La República Dominicana ha logrado destacarse como la economía de mayor crecimiento en América Latina durante 2024. Este logro se sustenta en factores clave que abarcan desde el turismo y la construcción hasta la estabilidad macroeconómica y una política monetaria efectiva. Con un crecimiento promedio acumulado del 5.1 % entre enero y noviembre, el país demuestra resiliencia frente a los desafíos globales.
El sector turístico es uno de los principales impulsores del crecimiento económico dominicano. En 2024, el país recibió 7.6 millones de turistas aéreos y 2.2 millones de cruceristas, totalizando casi 10 millones de visitantes hasta noviembre. Esto representa un aumento significativo en comparación con años anteriores y se espera que supere los 11 millones al cierre del año.
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El auge del turismo ha impulsado sectores conexos como hoteles, bares y restaurantes, que crecieron un 9.4 % interanual. Además, el gobierno dominicano ha realizado inversiones estratégicas en infraestructura aeroportuaria y promoción turística, consolidando al país como un destino líder en el Caribe.
La intermediación financiera también ha tenido un desempeño sobresaliente, con un aumento interanual del 9.2 %. Este crecimiento está respaldado por un incremento del 11.8 % en el crédito otorgado al sector privado, equivalente a RD$190,946.5 millones adicionales. La banca dominicana ha sabido adaptarse a los cambios globales, ofreciendo productos innovadores y fortaleciendo la confianza de los inversionistas.
La estabilidad del sistema financiero ha sido crucial para mantener el flujo de inversiones extranjeras directas, lo que ha contribuido a diversificar la economía y generar empleo. Este contexto también ha permitido que el país mantenga una inflación controlada, cerrando noviembre en un 3.18 %, dentro del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %.
El sector construcción, aunque con un crecimiento más moderado del 3.2 %, sigue siendo un pilar importante. Este desempeño se refleja en el aumento del 3.5 % en las ventas locales de cemento y en el desarrollo de proyectos de infraestructura clave.
El gobierno ha enfocado sus esfuerzos en la modernización vial, la construcción de viviendas asequibles y la expansión de zonas industriales, lo que no solo genera empleos, sino que también mejora la competitividad del país.
La manufactura local creció un 4.7 %, mientras que las zonas francas aumentaron su actividad en un 4.9 %. Estos sectores han sido vitales para las exportaciones, generando divisas y atrayendo empresas internacionales interesadas en aprovechar los beneficios fiscales y la ubicación estratégica de la isla.
La diversificación de productos y mercados ha sido clave para mantener la estabilidad del sector, con énfasis en tecnología, textiles y productos farmacéuticos. Esto ha permitido mitigar los impactos de la desaceleración global en otros sectores.
El Banco Central de la República Dominicana ha jugado un rol esencial en la estabilidad económica. Su política monetaria activa ha logrado mantener la inflación bajo control, incluso en un entorno internacional desafiante. Los subsidios a los combustibles y al servicio eléctrico también han contribuido a aliviar la carga sobre los consumidores y las empresas.
Además, la coordinación entre las políticas fiscal y monetaria ha permitido al gobierno financiar proyectos de infraestructura sin comprometer la estabilidad macroeconómica. Esto ha fortalecido la confianza de los inversionistas y ha mejorado la calificación crediticia del país.
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El sector agropecuario registró un crecimiento del 4.9 %, destacándose productos como plátano, aguacate, pollo y huevos. El apoyo técnico y financiero del gobierno ha sido fundamental para este desempeño, garantizando la seguridad alimentaria y generando empleo en las zonas rurales.
Por otro lado, aunque la minería experimentó una contracción promedio del -5.1 % entre enero y noviembre, mostró signos de recuperación desde agosto, gracias al aumento en la producción de oro. Este repunte augura un mejor desempeño para el sector en los próximos meses.
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La economía dominicana también se ha beneficiado del crecimiento de Estados Unidos, su principal socio comercial. Con un crecimiento intertrimestral anualizado del 3.1 %, la economía estadounidense ha impulsado las remesas, el turismo y las exportaciones dominicanas.
En el ámbito global, el país ha sabido adaptarse a los retos geopolíticos y económicos, consolidándose como un destino atractivo para la inversión extranjera directa. Esto refleja la resiliencia de sus sectores productivos y la solidez de sus fundamentos macroeconómicos.
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El crecimiento de la República Dominicana en 2024 es un testimonio de su capacidad para enfrentar desafíos y aprovechar oportunidades. Con sectores clave como el turismo, las finanzas y la manufactura liderando el camino, el país está bien posicionado para mantener su dinámica de crecimiento en 2025.
No obstante, es crucial seguir fortaleciendo la infraestructura, diversificando la economía y promoviendo la inclusión social para garantizar un desarrollo sostenible. Con el compromiso del gobierno y la colaboración del sector privado, la República Dominicana continuará siendo un referente de éxito en América Latina.
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