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El efecto dominó de la caída inmobiliaria en EE.UU.

Por | January 28, 2025

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La venta de viviendas en Estados Unidos ha experimentado una caída histórica durante 2024, alcanzando niveles que no se veían desde 1995. Este fenómeno, registrado en un informe de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR), tiene implicaciones no solo en el mercado inmobiliario local, sino también en las economías de países que dependen de las remesas enviadas por migrantes residentes en Estados Unidos, como es el caso de la República Dominicana. A continuación, exploramos cómo se vinculan estas dos realidades y qué podría significar para el futuro económico de ambos países. 

Una caída histórica en las ventas de viviendas 

En 2024, se vendieron 4.06 millones de viviendas usadas en Estados Unidos, la cifra más baja en casi tres décadas. Este desplome se atribuye principalmente a dos factores: los elevados precios de las viviendas y las altas tasas hipotecarias. El precio medio de una vivienda usada alcanzó los 407,500 dólares, el más alto registrado, mientras que las tasas de interés de las hipotecas fijas a 30 años fluctuaron durante el año, alcanzando un pico del 7.22 % y cerrando el año en 6.96 %. 

El aumento de las tasas hipotecarias, impulsado por las políticas de ajuste monetario de la Reserva Federal, ha encarecido considerablemente el costo de los préstamos, dificultando que nuevos compradores accedan al mercado. Por otro lado, los altos precios de las viviendas reflejan una oferta insuficiente frente a la demanda acumulada durante años. Este contexto de menor accesibilidad ha llevado a un estancamiento del mercado y a una reducción drástica en las transacciones inmobiliarias. 

Impacto en la economía de los migrantes 

Para los migrantes dominicanos en Estados Unidos, quienes representan una de las comunidades más grandes de latinoamericanos en el país, la situación del mercado inmobiliario tiene un impacto significativo. Muchos dominicanos en Estados Unidos trabajan en sectores que se ven afectados por la salud del mercado inmobiliario, como la construcción, los servicios de bienes raíces y las renovaciones residenciales. La desaceleración en la venta de viviendas puede traducirse en una reducción de oportunidades laborales y, en consecuencia, en una disminución del ingreso disponible para enviar remesas a sus familias en la República Dominicana. 

Además, quienes buscan comprar una vivienda en Estados Unidos también se enfrentan a retos financieros. Las altas tasas hipotecarias y los elevados precios hacen que los migrantes, que a menudo cuentan con ingresos limitados en comparación con otros segmentos de la población, se vean excluidos del mercado. Esto genera incertidumbre económica y puede llevar a que muchas familias reduzcan los envíos de dinero hacia su país de origen. 

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Las remesas como pilar económico de la República Dominicana 

En la República Dominicana, las remesas representan una fuente crucial de ingresos para miles de hogares. Durante 2024, el país recibió  10,756 millones de dólares en remesas, una cifra récord que contribuyó al consumo interno y a la estabilidad del tipo de cambio. Sin embargo, una disminución en el flujo de remesas debido a las dificultades económicas en Estados Unidos podría tener efectos adversos en la economía dominicana. 

El menor ingreso por remesas podría afectar especialmente a los sectores más vulnerables, que dependen de este dinero para cubrir gastos esenciales como alimentos, educación y salud. Además, la reducción en el flujo de divisas podría ejercer presión sobre el tipo de cambio, encareciendo las importaciones y generando inflación en bienes y servicios básicos. 

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La relación entre el mercado inmobiliario y las remesas 

El vínculo entre el mercado inmobiliario en Estados Unidos y las remesas enviadas a la República Dominicana también se manifiesta en el uso que las familias dan a estos fondos. Una porción significativa de las remesas se destina a la construcción o adquisición de viviendas en el país caribeño, lo que dinamiza el sector inmobiliario local. Si los envíos de dinero disminuyen, es probable que este sector experimente una desaceleración, afectando a su vez a la generación de empleo y a la inversión en infraestructura. 

Por otro lado, las familias que residen en Estados Unidos y desean invertir en bienes raíces en la República Dominicana podrían posponer sus planes debido a la presión financiera derivada de las tasas hipotecarias altas y los altos costos de vida en Estados Unidos. Esto podría generar una menor demanda de propiedades en el país, afectando a las empresas inmobiliarias y constructoras que dependen de este tipo de compradores. 

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Perspectivas futuras 

El panorama económico para 2025 dependerá en gran medida de las políticas monetarias de la Reserva Federal y de cómo evolucione el mercado inmobiliario en Estados Unidos. Si las tasas de interés continúan siendo altas, es probable que las ventas de viviendas sigan en niveles bajos, manteniendo la presión sobre los ingresos de los migrantes y, por ende, sobre las remesas. 

En la República Dominicana, las autoridades económicas podrían considerar medidas para mitigar el impacto de una posible reducción en las remesas, como incentivar la inversión extranjera directa o promover sectores productivos alternativos. Además, fortalecer los programas sociales podría ayudar a proteger a las familias más vulnerables ante posibles fluctuaciones en el ingreso disponible. 

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