En la ciudad más rica del mundo, una gran parte de los adultos mayores enfrenta la vejez sin respaldo económico. Según un informe publicado por el Center for an Urban Future (CUF), el 59.3 % de los neoyorquinos mayores de 70 años no percibe ningún tipo de ingreso por jubilación.
Este dato, extraído de un reporte basado en información recopilada hasta principios de este mes, refleja una de las paradojas más marcadas de la capital financiera global: mientras se acumula riqueza, una parte significativa de sus ciudadanos más vulnerables carece de protección económica básica.
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La situación en la ciudad de Nueva York es más grave que en el resto del estado, donde el porcentaje de adultos mayores sin ingresos por jubilación alcanza el 49.2 %. En palabras simples, seis de cada diez adultos mayores de 70 años viven sin ninguna fuente de ingreso derivada de una pensión o fondo de retiro.
El informe del CUF detalla que los niveles de desprotección económica varían entre los cinco distritos de la ciudad, aunque todos muestran cifras alarmantes. En el Bronx, un increíble 63.6 % de los adultos mayores no tiene ningún ingreso de jubilación. Le sigue Brooklyn, con un 63.5 %; Queens, con un 59 %; Manhattan, con un 53.2 %; y Staten Island, con un 52.3 %.
Estas estadísticas revelan una realidad que muchas veces se ignora: la pobreza en la vejez, especialmente en comunidades históricamente marginadas. Además, el informe señala que el 19 % de los neoyorquinos de más de 65 años no cuenta con derecho a recibir seguridad social, un dato que agrava aún más el panorama.
Un 18 % de los adultos mayores de 65 años, alrededor de 250,000 personas, vive actualmente en condiciones de pobreza, lo que implica una seria amenaza a su bienestar físico, mental y social.
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Para Jonathan Bowles, director ejecutivo del Center for an Urban Future, estos datos reflejan un problema estructural del que se habla poco pero que está a la vista de todos. “Es el problema de la pobreza del que nadie habla… Empiezas a entender por qué vemos a tantos inmigrantes mayores recogiendo latas por toda la ciudad, y por qué los adultos mayores de todos los orígenes hacen cola en grandes cantidades en los bancos de alimentos”, explicó en un comunicado.
A medida que crece la población adulta mayor, también lo hacen sus necesidades. Actualmente, las personas de más de 65 años representan el 16 % de los habitantes de la ciudad, lo que equivale a 1.4 millones de residentes. El desafío de garantizarles un mínimo nivel de vida digno se convierte en una tarea urgente para las autoridades locales y estatales.
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En contraste con esta crisis silenciosa, Nueva York mantiene su título de la ciudad más rica del mundo, según el ranking anual de New World Wealth, elaborado por la firma independiente Helney & Partners. Esta clasificación se basa en el seguimiento de más de 150,000 personas con alto patrimonio neto, especialmente aquellos con inversiones superiores a 30 millones de dólares en empresas cotizadas.
Nueva York lidera la lista con 384,500 personas con alto patrimonio neto, entre ellos 818 individuos con una riqueza líquida superior a los 100 millones de dólares, y 66 multimillonarios.
Este contraste pone en evidencia una profunda desigualdad estructural: mientras algunos se posicionan entre los más ricos del planeta, una parte significativa de la población envejece sin recursos ni respaldo institucional.
Y el panorama podría empeorar. El gobierno federal, bajo la administración del presidente Donald Trump, planea recortes drásticos a los programas sociales, incluyendo ayudas a la vivienda, protección a la tercera edad, investigación y educación. El borrador presupuestario para el año fiscal 2026, elaborado por la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, contempla reducciones multimillonarias en los programas que actualmente representan el último salvavidas para miles de personas mayores.
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