Tras el auge y éxito del mecanismo offshoring como una forma eficiente de reducir costos para las compañías, se introduce el nearshoring, la nueva apuesta para los modelos de negocios internacionales. Para América Latina es una interesante alternativa, región que promete nutrirse de sus ventajas, aprovechando la cercanía a Estados Unidos, principal potencia económica mundial.
El término se deriva de offshoring, y aunque no existe una diferencia industrial entre ambos conceptos, el capital que las empresas –o países– pudieran ahorrar sí es notorio. Interventure define el nearshoring como la «subcontratación de procesos comerciales, especialmente de tecnología de la información, a empresas de un país cercano, que a menudo comparten una frontera con el país de destino».
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La diferencia está en la distancia entre ambas compañías
Mientras que offshoring es «la práctica de subcontratación de operaciones en el exterior, generalmente por parte de empresas de países industrializados a países menos desarrollados, con la intención de reducir el costo de hacer negocios», según información de Britannica.
En pocas palabras, este modelo tiene suficiente potencial para generar récords históricos en exportaciones. Pues aunque el nearshoring no es una práctica reciente, su implementación se ha disparado debido al impacto de la pandemia, «llevando a muchas empresas a mover operaciones, manufactura y/o distribución a países más cercanos», afirma Ricardo Pellerano, asesor de la firma de abogados Pellerano Nadal.
Además destaca el hecho de que mediante este método es posible contrarrestar los altos precios de transporte y la incertidumbre logística.
La República Dominicana se prepara para ser hub logístico regional y, en estos momentos es resulta de suma importancia contar con instalaciones óptimas para ser la cuna de nearshoring del Caribe. Se recuerda que actualmente RD es el quinto socio comercial de los Estados Unidos.
Caroline Bonó, socia de la firma, explica que: «En los últimos años, muchas empresas han trasladado sus cadenas de suministro a territorios más cercanos a sus mercados finales, tomando en cuenta factores geopolíticos, los costos de transporte, y el cambio de hábitos de consumo. La República Dominicana ha venido desarrollándose como un hub logístico regional y el nearshoring representa una oportunidad en este aspecto, aprovechando la tendencia de reubicación de cadenas de suministro en destinos más cercanos».
El país tiene las cartas a su favor, tomando en cuenta la ubicación geográfica, estabilidad política, recuperación económica, parques de zonas francas, entre otros. (pfm)
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