Trump, los BRICS y la guerra de divisas: Una nueva era de tensiones económicas - Revista Mercado
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Trump, los BRICS y la guerra de divisas: Una nueva era de tensiones económicas

Por | diciembre 2, 2024

La economía global se encuentra en un punto de inflexión. Con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el escenario internacional enfrenta amenazas de fuertes aranceles y un creciente interés por parte de los países BRICS en reducir su dependencia del dólar estadounidense. Este panorama, cargado de tensiones, podría transformar profundamente la estructura del comercio y las finanzas globales.

La alianza de los BRICS

Los BRICS, conformados inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, han evolucionado en los últimos años. La inclusión de países como Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos marca una expansión estratégica que busca consolidar su influencia en el escenario global. Además, el interés de Turquía, Azerbaiyán y Malasia por unirse a este grupo refleja la creciente atracción por un contrapeso a la hegemonía financiera de Estados Unidos.

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El principal objetivo de los BRICS ha sido promover un sistema financiero multipolar que desafíe el dominio del dólar. Este esfuerzo incluye la propuesta de una moneda conjunta y la creación de alternativas al sistema de pagos SWIFT, lo que permitiría a sus miembros esquivar las sanciones económicas occidentales y fortalecer su soberanía financiera.

La hegemonía del dólar

El dólar estadounidense ha sido la piedra angular del comercio internacional durante décadas. Representando aproximadamente el 58 % de las reservas globales de divisas, sigue siendo la moneda preferida para las transacciones de materias primas como el petróleo. Sin embargo, esta hegemonía enfrenta crecientes desafíos.

Rusia y China, en particular, han intensificado sus esfuerzos para promover el uso de monedas locales en el comercio bilateral y regional. Según el Kremlin, cada vez más países están adoptando monedas nacionales en sus transacciones, reflejando una pérdida de atractivo del dólar como moneda de reserva. Esta tendencia, conocida como desdolarización, no solo responde a motivos económicos, sino también a consideraciones geopolíticas.

Trump y los aranceles

Donald Trump, en su habitual tono confrontacional, ha dejado claro que no permitirá que el dólar sea desplazado sin consecuencias. En una publicación en su red social Truth Social, amenazó con imponer aranceles de hasta el 100 % a los países del BRICS si toman medidas para respaldar una moneda alternativa o debilitar al dólar.

Estas declaraciones llegan en un contexto donde Trump también ha utilizado los aranceles como herramienta diplomática contra otros países. Ha amenazado con un arancel del 25 % a las importaciones de México y Canadá, y un 10 % adicional a los bienes chinos, argumentando problemas relacionados con la migración y el narcotráfico.

Su enfoque refleja una política económica proteccionista y agresiva que busca consolidar la influencia estadounidense a través de la coerción comercial.

El Kremlin responde

Desde Moscú, el Kremlin ha reiterado su compromiso con la consolidación de alternativas al dólar. Dimitri Peskov, portavoz del gobierno ruso, destacó que la tendencia hacia monedas nacionales en el comercio no es exclusiva de los BRICS, sino una práctica que está ganando terreno en todo el mundo. Según Peskov, los intentos de Estados Unidos por frenar esta transición mediante medidas coercitivas podrían, irónicamente, acelerarla.

Además, Rusia ha liderado la propuesta de una moneda conjunta dentro del bloque BRICS, aunque hasta ahora no se han concretado avances significativos. Este enfoque se alinea con los esfuerzos de Moscú para reducir su vulnerabilidad a las sanciones económicas y fortalecer su autonomía financiera.

Implicaciones para el Comercio Global

El enfrentamiento entre Estados Unidos y los BRICS tiene implicaciones profundas para el comercio y las finanzas internacionales. Un sistema menos dependiente del dólar podría:

Diversificar las reservas globales: Los bancos centrales podrían optar por mantener monedas de países emergentes, reduciendo la influencia de Estados Unidos.

Redefinir los flujos comerciales: Las transacciones en monedas locales podrían facilitar el comercio entre los países del sur global.

Impactar la economía estadounidense: La pérdida de dominio del dólar podría debilitar la capacidad de Estados Unidos para imponer sanciones y financiar su deuda a bajo costo.

Por otro lado, la imposición de aranceles extremos por parte de Trump podría desencadenar una guerra comercial de gran escala, afectando las cadenas de suministro globales y aumentando los costos para consumidores y empresas en todo el mundo.

¿Un futuro sin el dólar?

Si bien los desafíos al dominio del dólar son reales, es poco probable que su papel como moneda de reserva global sea reemplazado en el corto plazo. Modelos económicos sugieren que el dólar sigue siendo seguro en el mediano plazo, gracias a la confianza en las instituciones estadounidenses y la falta de alternativas viables a gran escala.

Sin embargo, el creciente descontento con la hegemonía del dólar, combinado con la expansión de los BRICS y su interés en monedas alternativas, podría marcar el inicio de una transición hacia un sistema financiero más descentralizado.

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