Alrededor del 80 % del comercio mundial viaja a través del mar. En torno al 12 %, lo hace por las aguas del canal de Suez. Una vía que, en este momento, no ofrece seguridad a las grandes navieras, poniendo la economía de todo el planeta en apuros.
Las dos mayores compañías logísticas del planeta, MSC y Maersk, han puesto freno a su actividad en el canal de Suez. Una me a la que se han unido la naviera chileno-alemana Hapag-Lloyd y la francesa CMA. Entre las cuatro manejan alrededor del 40 % del mercado mundial.
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El motivo de esta suspensión temporal son los ataques que los hutíes, grupo político-religoso de Yemen, están dirigiendo a barcos que consideran relacionados con Israel. Algunos expertos apuntan a que Irán podría estar dándoles soporte.
El canal de Suez une el mar Mediterráneo y el mar Rojo, con 193.3 kilómetros de longitud. Los sucesos se produjeron en las costas de Yemen.
Por el momento no se han producido daños personales, pero las navieras decidieron frenar sus operaciones de forma temporal para estudiar la situación. Entre los ataques, calificados así por la Marina británica, se han registrado el lanzamiento de objetos desconocidos e incluso una explosión de la que derivó un incendio en una de las naves.
Estos ataques se unen al secuestro, el pasado noviembre, del Galaxy Leader. El buque británico operado por la naviera japonesa Nippon Yusen y sus 25 tripulantes siguen en manos hutíes, que incluso han convertido el barco en una atracción turística.
De prolongarse el parón, las consecuencias podrían afectar de forma sensible al comercio mundial. El fantasma del bloqueo provocado por el buque Ever Given, en marzo de 2021, sobrevuelo de nuevo la zona.
«Podemos tener un canal de Suez 2.0 con incremento de tasas, tiempos de entrega más largos y menos fiabilidad de suministro», señaló el analista de Sydbank Mikkel Emil Jensen, en declaraciones a la agencia danesa Ritzau citadas por la agencia EFE.
«Si los ataques de los hutíes se intensifican y el tráfico marítimo del mar Rojo sufre una interrupción importante como resultado, tanto la seguridad energética mundial como el comercio de carga seca sufrirían otro golpe, especialmente en Europa», expresa a EFE Noam Raydan, investigadora en el Washington Institute for Near East Policy especializada en energía.
No se espera que en esta primera fase el impacto sea importante, pero «no se puede descartar el riesgo de una escalada o un error de cálculo que cree ondas expansivas comerciales más profundas».
En este sentido, Estados Unidos ha señalado que estudia si desplegar, junto a países aliados, una fuerza naval para controlar la zona. Un experto consultado por EFE, Abdulghani Al Iryani (investigador sénior del Sana’a Center for Strategic Studies) explica que lo hutíes están «perturbando el comercio mundial» pero sugiere: «El uso de la fuerza sólo causará más trastornos al comercio internacional, mientras que una respuesta política matizada podría poner fin a esa situación».
En la esfera más local, el canal es una herramienta económica clave para Egipto. Según la Autoridad del Canal (SCA), en el último año fiscal generó US$9.4 mil millones, una cantidad que podría verse golpeada si se mantiene el parón. Un efecto que se uniría al bajón turístico que está sufriendo el país desde el recrudecimiento de la guerra entre Israel y Hamas.
Los problemas en Suez se unen a la severa sequía en el canal de Panamá para poner alerta a todo el comercio mundial.
Borja Santamaría, con información de EFE
Para profundizar: Nuevas restricciones en el Canal de Panamá tras el octubre más seco de su historia
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