Con una economía en crecimiento y una ubicación geoestratégica envidiable, República Dominicana se está consolidando como un destino clave para el nearshoring, una tendencia que está reconfigurando las cadenas de suministro globales.
En un contexto donde la eficiencia logística, la reducción de costos y la resiliencia en las cadenas de suministro son prioridades, el país emerge como un actor fundamental en este fenómeno.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
Gracias a su economía en expansión, ubicación estratégica y marco regulatorio favorable, la República Dominicana se posiciona como un destino atractivo para empresas que buscan acercar sus operaciones a mercados de consumo importantes, especialmente Estados Unidos.
Durante su participación en la Conferencia del Consejo de las Américas, el presidente Luis Abinader resaltó que el país no solo ofrece ventajas competitivas en términos de proximidad, sino también estabilidad política, infraestructura de primer nivel y un crecimiento económico sostenido. Estos factores convierten a República Dominicana en un aliado estratégico para la inversión extranjera.
República Dominicana ocupa una posición envidiable en el corazón del Caribe, a solo dos horas de vuelo de Miami y dos días de navegación de los principales puertos estadounidenses. Esta cercanía geográfica permite a las empresas cumplir con los exigentes plazos de entrega que demandan los mercados internacionales, reduciendo los riesgos asociados a la dependencia de proveedores en Asia u otras regiones lejanas.
La conectividad aérea y marítima del país refuerza su atractivo. Con ocho aeropuertos internacionales y más de 182 vuelos diarios que lo vinculan con 170 destinos globales, el flujo logístico está garantizado.
Además, puertos como DP World Dominicana y HIT Puerto Río Haina han sido reconocidos por su eficiencia, posicionando al país como el séptimo con mejor conectividad marítima en la región, según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
El crecimiento económico dominicano ha sido uno de los más dinámicos de América Latina. En 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) registró una expansión del 5 %, superando el promedio regional (2.5%), y para 2025 se proyecta un incremento del 4.5%. Este desempeño se sustenta en políticas fiscales responsables, un sector privado pujante y una inversión extranjera directa (IED) que alcanzó un récord histórico de 4,512 millones de dólares el año pasado.
El Gobierno ha implementado reformas clave para mejorar el clima de negocios, como la Ley de Centros Logísticos, la iniciativa Burocracia Cero y el programa Despacho 24 Horas, agilizando trámites y facilitando la operatividad de las empresas.
Estas medidas han contribuido a que el país sea hoy la séptima economía más grande de Latinoamérica y el Caribe.
El régimen de zonas francas es uno de los pilares de la economía dominicana. Con más de 850 empresas operando bajo este modelo, las exportaciones superaron los 8,600 millones de dólares en 2024, representando el 67% del total nacional. Sectores como textiles, dispositivos médicos, electrónica y manufactura ligera han encontrado en el país un hub ideal para abastecer al mercado norteamericano.
En línea con los esfuerzos de Estados Unidos por relocalizar la producción de chips electrónicos, la República Dominicana lanzó la Estrategia Nacional de Fomento a la Industria de Semiconductores (Enfis). El programa «Tecnología desde Cero: Introducción a los Semiconductores» busca capacitar a 5,000 dominicanos en áreas STEM, sentando las bases para atraer inversiones en este sector estratégico.
El país también destaca como proveedor de alimentos hacia EE.UU., siendo el primer exportador mundial de banano orgánico y uno de los principales productores de aguacates y cacao. La agroindustria, combinada con tratados de libre comercio, ofrece oportunidades para empresas que buscan diversificar sus fuentes de suministro.
El auge económico ha tenido un efecto directo en los indicadores sociales. La tasa de desempleo cayó a un mínimo histórico del 4.8% en 2024, mientras que la pobreza se redujo del 23% al 18.98%, sacando a más de 440,000 personas de esta condición. Estos avances reflejan un modelo de desarrollo que combina apertura comercial, inversión social y fortalecimiento institucional.
Estados Unidos es el principal socio comercial de la República Dominicana, recibiendo el 53 % de sus exportaciones. La visita reciente del secretario de Estado adjunto, Marco Rubio, reforzó la alianza bilateral, destacando el papel del país en la seguridad de las cadenas de suministro críticas para Washington.
Te puede interesar: Nearshoring: Una oportunidad de oro para América Latina
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.