Los trabajadores migrantes juegan un papel fundamental en la economía mundial, especialmente en el sector servicios, donde representan el 68% de la mano de obra global. Este dato, revelado por el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), subraya la importancia de este grupo para cubrir las crecientes demandas de sectores esenciales como el cuidado personal, el trabajo doméstico, la hostelería y otros servicios relacionados.
A medida que la economía global evoluciona, la participación de los migrantes en estos trabajos se vuelve cada vez más relevante. Sus aportes no solo benefician a las naciones receptoras, sino que también permiten el desarrollo y la estabilidad económica en países de origen a través del envío de remesas.
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El informe de la OIT destaca que en 2022, 167,7 millones de trabajadores migrantes formaron parte de la fuerza laboral global. De estos, un 68,4% se encuentran ocupados en el sector servicios, una cifra considerablemente superior al 51,5% registrado entre los trabajadores no migrantes. Esta tendencia responde principalmente a la creciente demanda de trabajo en áreas como servicios de cuidado, hostelería, transporte, comercio y servicios domésticos en países de ingresos altos.
Entre los migrantes, las mujeres ocupan un lugar crucial en la economía del cuidado. Según el informe, el 28,8% de las mujeres migrantes trabajan en este sector, comparado con el 12,4% de los hombres. Esta diferencia resalta cómo el trabajo de cuidado y el empleo doméstico continúan siendo ocupaciones feminizadas en la migración laboral global.
El 68,4% de los trabajadores migrantes se concentra en países de ingresos altos, donde su participación es vital para el funcionamiento de los mercados laborales. En regiones como Europa septentrional y occidental, América del Norte y los Estados árabes, el rol de los migrantes en los servicios ha crecido significativamente.
En Europa, los trabajadores migrantes desempeñan funciones clave en sectores como la hostelería, el comercio y los cuidados. En América del Norte, la demanda de mano de obra migrante se enfoca en áreas como la salud, el transporte y los servicios domésticos.
El director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo, subrayó: “Garantizar los derechos de los trabajadores migrantes y el acceso a un trabajo decente no solo es un imperativo moral, sino una necesidad económica para el mundo”.
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A pesar de su importancia, los trabajadores migrantes enfrentan desafíos significativos. Las barreras estructurales, la discriminación y las expectativas de género limitan las oportunidades laborales, especialmente para las mujeres.
El informe de la OIT indica que la tasa de desempleo entre las mujeres migrantes es del 8,7%, considerablemente más alta que el 6,2% registrado entre los hombres migrantes. Esta disparidad se debe, en parte, a la falta de reconocimiento de sus cualificaciones, los obstáculos idiomáticos y la falta de acceso a servicios de cuidado infantil.
A pesar de estos desafíos, las mujeres migrantes representan una fuerza laboral indispensable, especialmente en sectores donde la mano de obra femenina es crítica, como la economía del cuidado.
En República Dominicana, la presencia de trabajadores migrantes es clave en sectores como la agricultura, construcción y servicios domésticos. Según la Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI), el 82.2% de los migrantes provienen de Haití, seguido por Venezuela (5,6%).
El sector servicios en el país ha experimentado un crecimiento en la participación de migrantes, especialmente en empleos informales y en el trabajo doméstico. Esto responde a la demanda creciente de servicios de cuidado y mantenimiento en zonas urbanas como Santo Domingo y Santiago.
Sin embargo, los trabajadores migrantes en República Dominicana enfrentan desafíos relacionados con la informalidad y las dificultades para regularizar su estatus migratorio.
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El predominio de los migrantes en el sector servicios refleja su papel como motores del desarrollo económico global. Al llenar vacíos laborales en áreas críticas, los migrantes permiten que las economías receptoras funcionen de manera más eficiente.
Además, las remesas enviadas por los trabajadores migrantes representan una fuente de ingresos vital para sus países de origen. En 2022, las remesas globales alcanzaron niveles récord, contribuyendo al crecimiento económico, la reducción de la pobreza y la mejora en la calidad de vida de millones de familias.
El informe de la OIT resalta la importancia de implementar políticas que promuevan la inclusión y protección de los trabajadores migrantes en los mercados laborales. Estas políticas incluyen:
Garantizar condiciones laborales justas para los migrantes no solo beneficia a los trabajadores, sino que también contribuye a economías más resilientes.
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