La tasa de inflación interanual acumula su segundo mes consecutivo de subidas en RD. La cifra se mantiene dentro del rango meta, fijado por el Banco Central en 4 % ±1 %. Sin embargo, tras un ciclo de más de un año de ralentización casi constante, los datos de agosto y septiembre reflejan un cambio de tendencia. Todo en un contexto geopolítico que vuelve a agitarse por la guerra entre Israel y Hamás.
La inflación mensual en RD alcanzó el 0.43 %, superando por tercer mes consecutivo la barrera del 0.4 % (desde febrero a junio, no se pasó del 0.25 %). El dato elevó la tasa interanual 4.41 %, todavía dentro del objetivo del país pero casi medio punto por encima de la cifra de julio (3.95 %).
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Para encontrar la explicación a este cambio de tendencia, es interesante asomarse al dato de la inflación subyacente. Ésta elimina de la ecuación elementos muy volátiles, como alimentos, carburantes o energía. Así, mientras la inflación general interanual lleva dos meses subiendo, la subyacente mantiene su tendencia a la baja, pasando del 4.82 % al 4.68 %.
Son precisamente los alimentos uno de los grupos que más impacta al alza en la inflación dominicana en el último mes. En concreto, el grupo de «alimentos y bebidas no alcohólicas» aumentó sus precios un 1.07 % en septiembre. Dos terceras partes del crecimiento de la tasa general recae sobre este segmento, según detalla el Banco Central.
La educación, con un 2.41 %, refleja el salto más elevado. En el otro lado de la balanza está el sector transporte, que pese a la dinámica de crecimiento en los precios internacionales del petróleo de los meses anteriores registró en septiembre una bajada del 0.11 %.
Los dos meses de aumento de la inflación se enmarcan además en un contexto de relajamiento de la política monetaria. El Banco Central de República Dominicana lleva desde el 31 de octubre de 2022 sin elevar sus tasas de interés. Entre finales de mayo y finales de agosto, la redujo en tres ocasiones, llevándola desde el 8.5 % al 7.5 % actual.
Hay varios factores que jugarán un papel decisivo en determinar si las recientes subidas en la inflación son una tendencia o un hecho puntual. Las propias tasas de interés pueden afectar, si bien es previsible que el Banco Central las siga manejando con precisión para mantenerse dentro del objetivo de precios (evitando que la demanda se acelere en exceso).
La evolución de los precios del petróleo a nivel mundial también puede jugar un rol determinante. Los diferentes barriles de referencia comenzaron una tendencia alcista a principios de año (+33 % entre enero y mediados de septiembre, en el barril Brent) que había virado en las últimas dos semanas (-10 %). Sin embargo, la guerra entre Israel y Hamás impactará de lleno en el sector.
Las inversiones en proyectos petrolíferos en la zona están ahora en cuestión. «Es vital que se hagan», señaló el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Haitham Al Ghais. «Los llamamientos para detenerlas son erróneos y podrían provocar un caos energético y económico», advierte, apuntando a que la oferta se resentiría en un momento de alta demanda. La Agencia Internacional de la Energía, por contra, no las ve necesarias.
Para profundizar: El petróleo, la OPEP y la guerra Israel-Hamás. ¿Cómo influye en su precio?
Todas las economías están pendientes de cómo evoluciona el precio del petróleo, del que finalmente dependen casi todos los bienes de consumo (a través de los transportes). En República Dominicana, la ambiciosa política de subsidios parece estar amortiguando el golpe, al menos en lo que al segmento del transporte se refiere. Sin embargo, la incertidumbre se apodera de la industria petrolífera, clave para la evolución de los precios.
Así lo reflejó el presidente de RD, Luis Abinader. «El petróleo había empezado a bajar en los últimos días; el W de Texas bajó de US$90 a US$84, US$83», declaró en La Semanal con la prensa. El mandatario preveía que se mantuviera el camino a la baja, pero la guerra cambió la situación. «Es de preocupar y de ocupar», señaló.
Borja Santamaría y Gabriel Rico Albarrán, con datos del Banco Central
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