República Dominicana ha consolidado su posición como uno de los líderes en crecimiento económico en América Latina, manteniendo una tasa media anual de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) cercana al 5 % desde la década de 1970. En un esfuerzo por mantener esta tendencia y garantizar la estabilidad fiscal, el gobierno de República Dominicana se encuentra en la recta final de la elaboración de un proyecto de reforma tributaria que busca generar ingresos adicionales y abordar los desafíos del sistema tributario actual.
A pesar de las críticas y la resistencia de algunos sectores, el gobierno sostiene que esta reforma es esencial para satisfacer la demanda de servicios básicos, cumplir compromisos y evitar un aumento en la deuda pública.
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El proyecto de reforma tributaria tiene como objetivo generar ingresos adicionales del 1,5 % al 1,7 % del Producto Interno Bruto (PIB), alrededor de 110,000 millones de pesos anualmente, lo que se considera un paso crucial para la estabilidad fiscal del país.
La propuesta se basa en dos factores principales: la ley de responsabilidad presupuestaria, que establece un límite al gasto público, y la decisión de reducir y fusionar organizaciones.
A pesar de que algunos sectores políticos y la opinión pública consideran la reforma innecesaria, el gobierno argumenta que es esencial para abordar los desafíos del sistema tributario actual y garantizar la estabilidad fiscal del país.
Los técnicos del gobierno argumentan que el gasto público en República Dominicana, que es del 19,3 % del PIB, es inferior al promedio de América Latina, que es del 27,8 % del PIB. Sin embargo, reconocen que el pago de intereses sobre la deuda pública, que representa el 21,8 % del PIB, es una carga significativa. Esto sugiere que la reforma tributaria es necesaria para abordar la deuda pública y garantizar la estabilidad fiscal del país.
El sistema tributario dominicano presenta varios desafíos, como leyes de incentivos generalizadas, exenciones al ITBIS, bajos ingresos individuales, baja recaudación de impuestos a la propiedad y alta evasión fiscal. Las reformas buscan abordar estas características negativas, aunque esto podría enfrentar resistencia debido a la cultura de evasión fiscal.
La reducción de la alta tasa de evasión del ITBIS y del Impuesto sobre la Renta, que rondan el 40 %, es un aspecto crucial para el éxito de la reforma.
Para continuar el progreso en la región, el país debe invertir en infraestructura, abordar problemas en el sector eléctrico y mantener la protección social para los sectores más vulnerables. La reforma tributaria es un paso crucial para garantizar la estabilidad fiscal y permitir que el país invierta en áreas clave para su desarrollo.
Se espera que los profesionales de alto nivel y ciertos anticipos de particulares estén sujetos a impuestos. Además, se considerará un tratamiento especial para las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Esto sugiere que la reforma tributaria tendrá un impacto significativo en las empresas y los contribuyentes, y es importante que se tomen medidas para minimizar el impacto negativo y maximizar los beneficios.
Aún está por definirse cuándo se presentará el proyecto de reforma tributaria en detalle ante la Asamblea Nacional, pero su desarrollo está bastante avanzado. El aspecto político de la reforma será manejado por los estrategas del gobierno y aquellos encargados de analizar la opinión pública. Es importante que se tomen medidas para garantizar que la reforma sea justa y equitativa, y que se aborden los desafíos del sistema tributario actual de manera efectiva.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha subrayado la necesidad de una reforma fiscal integral en República Dominicana. Esta reforma busca aumentar los ingresos de manera sostenible y mejorar la eficiencia del gasto público. El organismo ha destacado la importancia de centrar la política fiscal en la reconstrucción de los amortiguadores y en las necesidades críticas de gasto.
Entre las medidas sugeridas por el FMI se encuentran la eliminación de exenciones impositivas y la expansión de la base impositiva. Además, se recomienda reducir los subsidios al sector eléctrico y las transferencias no focalizadas. Estas acciones son vistas como esenciales para fortalecer la economía y asegurar la sostenibilidad de la deuda.
La implementación de la ley de responsabilidad fiscal ha sido bien recibida por el FMI. Esta ley es considerada un paso importante para anclar las políticas de mediano plazo y asegurar la sostenibilidad de la deuda. Según el Fondo, esto puede proporcionar espacio para el gasto de desarrollo necesario, incluyendo infraestructura resistente a desastres.
El FMI ha valorado positivamente los esfuerzos continuos para mejorar las instituciones públicas y el clima de negocios en República Dominicana. Estos esfuerzos son esenciales para mantener la sólida trayectoria de inversión y crecimiento. Las mejoras en los marcos de políticas y la profundización de las reformas estructurales tienen el potencial de respaldar aún más la estabilidad, la competitividad y el crecimiento inclusivo.
Las prioridades de política monetaria deben centrarse en mantener la estabilidad macroeconómica y financiera, incluyendo una mayor flexibilidad del tipo de cambio. La normalización de la política monetaria puede continuar, dado que aún hay capacidad de holgura económica y la inflación se mantiene dentro del rango objetivo.
El FMI ha subrayado la importancia de acelerar la recapitalización del banco central para reforzar su autonomía.
Aunque las reservas internacionales son adecuadas según las métricas tradicionales, el FMI ha señalado la necesidad de una mayor acumulación de reservas para aumentar los márgenes de protección frente a futuros shocks. El sector financiero sigue siendo resiliente y está bien capitalizado. Es necesario continuar los esfuerzos para adaptar el marco regulatorio a los estándares internacionales más recientes.
El FMI ha puntualizado que es necesario un seguimiento estrecho y continuo para contener cualquier acumulación de vulnerabilidades en un contexto de tasas de interés más altas a largo plazo y aumentos anteriores del crecimiento del crédito. Este enfoque asegurará la estabilidad y la resiliencia del sistema financiero en el futuro.
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