Reino Unido sigue inmerso en un torbellino económico, social y político. A la sombra del Brexit se suma la pandemia por Covid-19, la salida del primer ministro Boris Johnson y recientemente la muerte de la reina Isabel II y el relevo en el trono con Carlos III. Ante este panorama, la Libra Esterlina (£) también ha sufrido el embate de cada episodio y se perfila a una caída sin paracaídas en cuanto a su cotización.
La Libra sigue en caída libre en el mercado de divisas frente al Dólar, el Euro y el Yen por la inquietud de los inversores ante el plan del Gobierno británico de fomentar el crecimiento mediante una gran reducción de impuestos sobre todo a las empresas y las rentas altas.
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La moneda del Reino Unido caía después de las 12.00 GMT un 1,35 % frente al dólar, hasta 1,05 dólares, un 1,01 % ante el euro, hasta 1,10 euros, y un 1,31 % frente al yen, hasta 153,19 yenes.
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El lunes 19 de septiembre, la libra tocó su mínimo histórico frente al Dólar al cotizar a 1,03 dólares en respuesta al programa fiscal anunciado por el Ejecutivo conservador el viernes anterior.
El Banco de Inglaterra ha anunciado que hasta el 14 de octubre hará una compra extraordinaria de deuda pública británica a largo plazo para tratar de estabilizar ese mercado, particularmente afectado en la reacción a la estrategia económica gubernamental.
El banco, que mantiene su intención de subir los tipos de interés en su próxima reunión del 3 de noviembre, ha señalado que «si la disfunción en este mercado continuara o empeorara», con un incremento aún mayor de la prima de riesgo, «habría un riesgo material para la estabilidad financiera del Reino Unido«.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha criticado el plan fiscal del Reino Unido al considerar que es inadecuado en el actual contexto de alta inflación y porque «probablemente incrementará la desigualdad».
El FMI ha recomendado al gobierno de la primer ministra, Liz Truss, que aproveche una intervención prevista para el 23 de noviembre para «sopesar formas de brindar un apoyo más específico y reevaluar las medidas fiscales, especialmente aquellas que benefician a las personas con altos ingresos».
Los partidarios del proyecto de Truss aducen no obstante que el Gobierno acierta en considerar que la recesión es un mayor riesgo que la inflación y acusan al FMI de promover políticas económicas demasiado convencionales, al tiempo que consideran la depreciación de la libra un ajuste temporal.
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Gabriel Rico Albarrán, con información de EFE
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