Hace 11 años el Estado dominicano le vendía el 49% de los títulos de Refidomsa a Petróleos de Venezuela, S.A., PDVSA. La refinería, ubicada en los Bajos de Haina, es la mayor empresa pública del país, y una de las 10 organizaciones que más pagan impuesto sobre la renta. El Gobierno de Abinader ha celebrado la transacción. También debido a que el valor de compra es inferior a los $133.5 mdd recibidos durante el auge de Petrocaribe.
El precio de compra acordado por el Estado de $88 millones de dólares es inferior al pagado en 2010. La operación de adquisición se ha realizado en una primera fase mediante la permuta de las acciones de Refidomsa a cambio de bonos emitidos por PDVSA a la sociedad comercial Patsa, L.T.D. Esta es una empresa del Grupo Rizek de República Dominicana que ha actuado como facilitador. En la segunda etapa de la transacción, y de manera simultánea, el Estado dominicano ha procedido a la compra inmediata de las acciones que Patsa, L.T.D. compraba a PDVSA, por el mismo precio acordado.
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Venezuela, inmersa en una dura espiral inflacionaria, asegura por su parte que la operación financiera le ayudaría a cumplir con sus obligaciones contractuales, “a pesar de las criminales sanciones externas” (sic). Caracas se ve sometida desde 2015 a medidas coercitivas unilaterales por parte de Washington, que ve en ellas un mecanismo de presión para forzar al chavismo a apartarse del poder.
Lograr la autonomía de Refidomsa se constituiría en una de las prioridades de República Dominicana. La refinería no solo se veía obligada a compartir utilidades, sino que a limitar sus capacidades para modernizar su infraestructura y marco legal. Considerando que el país sigue siendo un importador neto de sus fuentes primarias, y pese a que el 75% de las adquisiciones petroleras se embarca ahora de EE.UU., un proveedor robusto, garantizar la estabilidad macroeconómica es una condición necesaria para lograr un crecimiento económico sostenido.
Este lunes, los exportadores petroleros han tomado nuevamente un respiro. La cotización de la materia prima volvía a tomar un curso ascendente. Aunque el temor a las consecuencias económicas de la variante delta de COVID-19 como consecuencia de baja demanda ha hecho temer contracciones, los valores se han mantenido en un rango estadístico alto, inédito desde 2018. La peor caída de la década se veía en 2020. Las referencias WTI (EE.UU.) y Brent (Europa) comienzan la semana en Nueva York y Frankfurt en $65 y $81 dólares respectivamente.
Mientras México, Colombia y Brasil siguen teniendo una balanza petrolera positiva, la tendencia general al alza hace temer mayores incrementos en los precios de los combustibles en República Dominicana. El diésel óptimo ha pasado de costar RD$163.30 por galón a RD$212.20 en el transcurso de solo un año. Por su parte, el galón de la gasolina premium ha pasado de costar RD$206.60 en la semana del 15 al 21 de agosto del año pasado, a RD$261.80 en el período de 2021. Estos comportamientos representan aumentos promedios del 28.35%.
Con el propósito de amortiguar la inflación, el Ejecutivo ha ordenado nuevamente la congelación temporal para esta semana (23.08.-29.08.) de los precios de todos los combustibles, sin importar la variación del costo del barril del petróleo crudo a nivel internacional. El precio del galón de gasolina premium llegará a la población a RD$261.80 por galón, y el de la regular a $RD243.30. El gasoil óptimo se ofertará al público a RD$212.20. En el precio de los combustibles en el país influyen además de los impuestos, los márgenes de comercialización de los detallistas. (Por Martín Obyrne)
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