En el panorama actual, tanto en el ámbito público como en el privado, la figura del líder ha evolucionado hacia una diversidad de perfiles menos convencionales. Este cambio refleja una sociedad en constante transformación y exige que los líderes del siglo XXI, tanto establecidos como emergentes, desarrollen una serie de características específicas para sobresalir en sus roles.
Aquí describimos seis pilares fundamentales:
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La integridad se ha consolidado como un pilar fundamental del liderazgo efectivo. Cuando los líderes mantienen sus valores éticos y morales incluso en medio de la presión y las dificultades, no sólo fortalecen su propio carácter, sino que también inspiran confianza y respeto en aquellos a su alrededor. Las acciones de los líderes deben ser coherentes con sus palabras.
Los líderes dotados de habilidades comunicativas excepcionales poseen el poder de influir en resultados, inspirar a sus equipos hacia el éxito en momentos de adversidad y fomentar la confianza dentro de la organización. Más allá de su impacto interno, su capacidad para establecer relaciones sólidas con clientes y otras partes interesadas externas es invaluable.
Los líderes efectivos dominan el arte y la habilidad de ser verdaderamente entrenables. Aquellos que buscan activamente retroalimentación, la asimilan y toman medidas en consecuencia, demuestran un nivel superior de eficacia.
Asimismo, tienen la destreza para proporcionar feedback constructivo, impulsando el desarrollo de sus equipos y estableciendo un ejemplo de comportamiento deseable en toda la organización.
Independientemente del nivel de éxito que hayan alcanzado, los líderes deben buscar mentores de diversas procedencias. Estos mentores pueden ser colegas de confianza, individuos de generaciones anteriores o incluso figuras inesperadas de otros campos.
Imaginemos, por ejemplo, un deportista de élite que aconseje a un CEO sobre cómo mantener la concentración en momentos de alta presión.
Jóvenes formando a expertos; así es la mentoría inversa
La diversidad de perspectivas y experiencias que aportan estos mentores puede enriquecer enormemente el desarrollo y la toma de decisiones de un líder, permitiéndole ampliar su horizonte y adquirir conocimientos valiosos que de otra manera podrían pasar desapercibidos.
Los líderes deben esforzarse por liderar con iniciativa, aún cuando puedan carecer de habilidades políticas refinadas. Aquellos que alcanzan el éxito en el liderazgo priorizan las habilidades interpersonales y realizan una evaluación meticulosa de la situación en su totalidad, respondiendo de manera estratégica y no amenazante.
Además, asumen plenamente su responsabilidad en las acciones y decisiones que toman.
En tiempos de adversidad, los líderes que poseen un alto nivel de autoconciencia y practican el autocuidado pueden mantener una perspectiva clara y evitar que se arraiguen las semillas de la duda. Es inevitable que los líderes se enfrenten a desafíos significativos en su trayectoria.
Sin embargo, en esos momentos críticos, es crucial que lideren con confianza y valentía, y esto sólo es posible si priorizan su bienestar personal. Esto puede implicar reservar tiempo para sí mismos o dedicarlo a actividades que les brinden alegría y gratitud en la vida.
Artículo publicado en la edición de abril de revista Mercado
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