Despidos, rumores, imágenes extravagantes, polémicas, cambios drásticos… El desembarco de Elon Musk en Twitter es una fuente inagotable de atención. El magnate sudafricano completó la compra de la red social por US$44 mil millones y comenzó a tomar decisiones, muchas de ellas impopulares. Se sentó en su nuevo despacho y puso en marcha su estrategia rupturista, con el apoyo de sus personas de confianza. Fundamentalmente, tres asesores, con los que mide los pasos, estudia posibilidades y entrevista candidatos para dar un vuelco al devenir de su nueva empresa. Estos son los perfiles de los tres escuderos de Elon Musk.
Ser abogado de Elon Musk no debe de resultar sencillo. Es, sin duda, una labor ardua, de muchas horas e imprevistos. Requiere conocimiento, valentía y descaro, según definía el propio magnate. «Busco luchadores callejeros, no abogados de clase privilegiada como Perkins o Cooley que se desarrollan en la corrupción. Habrá sangre», tuiteaba Musk en mayo, cuando la operación de compra de Twitter estaba en el aire.
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Looking for hardcore streetfighters, not white-shoe lawyers like Perkins or Cooley who thrive on corruption.
There will be blood.
— Elon Musk (@elonmusk) May 20, 2022
El sudafricano ha encontrado en Alex Spiro ese perfil batallador, irreverente, en el que se ha apoyado para completar la compra de Twitter y dar sus primeros pasos en la compañía. Neoyorquino de 39 años, Spiro es socio en Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, y está acostumbrado a los focos. Es el abogado de famosos como el rapero Jay-Z, el propietario de los New England Patriots Robert Kraft o varios jugadores de la NBA.
Antes de dar el salto al derecho, Spiro se licenció en Biopsicología por la Universidad de Tufts (Boston), y posteriormente trabajó en el área de psicología para adolescentes en el hospital McLean, trabajando con pacientes de asperger. Después, se doctoró en la Harvard Law School y se mudó a Manhattan.
En 2013 comenzó su periplo como fiscal penal en la oficina del distrito. Después, comenzó a hacerse un nombre como abogado criminalista en la firma de Benjamin Brafman. Una época en la que destacó su ambición y su determinación para ir a juicio. También sus polémicas con compañeros de profesión o incluso fuera de los estrados. Un estilo que casa perfectamente con Elon Musk, con quien comenzó a trabajar en 2018, un año después de unirse a Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan.
Un torbellino judicial que lidera la estrategia legal de Musk.
Si Alex Spiro es una suerte de combustible para el fuego interno de Elon Musk, Jared Birchall funciona como un soplo de calma. Actúa como la voz racional, la pausa. Austriaco de 48 años, es un especialista en materia financiera. Licenciado en Artes en la Universidad de Brigham Young (1999), su trayectoria profesional está lejos de los escenarios, museos o círculos literarios. Comenzó a trabajar como analista financiero en Goldman Sachs y, a los meses, dio el paso a Merril Lynch, donde ejerció como asesor personal de fortunas superiores a los US$10 millones.
Fue despedido en 2010. En febrero, su carrera le llevó a las oficinas de Morgan Stanley, donde se convertiría en vicepresidente senior. En 2016 comenzó su relación profesional con Elon Musk, que lo nombró director de su Family Office, una asesoría financiera para familias multimillonarias.
Su perfil es antagónico al de Musk. Es definido como alguien tranquilo, suave, con un fuerte sentido de la ética y la honestidad, valores que junto a su desempeño profesional le han valido la condición de mano derecha del magnate. Birchall ha jugado un rol fundamental en la operación de compra de Twitter: reunir el dinero.
Musk-Twitter: ¿Quién pone el ‘cash’?
Spiro se ocupa de la parte legal; Birchall es el ideólogo en el lado financiero. La tercera pata en la que se apoya Elon Musk en su proyecto Twitter es Jason Calacanis. Emprendedor, empresario, impulsor de startups, autor, ‘podcaster’… Un perfil polifacético que juega un papel importante como inversor en este nueva etapa de Musk.
Nacido en Brooklyn, de orígenes griego e irlandés, y graduado e la Universidad de Fordham, Calacanis comenzó su trayectoria profesional en Nueva York, como reportero especializado en la industria de internet. Su actividad durante el boom de las punto-com fue muy intensa, lanzando una newsltter llamada Silicon Alley Report y fundando proyectos como Weblogs. Dos años después de su creación, Time Warner’s American Online compró la empresa por más de US$25 millones.
A partir de ese rotundo éxito, el desarrollo profesional de Calacanis ha estado marcado por sus inversiones. A través de Sequoia Capital, a la que se unió en 2007, invirtió US$25 mil en una startup de reciente creación: Uber. Su posición está ahora valorada en US$100 millones. Otro movimiento destacado fue el lanzamiento del directoria web Mahalo, para el que captó fondos por valor de US$20 millones. Uno de los inversores fue Elon Musk.
La lista de proyectos ganadores de Calacanis es extensa. Así, la de Twitter no es su primera experiencia con una red social. En un acontecimiento sonado, el neoyorquino anunció públicamente en 2018 que vendía todas sus acciones de facebook. No sólo eso, sino que criticó duramente a Mark Zuckerberg, al que definió como «inmoral».
Por otro lado, dirige junto a Molly Wood «The Week in Startups», un podcast semanal que arrancó en 2009 y se ha consolidado como uno de los más influyentes del universo ‘business’ en Estados Unidos. En las ondas, Calacanis ha coincidido en diversas ocasiones con Elon Musk. Su relación de amistad, su capital y su consejo profesional ha jugado un rol importante en el desembarco del magnate en Twitter.
Por Borja Santamaría.
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