Google, Apple, Twitter y otras empresas han indicado a sus empleados que el trabajo remoto es la mejor opción para evitar el contagio de coronavirus.
TRAS DECLARARSE la pandemia, compañías de alto perfil, como Twitter, Facebook y Nationwide, llegaron a los titulares al anunciar que el trabajo remoto era la salida disponible para su fuerza laboral. Estas empresas pidieron a sus empleados que hagan teletrabajo, cancelen reuniones físicas y solo realicen viajes internacionales si son de suma importancia. Ante el resurgimiento de casos de coronavirus en Estados Unidos, empresas como Apple y Amazon extendieron su política de trabajo remoto por todo lo que resta del año.
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Mientras que algunas empresas en Silicon Valley, como Facebook y Twitter, anunciaron a sus empleados que podrían continuar trabajando de forma remota por el resto de 2020 o hasta que se supere la crisis sanitaria.
Otros gigantes de la industria como Google y Amazon, han planeado un retorno gradual, pero frente al aumento de casos de coronavirus se han visto obligados a modificar sus planes de reapertura. Para quienes planean eventualmente volver a las oficinas físicas, Facebook dijo que realizará revisiones de temperatura y que los empleados deberán usar mascarilla y practicar el distanciamiento social de forma permanente.
La decisión de Facebook llega después de que otras compañías como Twitter, Square y Shopify anunciaran sus nuevas políticas de trabajo remo- to permanente, tras considerar que el regreso a las oficinas en el área de la bahía de San Francisco, como en otras partes del mundo, será un pro- ceso lento y gradual con el fin de evitar los posibles contagios de covid-19 entre los empleados.
El presidente ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, envió el 12 de mayo un correo a sus empleados diciendo que quienes quieran continuar trabajando desde casa podrían hacerlo de forma permanente, con excepción de aquellos cuyos puestos requieran presencia física. Un vocero de Twitter ha in- formado que durante este tiempo los empleados han demostrado que el trabajo remoto sí funciona. Sin embargo, para quienes tengan y quieran volver, no podrán hacerlo sino hasta septiembre. Dorsey aplicaría la misma política para sus empleados de Square.
Sundar Pichai, director de Google dijo a sus empleados que el trabajo remoto se extendería hasta finales de 2020, aunque algunos empleados podrán regresar a las oficinas. Los emplea- dos que decidan continuar trabajando desde casa podrán gastar US$1,000 para comprar el equipo necesario para trabajar a distancia.
En este sentido, y comprendiendo que la modalidad del teletrabajo se impone desde las grandes empresas de presencia mundial, hasta las mi- croempresas localizadas en el territorio nacional, proponemos una serie de recomendaciones, para quienes están aportando desde casa a la dinámica productiva para que pueden ser de utilidad para manejarse en este aspecto.
Estar físicamente presente no siempre significa que se está mentalmente presente. Podría estar sentado frente a su escritorio, pero preocupado más de una reparación hogareña que de la ta- rea que debe realizar. Ahora que, como hemos visto, muchas compañías han implementado políticas para trabajar desde casa, para de esta manera contribuir a detener el avance del covid-19, es importante que los trabajadores hagamos un esfuerzo específico para emplear adecuadamente el tiempo de trabajo y el tiempo personal.
Ya sea que estemos en modo personal o de trabajo, he aquí algunas formas de estar menos distraído y más presentes con las responsabilidades que cada momento exige. Establece una rutina de trabajo matutina. Realiza ciertas actividades cada mañana, como prepararte una taza de café o hacer un poco de ejercicio antes de sentarte a la computadora, eso te ayuda a preparar tu cerebro para saber cuándo comienza la jornada laboral. Cualquier rutina que te funcione, mantenla todos los días.
Realiza un plan para incrementar tu productividad y claridad mental dentro y fuera del trabajo. Realiza un plan para cada día. Este incluye saber cuándo tendrás reuniones, decidir en qué proyectos trabajarás y tener en claro con tus colegas cuándo realizarás tareas como las de contestar el correo electrónico. También querrás tener un plan para tus tardes en términos de lo que te gustaría hacer o simplemente lo que harás para relajarte.
Es entendible que quizá necesites tener algunas comunicaciones personales durante las horas de trabajo y algunas comunicaciones profesionales después de horario. Sin embargo, deberías priorizar tus comunicaciones con base en el contexto. Durante el día, cuando quieras enfocarte en el trabajo, trata de reducir tu comunicación personal. Después de la jornada de trabajo, aléjate de correos y llama- das relacionadas con el trabajo y sólo respóndelos cuando sea necesario.
Establece una rutina de cierre para asegurarte de que puedes estar plenamente libre, has una rutina de cierre que comience al menos 30 minutos antes de dejar de trabajar. Esta podría incluir una revisión final para asegurarte de que todos los correos electrónicos importantes tengan respuesta y verificar tu lista de tareas para confirmar que hayas completado todo lo esencial. De esta forma no tendrás una nube sobre tu cabeza toda la tarde, recordándole que probablemente deberías estar trabajando, pero sin un sentido de lo que harías y de cuándo lo harás.
Enfocarse requiere esfuerzo y puede sentirse difícil a veces, especialmente en tiempos de pandemia. Al seguir estos consejos, será posible estar presente todo el tiempo, ya sea que estés trabajando o relajándote.
Para muchos, la nueva realidad significaba abandonar una zona de seguridad y entrar en un mundo laboral incierto.
¿Trabajo remoto, el membrete de la nueva normalidad?
Hasta hace poco el teletrabajo era sólo cosa de aquéllos que estaban fuera de la oficina, ahora afecta a la actividad presencial rutinaria. Debemos aprender a trabajar con colegas y jefes que se quedarán en casa.
Hay quien lleva meses soñando con regresar a su oficina, a su lugar de trabajo, a su computadora, a la conexión rápida, al teléfono, al escritorio, a las re- uniones presenciales e intensas, al café de oficina y las charlas cotidianas con los compañeros, y el jefe… Volver a ese idílico tiempo anterior a lo que hoy se ha bautizado como nueva normalidad (o la nueva covidianidad) que está plagada de transformaciones que trastornan nuestra vida, nuestro empleo y la forma de producir.
A finales de febrero e inicios de marzo el mundo de lo público dio un giro tan forzoso que llevó a muchos a transformar sus dinámicas productivas al hacer de la casa el nuevo centro de operaciones. La mayoría de los que dejamos las oficinas para iniciarnos a toda prisa, y por pura necesidad, en el trabajo remoto nos marchamos desconfiando un poco en la potencialidad de este modelo de trabajo, y mirando con cierta envidia y temor a quienes permanecían en las oficinas de las empresas junto al jefe, trabajando al modo tradicional.
Para muchos, esta nueva realidad significaba abandonar una zona de seguridad y adentrarse en un mundo laboral incierto en el que no sabíamos cuál iba a ser la recompensa, cómo se nos iban a valorar, cómo y quién nos controlaría; estas, entre otras tantas inquietudes.
Al pasar de los meses la realidad se ha encargado de acuñar otra frase-eslogan que nos resuena a toda hora: “el teletrabajo ha llegado para quedarse”. Lo cierto es que no todos volverán de golpe a la oficina, y los que lo hagan se encontrarán muchos escritorios y puestos vacíos, no todos víctimas del desempleo. Un gran porcentaje de los ausentes estará trabajando desde casa.
Esta revolución del teletrabajo que no deja indiferente a casi nadie, nos lleva a reflexionar sobre el hecho de que, como en toda revolución, ahora nos estamos preguntando cómo podíamos hacer antes las cosas de otra manera, cuando se pueden hacer como en el presente. En el ámbito laboral, lo normal es que a uno le paguen por el trabajo que hace, no por ir al trabajo. La pregunta es: si la tecnología permitía desde hace ya muchos años hacer las cosas como las hacemos ahora, ¿por qué no ocurría? El obstáculo no es tecnológico sino de patrón de pensamiento.
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