Es, posiblemente, la empresa del momento; la compañía que mejor ha sabido entender el camino que tomaba la innovación para adelantarse a él y convertirse en suplidor de la cuarta revolución industrial. En lo que va de 2023, Nvidia ha aumentado su valor bursátil un 223 %, superando la frontera del billón de dólares. En el último trimestre, además, ha multiplicados sus beneficios netos.
Todo, gracias a la «nueva era computacional».
Estos son los números más destacados de las cuentas de Nvidia, recogidos por la agencia de noticias EFE:
Entre las cifras clave, destacan los ingresos trimestrales de su centro de datos, que alcanzaron los US$10,320 millones. El crecimiento interanual de la sección se sitúa en el 171 %.
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¿Cómo se explica este acelerado crecimiento de las cifras? La clave está en la visión, en la capacidad para anticiparse a las innovaciones. «Ha comenzado una nueva era computacional», declaró el CEO de Nvidia, Jensen Huang. Un nuevo ciclo en el que su compañía está perfectamente posicionado.
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«La computación acelerada y la IA generativa» marcarán el paso, según Huang. Especialmente en los últimos meses, Nvidia se ha consolidado como suministrador de esa revolución ya iniciada, gracias a dos elementos clave:
Son procesadores de datos mucho más pequeños y especializados, que sustituirán a los CPU en los centros datos, impulsando un cambio radical en su funcionamiento.
«En lugar de recuperar datos, que se hará pero en menor medida, se tendrá que generar la mayoría de datos utilizando inteligencia artificial», explica Huang. «Así, en lugar de millones de CPU, habrá muchos menos, pero conectados a millones de GPU».
El GPU H100, de Nvidia, es líder en el sector.
El mercado de los chips semidconductores sigue sumido en la inestabilidad, debido a la guerra en Ucrania (la mayoría de reservas de gas neón, clave para fabricar chips, se encuentran en la zona) y la tensión en Taiwán (donde se ubican fabricantes líderes como TSMC).
Industrias como la de los autos eléctricos y la robótica, y por supuesto todo lo relacionado con la inteligencia artificial, no pueden avanzar sin chips. La posición de Nvidia, con sus chips A100 y H100 como joyas de la corona, es sólida en este mercado que, además, podría ver cómo su demanda crece próximamente.
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Ante los problemas de abastecimiento, muchas empresas decidieron hace tiempo llenar sus stocks, es decir, acumular por encima de sus necesidades, lo que redujo la demanda en los últimos meses (las empresas han podido utilizar esos chips sobrantes).
Ahora, con esos almacenes vaciándose, podría vivirse un nuevo repunte. Así lo espera por ejemplo, Samsung.
Es sólo uno de los múltiples motivos que invita al optimismo en Nvidia. Sus previsiones para el tercer trimestre del ejercicio fiscal mantienen la tendencia creciente, con una facturación esperada de US$16,000 millones (+18.5 % respecto al segundo trimestre fiscal). La euforia se ha trasladado a los parqués bursátiles, con una subida en las acciones del 10 % en las horas posteriores a la publicación de resultados.
Es, probablemente, la empresa que mejor ha sabido leer hacia dónde va el futuro.
Borja Santamaría
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