Durante la cumbre del grupo de los 7, mejor conocido como G7, se aprobó un histórico acuerdo que pretende cobrar un impuesto mínimo del 15% a grandes empresas multinacionales; el pacto que generaría $ 15,000 millones de dólares estadounidenses anuales se encuentra en negociaciones en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Esta organización tiene como misión principal diseñar políticas capaces de promover la igualdad, oportunidad y bienestar general, por ende obtuvo la asignación de diseñar el impuesto para lograr una mejor repartición de los ingresos fiscales provenientes de las multinacionales.
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«Hay una dinámica extremadamente fuerte, los europeos quieren el acuerdo. Yo pienso que todo el mundo entiende que un acuerdo es mejor que no tener acuerdo», comentó el Director del Centro de Política y Administración Tributaria de la OCDE
Pese a esto, sin importar la decisión de la entidad en torno al marco general de la reforma, el pacto conocerá su futuro durante la reunión de ministros de Finanzas del G20 en Venecia el 9 y 10 de julio.
Los responsables económicos del Reino Unido, Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón apoyaron la reforma del sistema fiscal global después de casi diez años de intentos, aunque por debajo del porcentaje que esperaba el gobierno de Biden (21%).
? G7 Today #G7 Finance Ministers & Central Bank Governors chaired by Chancellor @RishiSunak agreed a landmark deal on global tax, and ways to build a strong, sustainable, balanced and inclusive global economic recovery.
Read the Communiqué here ?https://t.co/62uvAcPIqT pic.twitter.com/Bk9xT2luNV
— G7 UK (@G7) June 5, 2021
Se recuerda que aunque el G7 tomara el primer paso, la propuesta no tiene apoyo unánime internacional, incluso los republicanos se oponen fuertemente en el Congreso estadounidense.
Tampoco algunos pertenecientes de la Unión Europea, Irlanda, Hungría y China son de las naciones que aún mantienen resistencia ante el impuesto mínimo.
La aplicación en un futuro cercano de este impuesto pudiera llegar a favorecer a los países de América Latina, los cuales podrían comenzar a competir por captar nuevas inversiones sin tener que sacrificar sus ingresos fiscales, pues no tendrían que enfrentarse a los paraísos fiscales que hay en la región.
“La existencia de este impuesto mínimo global puede frenar la carrera fiscal entre países y permitir que las naciones latinoamericanas compitan por inversiones sin tener que sacrificar los ingresos fiscales”, indicó Jaime Vargas, socio director de impuestos en la consultora EY a BBC Mundo.
Sin embargo, para recibir estos beneficios, las naciones latinoamericanas tendrían que venderse muy bien para que las grandes compañías del mundo las vean como opción real y atractiva para ubicar sus sedes por este lado del planeta.
Por ahora, ninguna de las multinacionales más grandes del mundo tiene actualmente su oficina central en la región. OCDE
Al respecto, el experto explicó que, para sacarle el máximo provecho a este plan del G7, los países latinoamericanos podrían implementar “la regla de sujeción a gravamen”, la cual solo puede aplicarse mediante tratados tributarios internacionales.
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