La política monetaria sigue siendo protagonista en 2023. Tras un 2022 marcado por la fortaleza del dólar y las tensiones de algunas monedas de América Latina para aguantar el tirón, los tres primeros trimestres del año en curso presentan luces y sombras para las divisas regionales. Estos son los datos:
Si ha habido dos monedas estables en lo que va de 2023 en América Latina, esas son el sol peruano (al menos, hasta julio) y el peso dominicano. Ambas se mueven en baremos muy similares a los del 1 de enero después de nueve meses.
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En el caso de la divisa de Perú, su cambio se ha revalorizado un 0.2 % respecto al dólar, pese a la inestabilidad política que vive el país. Eso sí, la divisa registra una depreciación del 6.7 % desde su punto más alto, fijado el 18 de julio.
En cuanto al peso dominicano, la moneda se ha movido en un rango de RD$57.15 por dólar (5 de febrero) a RD$53.96 (30 de abril). Es decir, un abanico de +1.6 % y -4.1 % respecto a su valor del 1 de enero (RD$56.25 por dólar).
Tras un año 2022 sólido, en el que el peso se revalorizó un 2.06 %respecto al dólar, la divisa de RD mantiene un paso estable, sin enormes subidas ni caídas excesivas. Un síntoma de fiabilidad.
El peso colombiano y el peso mexicano son las dos monedas que más fortalecidas salen de los primeros nueve meses de 2023 en América Latina. La divisa de Colombia sufrió un 2022 aciago, con una caída del 20 %. Este año ha remontado el vuelo (se acerca al +18 %), aunque algunos expertos advierten de que, probablemente, no podrá mantener esa fortaleza demasiado tiempo. De hecho, es una de las monedas que más acostumbra a caer cuando el dólar se fortalece.
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El peso mexicano ha avanzado más de un 10 % en lo que va de año. El impulso del nearshoring y su capacidad para atraer inversiones han supuesto un impacto positivo en la moneda, además del aumento de las remesas recibidas (aumenta la demandad de pesos).
En el otro lado de la balanza, Chile es, excepción hecha de Argentina, el país con la divisa que más ha sufrido en los primeros nueve meses del año. Tras siete meses de estabilidad, la moneda se ha depreciado un 14.1 % desde julio. La fortaleza del dólar y el severo retorceso del cobre, producto más exportado por el país, son dos de los factores que explican la situación.
En Argentina, el peso mantiene en 2023 su imparable dinámica de caídas. Entre el 1 de enero y el 1 de octubre, su pérdida de valor respecto al dólar supera el 98 %. Los desequilibrios macroeconómicos, el déficit, la escasez de divisas internacionales y una inflación del 124.4 % interanual en agosto debilitan la estabilidad de su divisa.
Borja Santamaría
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