Tras un laberinto legal que implicó a instituciones de Estados Unidos, Reino Unido y la Comisión Europea, Microsoft cerró en octubre la mayor compra de su historia. Invirtió US$75 mil millones en hacerse con Activision Blizzard, reforzando su posición en el sector de los videojuegos. Tres meses después, la big tech publicó los primeros resultados que avalan su estrategia.
Las cuentas trimestrales de Microsoft (corresponden al segundo tramo del ejercicio fiscal 2024) permiten observar el cambio en los ingresos relacionados con los videojuegos. El salto respecto al trimestre anterior es del 82.1 %, pasando desde los US$3.9 mil millones hasta los US$7.1 mil millones.
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En términos interanuales, los ingresos por videojuegos crecieron un 54.4 %.
El último trimestre del año natural (segundo del año fiscal) es habitualmente el más activo para el sector de los videojuegos, con las compras de Navidad o el Black Friday como fechas clave. Así lo reflejan los datos de los últimos ejercicios de Microsoft.
Con todo, el segundo del año fiscal 2024 superó a todos los anteriores, incluido el segundo de 2022, que hasta hora mantenía el récord con unos ingresos de US$6.6 mil millones.
El efecto de la compra de Activision Blizzard, creadora de títulos como Call of Duty o Candy Crush, se puede percibir en la cuentas presentadas por la big tech. También influyó el lanzamiento de Call of Duty: Modern Warfare III, que como recoge Statista, alcanzó la segunda posición en ventas en EE.UU. a pesar de sus mediocres reseñas.
Sin embargo, el salto en los ingresos convive con la estrategia de recortes que afectará a 1,900 empleados de la sección Microsoft Gaming.
Supone una reducción del 9 % de la plantilla. La propia compañía lo define como «una decisión dolorosa», ya que estos empleados jugaron «un importante papel en el éxito de Activision Blizzard, ZeniMax y Xbox, y deberían estar orgullosos por lo conseguido».
El impacto de la compra de Activision en Microsoft Gaming se extrae del último reporte de resultados de la big tech. Entre julio y diciembre de 2023, la hoy compañía más valorada del planeta reportó unos beneficios de US$44,161 millones, un 30 % más que en el mismo período del año anterior.
En cuanto a la facturación, creció un 15 % interanual, alcanzando los US$118,537 millones.
La división de videojuegos ofrece números con todavía mucho menor peso que otras unidades de la compañía. Estos son los ingresos de las más destacadas en el citado período de seis meses:
Si nos fijamos sólo en el último trimestre, entre octubre y diciembre de 2023, los beneficios llegaron a los US$21,870 millones (+33 % interanual) y los ingresos, a US$62,020 millones (+18 % interanual).
Datos muy positivos que confirman la tendencia al alza de la empresa en los últimos meses, hasta el punto de situarse por encima de la barrera de los US$3 billones de valor de mercado.
La inteligencia artificial es el detonante clave que explica la sobresaliente dinámica. No en vano, Microsoft fue la big tech que apostó con fuerza por hacerse con el control de OpenAI y ChatGPT.
«Hemos pasado de hablar sobre la IA a integrar la IA a escala», afirma el CEO de Microsoft, Satya Nadella. «Al infundir la IA en todas las capas de nuestro sistema tecnológico, estamos haciéndonos con nuevos clientes y ayudando a impulsar nuevos beneficios y avances en la productividad en todos los sectores».
Tras el crash generalizado de las big tech en 2022, en el que Microsoft cayó un 29 % en bolsa, la compañía cofundada por Bill Gates y Paul Allen rebotó un 56 % en 2023. En lo que va de 2024, ya ha ganado cerca de un 7.5 %.
Borja Santamaría, con información de Statista y EFE
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