El año pasado, muchos de nosotros nos vimos obligados a empezar a trabajar desde casa, como equipo. Hubo algunos problemas iniciales, como ocurre con cualquier cambio. Pero ahora, en su mayor parte, nos hemos adaptado a nuestras rutinas. En todo el mundo, la gente se está volviendo más abierta sobre su deseo no volver a la oficina al menos, no a la oficina tal y como era.
Una creciente lista de organizaciones han anunciado que el trabajo remoto será una opción permanente para muchos de sus empleados. Sin embargo, el aspecto más interesante de nuestro futuro de trabajo desde cualquier lugar no es su efecto en la oficina física. Más bien, es lo que hará a la forma en que trabajamos, y en particular a la forma en que trabajamos en equipo.
Como directivo, es posible que ahora tenga la libertad de elegir talentos de todo el mundo. Pero también se enfrenta a un desafío igualmente singular: Dirigir un equipo cuyos miembros quizá no conozca en persona. Es un reto que debe superar si quiere trabajadores felices y de alto rendimiento.
He aquí algunas estrategias que puede usar para superar la brecha virtual y ayudar a los miembros de su equipo a sentirse más cercanos:
Antes, cuando podíamos reunirnos en persona, usualmente había unos minutos de descanso antes de las reuniones, en los que podíamos estrechar lazos con los demás.
Ahora, con videoconferencias que suelen empezar puntualmente, los miembros del equipo se ven privados de ese tiempo para socializar. Para remediarlo, prueba a presentarse a una convocatoria 10 minutos antes y aproveche el tiempo para charlar casualmente con la gente a medida que van entrando.
De este modo, se crea un espacio no estructurado en el que las personas pueden establecer conexiones.
La mayoría de los equipos de alto rendimiento participan regularmente en rituales compartidos que crean un sentido de pertenencia.
El ritual puede ser tan sencillo como que todos compartan un meme cada lunes. También podría empezar las reuniones pidiendo a todos que compartan los logros de la semana pasada. Como gerente, es su trabajo fomentar e iniciar este tipo de interacciones.
En un entorno de oficina, puede acercarse al puesto de trabajo de otra persona para hacerle una pregunta o ponerla al día. En un entorno remoto, esto no es así.
Usualmente cualquier tipo de conversación debe planificarse con antelación, y la información que se discute a menudo no se transmite a todo el equipo.
Usted puede evitar estas lagunas de comunicación al programar una breve reunión diaria para que las personas de su equipo compartan novedades acerca de su trabajo.
Para los responsables de equipos distribuidos geográficamente, coordinar las videoconferencias puede suponer un nuevo reto. Una forma de abordar este reto es “compartir el dolor”.
Esto significa tener en cuenta los diferentes contextos de sus compañeros de equipo y asegurarse de que ninguno cargue con todo el peso de estar en una zona horaria diferente.
Por ejemplo, puede rotar el horario de la reunión para que todos tengan la oportunidad de reunirse a una hora que les convenga.
Sin embargo, recuerde: su objetivo es hacer que sus subordinados directos se sientan parte de un equipo mayor, no crear reglas estrictas.
Si los rituales no son lo suyo, no los haga. Siga experimentando hasta que encuentre algo que funcione mejor para usted y sus trabajadores.
(Escrito por David Burkus, psicólogo, para Harvard Business Review)
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