Para garantizar la recuperación de las naciones mayormente afectadas por la pandemia del nuevo coronavirus, la inversión extranjera resulta imprescindible, especialmente para las economías emergentes; a mediados de 2020, el Banco Mundial (BM) planteó la necesidad de aumentar la entrada de capital vía la inversión extranjera directa (IED).
El año pasado, la IED sufrió un declive de hasta un 35%, sin embargo, un estudio de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) espera que los niveles se recuperen entre 10 y 15 puntos porcentuales, suponiendo la recuperación a niveles prepandémicos para 2022.
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UNCTAD reduce ligeramente el impacto de la pandemia en las inversiones (entonces se dijo que habían caído un 42% en 2020) y aumenta unos cinco puntos sus previsiones de crecimiento para 2021.
«La inversión cayó a niveles hasta un 20 % más bajos que los peores registrados en la crisis financiera de hace más de una década», analizó, al presentar el informe la secretaria general en funciones de UNCTAD, Isabelle Durant.
En 2019 la inversión extranjera directa en el mundo se recuperó ligeramente tras tres años de constantes caídas, y en 2020 sumó un tercio menos que el billón y medio.
La caída de la inversión foránea fue más pronunciada (del 58%) en los países desarrollados, especialmente en Europa, donde el desplome fue del 80%, mientras que en Norteamérica el descenso fue del 40%.
Para finales de 2021, se estima que la inversión se mantendrá bajo los niveles prepandémicos: 25% menor. Igualmente la incertidumbre persiste durante el próximo año, pues «refleja las dudas persistentes en torno al acceso a las vacunas, la aparición de las mutaciones del virus y la reapertura de los sectores económicos», afirmó UNCTAD.
El organismo también vislumbra que la recuperación sea muy desigual, con un incremento fuerte de la inversión foránea en las economías desarrolladas y en Asia pero más dubitativo en zonas como Latinoamérica o África.
Latinoamérica fue la región en desarrollo más afectada, con un declive del 45% en inversiones extranjeras, mientras en África fue de 16 puntos porcentuales, y Asia fue la excepción en la tónica mundial, ya que allí el indicador subió un 4%.
Ayudada por el menor impacto de la pandemia en los países asiáticos en 2020, la región se convirtió en un lugar atractivo para los inversores y recibió la mitad de los flujos mundiales de inversión en el pasado ejercicio, destacó UNCTAD.
Sin embargo, al cambiar el punto de vista desde los países individuales, Estados Unidos atrajo durante la pandemia la mayor inversión, recibiendo $ 156,000 millones de dólares; a su vez, China queda una posición por debajo con US$ 149,000 millones.
Más de 200,000 empleos formales, se producen por este capital de inversión. Es decir, más de dos tercios del valor de las exportaciones totales anuales y representa alrededor del 37% de ingresos fiscales que percibe el Estado, sin contar con la participación importante entre las cuatro áreas de captación de divisas del país.
De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), República Dominicana se ubica como el mayor receptor de inversión extranjera de Centroamérica y el principal receptor de inversión extranjera del Caribe, con un 49% según los indicadores.
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