como dividendo.
Sobre Yvon Chouinard: La afición por escalar comenzó en 1953 cuando Chouinard tenía 14 años. Con el paso del tiempo, comenzó a diseñar sus propias clavijas para escalar. Ante la demanda de sus productos, en 1965 se asoció con Tom Frost, un ingeniero aeronáutico y escalador con el que comenzó el negocio de equipamiento para escalar. Para 1970, Chouinard Equipment ya era el mayor proveedor de equipos para escalar y también un claro enemigo del medio ambiente por el daño que ocasionaban sus equipos en las rocas. En 1972 cambiaron de materiales para aminorar su impacto en la naturaleza y más tarde, hacia finales de la década, comenzaron con la venta de ropa.
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Gabriel Rico Albarrán, con información de EFE y patagonia.com
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