La posibilidad de que el coronavirus también se pueda transmitir a través de un efecto aerosol que permanece en el aire, lo que facilitaría los contagios en lugares cerrados como oficinas o fábricas, hace más relevante el reforzamiento de medidas de higiene que tanto trabajadores como empleadores deben llevar a cabo en la llamada ‘nueva normalidad’.
«Si estoy con una persona cerca, mis gotas de saliva van a salir con partículas de virus y voy a contagiarla. Estos aerosoles son los portadores del virus y les que permiten que se quede pegado por todos lados. Al ser partículas pequeñas pueden viajar con el aire y este se las puede llevar hasta 10 metros y es donde suenan las alarmas», comenta Norma Hernández, directora médica para Latinoamérica de la firma de soluciones de diagnóstico bioMérieux.
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La especialista insiste en la importancia de mantener las medidas sanitarias que han recordado las autoridades gubernamentales durante los meses de contingencia: sana distancia, lavado de manos, uso de cubrebocas y no tocarse la cara con las manos; así como el seguimiento a los protocolos establecidos para que las empresas puedan seguir sus operaciones en centros de trabajo.
La responsabilidad de las empresas recae en dotar a los centros de trabajo de la infraestructura y material necesario para que los colaboradores regresen a sus actividades normales y fomentar la correcta utilización. Israel Rico, especialista en sistemas de salud de la Universidad del Valle de México, asegura que cuando se cambian las estructuras indirectamente se modifica el comportamiento individual de las personas y su comportamiento con el entorno.
«El confinamiento funcionó para ganar tiempo de aprender de la enfermedad y que las organizaciones se dieran cuenta de que tenían que hacer cambios en las estructuras y en el funcionamiento de las mismas», afirma.
Los especialistas apuntan a algunos cambios que pueden hacer las empresas para garantizar la salud de los colaboradores aun estando en espacios cerrados, más allá de la instalación de acrílicos o la implementación de horarios escalonados para que menos personal se encuentre al mismo tiempo en oficinas.
1. Realizar encuestas previo al ingreso a oficinas para conocer si algún colaborador presenta síntomas de contagio.
2. Mantener estaciones de trabajo separadas y un solo control de entrada y de salida. Reemplazar el cubrebocas que se utilizó en la calle por uno nuevo. También se recomienda el uso de caretas protectoras.
3. Optar por mantener las ventanas abiertas que permitan la circulación natural de aire, evitar prestar objetos o herramientas. Acceso fácil a material de saniticación.
4. Disminuir el uso de aire acondicionado en interiores. Podría optarse por la instalación de filtros ultravioleta o purificadores que limpien el aire que recogen.
4. Fomentar que el personal lleve sus propios alimentos preparados desde casa, a fin de que evite exponerse a los tumultos en fondas, puestos o en el propio comedor.
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